Paz Padilla: "Lo que más miedo me da ahora es un ciberataque. No ha pasado, pero puede pasar"
La humorista estrena esta noche junto a su hija Anna Ferrer el docurreality 'Te falta un viaje' en el que se adentraran en otras culturas.
13 diciembre, 2023 13:18Paz Padilla vive un gran momento profesional en Mediaset España. Después de "lo mal" que lo pasó en su última etapa en Sálvame y de su polémico despido, ahora se ha convertido en uno de los rostros imprescindibles del grupo de comunicación. Tanto es así que este martes aparecía en Crónicas Marcianas: El Reencuentro y este miércoles estrena Te falta un viaje, un docurreality junto a su hija Ana Ferrer en el que se adentrarán en otras culturas.
Un proyecto que le ha permitido recuperar el tiempo perdido a su hija y que le ha llevado a darse cuenta de "lo confundidos que estamos en la sociedad que vivimos. ¿Por qué me hacen ver que lo que necesito son las redes sociales, estatus, dinero, trabajo? ¿Por qué? ¿Por qué me estoy confundiendo?".
Por eso cree que ahora estaría más preparada para algo que le aterra: un ciberataque. "En el viaje con Jesús Calleja dije algo que salió luego tres años después. Cuando él me preguntó que qué es lo que me daba más miedo me daba, dije que una pandemia. ¡Tres años antes de que viniera el COVID! Hoy te puedo decir que lo que más miedo me da es un ciberataque porque nos quedamos sin luz, nos quedamos sin dinero, nos quedamos sin todo...".
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¿Es cierto que Xavier Sardà se encontró contigo en un aeropuerto y allí te dijo de fichar por Crónicas Marcianas?
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Sí y no sabía hasta el primer día lo que iba a hacer. La mayoría de los artistas hemos salido de Crónicas Marcianas. Hay muchísima gente que pasó por allí.
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¿Sentiste presión?
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Yo viví un proyecto muy bonito en el sentido en el que cuando me salió la sería Aladina, Sardà me dijo que tenía que hacerlo porque era una oportunidad maravillosa, que me iba a querer siempre, pero que entendía que tenía que seguir creciendo. Me pareció un acto de generosidad. Yo supe que era humorista después de hacer Crónicas Marcianas. Yo todo lo he ido descubriendo así en la vida, poco a poco, como se tiene que ir descubriendo las cosas.
No he vuelto a tener un programa en el que existiera esa hermandad de artistas, de gente con talento que cantaba, bailaba y hacían miles de cosas
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Dices que no se ha vuelto a ver nada en televisión como Crónicas Marcianas...
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Yo creo que no.
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Pero tú has hecho también Sálvame...
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Y si miras El Hormiguero lo que es Crónicas Marcianas. Si ves a Andreu Buenafuente es Crónicas. Lo que quiero decir es que todo lo que se ha hecho después ha mamado de Crónicas. No se ha inventado todavía nada. Cada uno con su personalidad, con su estilo, con su clase diferente, pero al final es lo mismo. Hemos mamado de Crónicas, que era súper pionero. ¡Es que estamos hablando de hace 20 años! Ni había internet, ni había pinganillo, ni había cue...
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¿Cuándo te decían el papel que tenías que interpretar?
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A las ocho de la mañana me llamaban y me decían el personaje. Entonces yo me iba a mi camerino y empezaba a escribir el guión. Lo más bonito es que ni siquiera Sardá ni nadie sabían lo que íbamos a hacer. Entonces te creabas el personaje e ibas a vestuario. Era súper bonito. Si salías detrás de Boris o Latre, sabías que el listón estaba alto. No competíamos entre nosotros, no éramos rivales. No he vuelto a tener un programa en el que existiera esa hermandad de artistas, de gente con talento que cantaba, bailaba y hacían miles de cosas.
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¿No existían las pullas entre compañeros?
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No. Nunca. Es que hoy seguimos todos en contacto. La cena de El reencuentro fue preciosa. Yo era muy jovencita. Yo tenía mi niña muy bebé y me fui a vivir a Barcelona. Aprendí el catalán y mis mejores amigos son catalanes. Para mí también es una vida que tuve que dejar allí.
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Pero sí que hubo momentos tensos...
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Yo no los viví porque me fui a Aladina. Nosotros éramos más cómicos. Yo recuerdo momentos para mí que no olvidaré nunca. Por ejemplo, en la entrevista a Joan Manuel Serrat, yo hacía de Penélope sentada en un banco y me preguntaba que por qué lloraba.
No hay programas en televisión que hagan pensar a la gente sentada en un sofá
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Entonces no existían las redes sociales donde se os pudiera criticar...
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Yo siempre he sido muy kamikaze. Entonces, cuando me ponían un personaje, yo tiraba. Luego ya que me llamaran la atención...
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¿No te llamaban después para echarte la bronca?
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Un día que partí la mesa siendo la niña de Luis Miguel, pues la bronca me la llevé. Me hice mucho daño. Cada dos por tres teníamos allí los médicos. También era muy joven. Ahora hay cosas que le temo más. En Me resbala ya le decía a Florentino Fernández que no se tirara encima mía.
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¿No echas de menos esa forma de trabajar libre?
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En el Sálvame también se era muy libre. Es muy bonito cuando te dan libertad. Si pienso que en cada etapa que vas viviendo, cada programa que vas viviendo, son nuevas etapas. Ahora, por ejemplo, Te falta un viaje es una etapa de madurez, es una etapa de buscar un programa diferente en el que puedo ofrecer algo que en televisión no hay. No solo es un documental, es un reality, es humor y aparte es una búsqueda de la filosofía. No hay programas que hagan pensar a la gente sentada en un sofá. Gente de la casa me ha dicho que se han quedado pensando después de verlo. Es hablar con gente de otras culturas que te muestran su vida, su día a día, sus necesidades, sus prioridades.... Y te das cuenta de que estamos un poco confundidos en esta sociedad que vivimos. Que no es ni mejor ni peor.
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¿Para ti también era un problema el horario tardío de Crónicas Marcianas?
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Pues mira, cuando yo llamaba a la pediatra para pedir cita y me daba a las ocho, le tenía que decir que me acostaba muy tarde y le tenía que explicar que no era puta. Cómo le explicas a una pediatra que te acuestas a las tres de la mañana.
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¿Te perdiste muchos momentos de tu hija?
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Mira, una de las cosas que me gusta de Te falta un viaje es que me he dado cuenta de que me he arrepentido de no pasar mucho tiempo con Ana y en este programa hemos podido hablar de muchas cosas que no hicimos en su momento como la separación, que haya estado mucho tiempo sola, que su madre sea artista...
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¿Te cambió mucho el viaje con Jesús Calleja?
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En el viaje con Calleja dije algo que salió luego tres años después. Cuando él me preguntó que qué es lo que me daba más miedo me daba, dije que una pandemia. ¡Tres años antes de que viniera el COVID! Hoy te puedo decir que lo que más miedo me da es un ciberataque porque nos quedamos sin luz, nos quedamos sin dinero, nos quedamos sin todo... Puede pasar. No ha pasado, pero puede pasar. Pero hoy tengo claro dónde me iría a vivir y cómo me iría a vivir porque conozco el mundo. El problema es cuando tú crees que toda la vida es tu casa, tu ciudad y tu mundo. Ese es el problema. Pero hay muchas formas de vivir la vida y muchos lugares donde puedes vivir sin ordenador, sin teléfono, sin luz... Hemos estado en el Amazonas viviendo con una familia de una comunidad indígena y allí no había luz.
Si yo estuviera pendiente de las redes sociales no tendría dos millones y medio de seguidores en TikTok y dos millones en Instagram
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¿Y tú qué harías si hubiera un ciberataque?
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Lo primero un huerto para poder comer. Es que, imagínate, pasa algo, se vacían los supermercados y no tienes nada. Pero, además, también creo que la sencillez en la vida está en la sencillez, en necesitar cada vez menos. Cuando viajas te das cuenta de que lo que necesitamos es amor y comida. El jefe de la tribu me decía que la felicidad era tener una casa, un trabajo, el reconocimiento... Para ellos la felicidad era el agua clara, la comida y la familia. Y es lo mismo que yo necesito. ¿Por qué entonces me confundo? ¿Por qué me hacen ver que lo que necesito son las redes sociales, estatus, dinero, trabajo? ¿Por qué? ¿Por qué me estoy confundiendo?
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¿Te llegaste a acomodar en tu etapa de Sálvame?
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Nunca me he acomodado. De hecho la idea de Te falta un viaje ha salido de ahí. De hecho, desde muy pequeñita, a Ana siempre la he llevado a lugares para ver mundo. Yo se lo digo: la vida que tiene aquí no es un mundo real. Es una burbuja, un ecosistema que nos hemos creado. Pero si te vas a Marruecos, si te vas a Latinoamérica, a los países de Asia, nadie vive así. Solo Europa. ¡Y tú sabes la población que hay en el mundo! Con Ana siempre he querido que la vida estaba fuera. Yo siempre he tenido muy claro que el trabajo es el trabajo, pero terminaba, me quitaba el traje de faena, me bajaba del escenario y era Maripaz. Tenía que buscar las cosas que me llenaban.
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Pero igual sin tu salida de Sálvame no hubieras hecho ahora el proyecto de Te falta un viaje...
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Yo soy la Paz Padilla artista que ha vivido 30 años de profesión. Y soy la Maripaz que ha vivido 54 años de vida. No soy la misma de ayer ni seré la misma de mañana. Si yo quiero que yo sea la misma que fui ayer, tengo un problema. Y si yo pienso que yo mañana voy a ser la de hoy, tengo otro problema. El problema que tenemos muchas veces es que no somos conscientes de lo que estamos viviendo. Nos pasa con los éxitos. En Crónicas Marcianas no éramos conscientes de lo que estábamos viviendo. No era consciente de que ese programa era importante. En Te falta un viaje estoy compartiendo un momento vital muy bonito con mi vija. Es muy bonito compartir dos generaciones de dos mujeres empoderadas. La MariPaz de hoy no es la MariPaz que comentó este verano Te falta un viaje. Es imposible. Ni tú eres el mismo. Y saber lo que te puede pasar hoy que te vaya a cambiar la vida de un golpe. Esa frase que dice que estaba bien hasta que le sucedió algo. Todos creemos que tenemos una vida maravillosa o que los demás tienen una vida maravillosa. Nadie tiene una vida maravillosa. Tenemos que esperar. Aquí te lo da el tiempo y, cuando viajes, te lo da la realidad.
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¿Te ha cambiado la perspectiva de vida?
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Yo quería cambiar la visión del telespectador porque, con el teatro y el libro de El humor de mi vida, me he encontrado que hay mucha gente que está muy angustiada, que no sabe cómo enfrentarse a situaciones difíciles. Hay solución o maneras de vivir las tragedias de una forma más natural, más sencilla y menos dolorosa. Entonces, cuando la gente venía al teatro y terminaba la función, me decían que les había ayudado. La gente necesita que le den otra visión de la vida y yo no puedo dársela porque yo no tengo capacidad ni no estoy preparada, pero sí otras personas en otros sitios. Entonces hemos tenido una mujer que con 80 años y, después de vivir Nueva York y en París, quería vivir en el Amazonas. Si tú eres capaz de buscar en el programa algo que te ayude, pues la misión está cumplida. Eso es lo que me ha cambiado el programa.
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¿Estás pendiente de lo que se dice de ti en redes sociales?
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Si yo estuviera pendiente de las redes sociales no tendría dos millones y medio de seguidores en TikTok y dos millones en Instagram. Yo en las redes pongo lo que quiero. Las redes son la forma de mostrar quién eres realmente. Ahí nadie manipula. Por eso importa ahora las influencers, porque realmente nadie va a edulcorar. Una cosa es un programa de televisión, pero en las redes eres tú.
La critica es el arma del envidioso. Y yo no voy a pararme en cuáles son tus problemas y tus necesidades, ni tus inseguridades, ni tus miedos...
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Pero existen las críticas...
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Siempre ha habido critica. La critica es el arma del envidioso: como tú no puedes tener lo que a lo mejor otro tiene, te limitas a criticar. Yo no voy a pararme en cuáles son tus problemas y tus necesidades, ni tus inseguridades, ni tus miedos... No soy quien para valorarte a ti ni para juzgarte. Que a ti no te gusta lo que hago, te respeto. Que tú me quieres, te quiero. Que tú no me quieres, te quiero. No podemos poner nuestra estabilidad afuera porque si yo lo pongo afuera, tengo un problema. La estabilidad mía está en mí. Por eso mis redes es importante porque yo muestro la Maripaz verdadera, la auténtica. Yo no escondo nada.
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¿Es el mejor consejo que le has podido dar a tu hija?
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Sí, y tenemos una empresa con dos socios que son influencers. Y una de las cosas que yo le digo a mis niñas es que tienen un arma muy potente y que con las herramientas que tenemos, no solo tenemos que hacerlo bien, sino que tenemos que hacer el bien. Y el hecho de que Ana viniera conmigo al programa era que mostrara el mundo a la gente de su generación. La generación de ahora tiene mucha ansiedad. Les han dicho que tienen que ser perfecto, no solo fisicamente sino intelectualmente. Y Ana muestra a esa generación su punto de vista. Yo se lo digo a mi equipo, que hay que abrir conciencias. Este programa es para zarandear a la gente.
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Se ha deshumanizado todo con las redes, hay que vivir rápido...
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Por eso digo que hay que mostrar para que la gente sea mejor persona.
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¿Qué programas te zarandean a ti? ¿Qué ves en televisión?
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Yo soy muy de YouTube. Yo hace muchos años que no veo televisión. No veo nada. Quizá alguna entrevista. Yo soy muy de youtubers y además soy muy de de podcasts. Soy una tía que me gusta mucho aprender por eso me gusta hacer Te falta un viaje porque viajo y aprendo. Yo me levanto por la mañana y estoy aprendiendo, estoy atendiendo a todo lo que sucede. Y los podcast pues me hacen aprender de física cuántica, de filosofía, de cocina... Es muy bonito. Siempre hablamos de la parte negativa de las redes sociales, pero hay una parte muy bonita que es poder profesionalizarse en algo que tú no tenías ni idea. Tú quieres aprender a tocar la guitarra, tío, toca la guitarra. Solo métete en YouTube y tócala. Antes tenías que pagarte unas clases particulares.
Ahora estoy haciendo un máster de coach online en la universidad gracias a las redes
Yo he conocido a Nazareth Castellano, que de hecho hice un curso de neurociencia con ella porque la seguía, o ahora estoy haciendo un máster de coach online en la universidad gracias a las redes. O estoy dando conferencias en Mentes expertas porque amaba a Marian Rojas o a Víctor Küppers y ahora pensar que estoy con ellos recorriendo España... Esto me lo dan las redes. Hay una evolución en mí gracias a las redes. Yo de las redes cojo lo que me interesa, que es lo que hay que hacer en la vida... Tú vas a un supermercado y coges la fruta que te interesa. Entonces, no podemos decir que las redes son malas, tenemos que saber escoger.
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¿Qué más proyectos tienes ahora con Mediaset España?
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Si tenemos suerte renovaremos que yo confío que sí porque todo el mundo me dice que es maravilloso. Y luego ya tengo fechas para Mentes expertas en Madrid, Barcelona y Málaga. Voy a sacar un segundo libro que se llama Madre y espero ayudar como con el primero.
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¿Y la película sobre el libro?
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Ahí estamos. Pero no tengo tiempo. No tengo tiempo. Me llamaron para La que se avecina y me sacaron una secuencia porque no tenía tiempo. Hay que encontrar mínimo dos meses para parar y poder hacerla.