En el año 2020, la serie Veneno enamoró a medio mundo. Allí, Javier Calvo y Javier Ambrossi adaptaron las memorias de Cristina Ortiz La Veneno Digo, ni puta ni santa, y se tomaba como eje de la narración cómo la periodista Valeria Vegas conoce a la colaboradora televisiva y se lanza a contar su historia. Como sabemos, y reflejó la serie, Cristina Ortiz falleció de forma trágica en un accidente ocurrido en su casa, y parecía difícil, por no parecer imposible, que Veneno contase con una segunda parte.
Sin embargo, en 2021, Atresmedia sorprendía al anunciar que sí tendría secuela: Vestidas de azul. Una nueva entrega donde Valeria Vegas escribiría un libro, Vestidas de azul, analizando cómo se trataba la transexualidad en España en los medios de comunicación de la transición, con un foco especial en el documental Vestida de azul, de Antonio Giménez-Rico.
Este domingo, Atresmedia estrena, al fin, esta nueva serie, Vestidas de azul, en el que Lola Rodríguez vuelve a meterse en la piel de Valeria, y está dispuesta a contar, desde su prisma único, qué fue de aquellas mujeres que participaron en el documental. Josette, Eva, Loren, Tamara y Rene, cinco personas trans que rompían moldes en los años 80, y que, por desgracia, tenían que sobrevivir, la mayoría en el mundo del espectáculo y/o la prostitución, pues no había otras puertas laborales para ellas.
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Hay que decir que Vestidas de azul no es Veneno 2. Es una serie nueva, independiente, por más que compartan protagonistas. Veneno tuvo una magia muy especial gracias a la durísima historia de Cristina Ortiz, la cual conocíamos todos con más o menos profundidad. Era un personaje lleno de carisma, de nervio, que sabía enamorar a la cámara, y cuya alma supieron captar las tres actrices que la interpretaron. Tenían una tragicomedia especial, que te podía llevar de la risa al llanto con mucha facilidad.
En Vestidas de azul falta quizá esa vis cómica que había en Veneno, y que hacía que las tragedias fuesen todavía más interesantes, pues alguien que sufrió de lo lindo conseguía sacar luz para arrancar una sonrisa. Del mismo modo, Loren y las demás chicas que protagonizaron Vestida de azul no son tan populares como La Veneno, son casi tan desconocidas para el que ve la serie como para el equipo que estaba detrás de la cámara, y se nota. Sus historias no nos tocan la fibra como la de Cristina, quizá, porque no se sabe muy bien en dónde se podían agarrar.
A pesar de esto, Vestidas de azul es una serie interesante, que nos enseña una parte de la historia de España que ni salía en los libros ni se podía grabar en un VHS. El casting vuelve a ser excelente, y Rossa Ceballos (Loren adulta), Bimba Farelo (Loren joven), Chloe Santiago (Tamara), Geena Román (Eva), Alma Gormedino (Josette), Penélope Guerrero (Nacha) y Keyla Òdena (Renée) captan muy bien el alma de sus personajes.
Del mismo modo, Valeria ha evolucionado. Ya no es una joven que se busca a sí misma, es toda una mujer que ve cómo el mundo que había construido se desmorona. A su lado sigue Sacha (Alex Saint), quien vive su propio viaje interior, muy complicado, a pesar de parecer una mujer todoterreno. Y sin olvidarnos de esa Paca la Piraña, que, sin saber si lo que vemos es realidad o ficción, parece encontrar el amor que tanto se merece.
Vestidas de azul es una serie original de atresplayer que está producida por Atresmedia Televisión en colaboración con Suma Content. la productora de Los Javis. Montse García, Valeria Vegas y Andrea H. Catalá son las productoras ejecutivas de la serie; Javier Calvo y Javier Ambrossi son los productores de la ficción. Valeria Vegas, Javier Holgado, Susana López Rubio, Javier Ferreiro, Mikel Rueda y Claudia Costafreda están en el equipo de guion y está dirigida por Mikel Rueda, Claudia Costafreda e Ian de la Rosa.
Hay que recordar que además de Veneno y Vestidas de azul, en atresplayer está el documental original Vestida de azul. Vestida de azul presenta, como decimos, a seis mujeres trans: Loren, Renée, Nacha, Josette, Eva y Tamara, y cómo había sido la dura vida de cada una. Loren, por ejemplo, estuvo en la prisión de Carabanchel en el módulo de hombres y Renée había hecho la transición sin decirle nada a su familia. Josette estuvo casada con una mujer en el pasado, y se reencuentra con ella, entre reproches, durante la grabación del documental. En ese momento se dedicaba al espectáculo y también tenía una hermana transexual, Eva. Otra Eva, la que protagoniza el documental, se dedica al espectáculo, haciendo estriptis, y Tamara, por su parte, lo pasó muy mal en su seno familiar por ser raza calé.
Hay que destacar que la vida de Tamara ya fue presentada brevemente en la serie Veneno: ella, conocida como Tamara la gitana, era una de las compañeras que ejercían la prostitución con Cristina Ortiz en el parque del oeste, y estuvo interpretada por Candela Santiago. En esta nueva etapa de la serie, sin embargo, su papel ha caído en manos de Chloe Santiago.