Ana Rosa Quintana no se ha cortado a la hora de responder con firmeza al ataque que lanzaba horas antes Miriam Nogueras, la portavoz de Junts en el Congreso, desde la tribuna del parlamento. La política aseguró que hay que "poner nombres y apellidos" a quienes, bajo su criterio, han contribuido "de forma consciente a a una macroperación contra el independentismo catalán".
"Entiendo que personas como Ana Rosa Quintana, Mauricio Casals o Ferreras y sus altavoces se puedan sentir aludidos con esta intervención", aseguró Nogueras en el Congreso de los Diputados. La política también puso en la diana a jueces y policías. Todos ellos deberían ser "juzgados y cesados" por "atacar a Cataluña", algo que califica como una "estafa".
La presentadora no pasó por alto las incendiarias palabras de la diputada de Junts y quiso hacer un alto en TardeAR. "A mí, la verdad, es que me la sopla", dijo Ana Rosa después de que el programa emitiese la alocución de la portavoz del partido nacionalista, arrancando un atronador aplauso en plató.
"Lo que diga esta señora me da lo mismo, porque está haciendo de portavoz de su jefe, un señor que todavía es un delincuente, aunque luego le amnistiarán", aseguró después recordando que Puigdemont que huyó de la Justicia escondiéndose en un malatero. "Es una cosa que está muy mal", espetó la comunicadora.
"Por lo menos Junqueras tuvo la dignidad de quedarse y estar con los suyos", continuó diciendo. La presentadora de Telecinco insistió en que las palabras de Nogueras le daban completamente lo mismo, pero dio un paso más allá al compartir su preocupación sobre los "cómplices" de Nogueras. "Me preocupa que esté allí diciendo esto y que haya un Gobierno entero, muchísimo diputados y que todos estén callados y en silencio. Eso es lo que realmente me preocupa", manifestó Quintana.
"Si ya lo dijo Gabriel Rufián: las siete monedas de plata", dijo, por último, Ana Rosa para rematar su intervención. La presentadora aludía al tuit que el líder de ERC escribió en octubre de 2017 remontándose a la traición de Judas con Jesús de Nazaret, cuando Puigdemont mostró su intención de convocar elecciones si Mariano Rajoy, presidente del Gobierno por entonces, renunciaba a aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir la autonomía de Cataluña.