Sin miedo a las supersticiones, atresplayer cerrará 2023 convirtiéndose un año más en la plataforma que más series españolas ha estrenado con un total de 13: Cristo y Rey, Cardo, Nacho, UPA Next, Las Noches de Tefía, Zorras, Honor, Martita!, Entre Tierras, Déjate ver, La Red Púrpura, Camilo Superstar y Vestidas de azul.
Una hazaña que, sumado a su firme decisión por apostar por series más sociales y/o de autor por las que no se está apostando en las demás plataformas de streaming, les ha llevado a ganarse el apodo de héroe local. Algo así como sucedió en 2012 cuando el productor Ramón Campos les bautizó como la Oskar Schindler del audiovisual español.
"Tenemos una responsabilidad real de dar voz a grandes autores, a grandes historias que a lo mejor no hubieran encontrado esa posibilidad hace veinte años, pero que ahora sí que la tienen", explica a BLUPER José Antonio Antón, director de Contenidos de Atresmedia.
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"En Vestidas de azul, por ejemplo, vamos a tener una serie en el que el 85% del tiempo en pantalla hay actrices transexuales. Sentimos que tenemos que hacerlo porque, además, los que han venido nuevos no lo están haciendo", añade el directivo.
Y todo ello, por supuesto, sin olvidarse del aspecto comercial. Y es que a todas ellas se le suman series como La cocinera de Castamar o Alba, que han conseguido traspasar nuestras fronteras y convertirse en las series más vistas de habla no inglesa en Netflix.
"Las series que han triunfado globalmente tenido su acento. Es un error pensar en hacer algo global porque las series más locales son las que mejor funcionan. Eso pasó, por ejemplo, con La casa de papel, que era Madrid, que sus personajes eran españoles y eso ha triunfado en todo el mundo. Y ha pasado también con Alba, con La cocinera de Castamar, está pasando ahora con Cristo y Rey...", confiesa Antón.
- Os habéis autodefinido como el héroe local gracias a vuestro nivel de producción anual. ¿Cuál ha sido vuestro plan?
- Cuando hicimos el planteamiento en ese verano de 2019 en el que se presentó ATRESplayer PREMIUM, que estábamos Carlos Fernández, Los Javis, Natalia Verbeke y yo, ya habíamos hecho un plan a cinco años. Sí que es verdad que a los tres años, como nos fue muy bien, revaluamos y remozamos para incrementar el volumen de producción y también incrementar los objetivos que teníamos.
- Y también el presupuesto...
- Sí, pero también los objetivos. Porque aquí, como en toda gran empresa, si me gasto más, tengo que rentabilizar más. Es verdad que también hemos aprendido a que no solo rentabilizamos los contenidos originales a través de la plataforma de las suscripciones, sino ahora también tenemos la ventana de las ventas, la del freemium, que es la publicidad para los usuarios que no están suscritos... Es decir, que nos metemos en un universo en el que cada producto tiene muchas vidas. Incluso el hecho de que utilicemos La red púrpura o Veneno una noche o, que utilicemos el programa de Wyoming durante todo el verano, nos sirve como promoción y es una noche a coste cero.
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Durante una temporada ha parecido muy sexy producir para las nuevas plataformas, pero en nuestro mercado al final se han dado cuenta de que producir para Atresmedia tiene muchísimas ventajas en el sentido de que el cuidado que hacemos con cada producto es exquisito
- Y luego, por otro lado, los exclusivos que emitimos en la plataforma sí que amortizan parte del coste antes de estrenarse en televisión. Es decir, financieramente todo tiene sentido para retroalimentar el grupo. Esto nos permite acometer proyectos más ambiciosos porque a lo mejor antes una serie del volumen de las inversiones que estamos haciendo ahora, no era fácil rentabilizarlas solo con la tele. Y ahora sería todavía más imposible.
- ¿Intentáis trabajar con el mayor número de productoras?
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La idea es fijarnos en los proyectos porque, si tengo que repartir, tampoco tiene mucho sentido que alguien me traiga dos proyectos buenísimos que quiero hacer y otra productora no me traiga ningún proyecto que me interese. La realidad es que en ficción trabajamos con más de 25 productoras. Trabajamos prácticamente con todas las productoras de este país que no tienen exclusividad. Y en algunos casos pues con dos o tres proyectos incluso a la vez.
¿Por qué? Nos hemos convertido en una ventana en la que las productoras quieren estar. Durante una temporada ha parecido muy sexy producir para las nuevas plataformas, pero en nuestro mercado al final se han dado cuenta de que producir para Atresmedia tiene muchísimas ventajas en el sentido de que el cuidado que hacemos con cada producto es exquisito. Producimos menos que una plataforma a nivel internacional y eso es positivo para ellas. Al final ellos a lo mejor estrenan veinte series de EEUU y tu serie se acaba metiendo en una trituradora. En nuestro caso cogemos el producto y lo cuidamos muchísimo: hacemos un primer estreno en la plataforma, lo llevamos al lineal... Y eso también ha ayudado a que las productoras quieran trabajar con nosotros y les interesa venir a Atresmedia porque creen que el cuidado va a ser mayor.
- Uno de los fallos que tienen estas plataformas es que hacen productos que puede estar rodados en Barcelona o París. Vosotros, sin embargo, le dais 'acento' a vuestras ficciones...
- Así es. Incluso Honor, que es una adaptación y nos la hemos llevado a Sevilla y a Cádiz. Al final lo que queremos es que se hable como se habla aquí. O Las noches de Tefía, que tenemos a Patrick Criado hablando con acento gaditano. Eso marca la diferencia y creo que es un error. Y eso se ve en las series que han triunfado globalmente, que han tenido su acento. Las series más locales son las que mejor funcionan. Eso pasó, por ejemplo, con La casa de papel, que era Madrid, que sus personajes eran españoles y eso ha triunfado en todo el mundo. Y ha pasado también con Alba, con La cocinera de Castamar, está pasando ahora con Cristo y Rey...
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Si queremos hacer una cosa como 'Déjate ver', que sería muy completa de llevar al abierto, la podemos hacer porque tenemos una plataforma. Y luego podemos hacer Entre tierras o Beguinas que son historias clásicas
- También creo que habéis hecho un ejercicio de autocrítica. Durante un tiempo se pensó en este país que había que hacer series de autor y el público del abierto se fue. Ahora, sin embargo, habéis vuelto a las historias 'clásicas'...
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Sí, es cierto. Ha sido un proceso nuestro, pero también de las productoras. Llegó un momento en el que solo se hacían series muy de autor o con muchos giros. En su momento conseguimos dar un paso en lo que es el abierto, que a lo mejor hasta ese momento no se planteaba, y que además funcionó con el gran público en general con series como Vis a vis. Pero llegó un momento en el que se pensó que las ficciones ya no funcionaban en abierto y nosotros nos negamos a aceptar eso. La ficción sí que funcionaba pero no era ficción en abierto. Y eso quedó demostrado con la ficción turca.
A partir de ahí, los creadores y guionistas se dieron cuenta de que se podía seguir funcionando con la ficción en abierto, pero con historias más abiertas. Y con narrativas más cercanas a historias que emocionan, a historias que contactan... Ahora lo bueno es que tenemos una plataforma que nos permite explorar todo tipo de historias y de géneros y de formas de contar. Y si queremos hacer una cosa como Déjate ver, que sería muy completa de llevar al abierto, la podemos hacer porque tenemos una plataforma. Y luego podemos hacer Entre tierras o Beguinas que son historias clásicas de las que han funcionado bien en narrativa en televisión desde los orígenes de los tiempos. Y eso ha llevado a que vuelvan a ver series españolas en abierto. Cristo y Rey es la serie de la temporada más vista.
- También funciona el factor nostalgia...
- Sí, pero si te das cuenta también son muy modernas. Entre tierras narra una historia de época, pero desde una perspectiva muy de ahora.
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En 'Vestidas de azul' vamos a tener una serie en el que el 85% del tiempo en pantalla hay actrices transexuales
- Hay una tendencia de hacer series de personajes conocidos, vosotros con Cristo y Rey y Mediaset España con Bosé o Encarna Sánchez...
- Si, pero si a mí me llegan y me dice de hacer una historia solo de Ángel Cristo y Bárbara Rey, no firmo eso. Yo firmo un proyecto de 70 páginas en el que me explican cómo me van a contar esa historia, qué cosas están pasando... Y a mí lo que más me interesa de esa historia es la narrativa que hay dentro, más que las referencias a lo que sucedió. A mí me han llegado varias series sobre grandes personajes españoles y no las hemos hecho porque al final, desde un punto de vista dramático, no contaba nada. ¿Camilo Superstar es una serie sobre Camilo Sesto? No. Es una serie sobre algo que sucedió y que es una gran historia.
- Lo que sí se ha visto es que tenéis un compromiso por hacer productos aparentemente menos comerciales y más sociales y que reflejan los problemas como Veneno o Reinas al rescate...
- Es que tenemos una responsabilidad real de dar voz a grandes autores, a grandes historias que a lo mejor no hubieran encontrado esa posibilidad hace veinte años, pero que ahora sí que la tienen. Y cuando nosotros nos sentamos con Álvaro Carmona y nos trae Déjate ver, vemos que es una maravilla y que hay que hacerla. Que a lo mejor no es una serie masiva, pero hay que hacerla. E igual con Las noches de Tefía, con Reinas al rescate... E interesan porque estamos exponiendo realidades que son importantes. Y Veneno fue lo que fue porque los Javis son unos genios pero también por lo que contaban. Y ahora con Vestidas de azul pasa igual: vamos a tener una serie en el que el 85% del tiempo en pantalla hay actrices transexuales. Sentimos que tenemos que hacerlo porque, además, los que han venido nuevos no lo están haciendo.
- Hablando de Javier Ambrossi y Javier Calvo. ¿En qué punto está vuestro trabajo con ellos?
- Somos muy fans. Ellos empezaron en Flooxer, luego tuvieron el acuerdo con Atresmedia Studios... Tienen muchos proyectos suyos como directores y guionistas, pero luego están como productores... Ellos piensan que hay mucho talento y que hay que descubrirlo y darles paso. Lo hicieron en Cardo, lo han hecho con los directores de Vestidas de azul, y tenemos tres proyectos en desarrollo con ellos con voces pero que son nuevos... Por eso estamos muy felices de trabajar con Suma Content porque nos dan esa ventana, pero con ellos siempre detrás.
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Lo último que dijeron Los Javis es que estaban pensando en el personaje de Noemí Arguëlles. Si es así, abro la ventana y me tiro
- Recientemente han dicho que no era el momento de una cuarta temporada de Paquita Salas...
- Adoran como adoramos todos en España a Paquita Salas. Yo soy ultra mega fan de Paquita Salas y de su universo. Y lo último que dijeron ellos es que estaban pensando en el personaje de Noemí Arguëlles. Si es así, abro la ventana y me tiro. Hay mucho que se puede hacer y vamos a estar ahí siempre.
- ¿Cómo ves tú el hecho de que las plataformas de streaming estén ahora apostando por el directo o querer crear evento?
- En el fondo siempre estamos hablando de lo mismo. Y parecía que que cuando llegaron estaban inventando algo y la realidad era que desde los broadcasters locales ya estábamos ofreciendo nuestro contenido bajo demanda. atresplayer se lanzó en 2013 y nosotros ya teníamos el planteamiento de los directos en la plataforma. Lo que se ha hecho es coger el modelo que ya existía, primero sin publicidad y ahora ya con ella, los directos no y ahora sí... El desarrollo que están teniendo es el lógico.
- También te digo que nosotros no nos estamos quedando tampoco parados. Nosotros creamos evento los domingos estrenando Drag Race a las 20:00 horas y ahora lo hace Netflix con Sálvese quien pueda. Y lo de emitir en directo en una plataforma como pasa con OT ya lo llevamos nosotros haciendo años con La Voz, que se emite en atresplayer también. Creo que tenemos la ventaja de ser el héroe local, entendiendo al espectador de cerca, que hacemos la ficción con las productoras que están aquí al lado... Se ha intentado dar por muerta a la tele y la tele como tal es lo que están haciendo todos. Y nosotros estamos haciendo bien nuestro papel porque conoces bien lo que pasa aquí, a las productoras de aquí.