Este martes fueron a divertirse a El Hormiguero el dúo gaditano Andy y Lucas, aunque quizá la palabra divertirse no sea la más acertada. Ya se había anunciado que darían una noticia muy importante sobre su futuro, y Pablo Motos no quiso alargar la agonía. “Después de 20 años de carrera, ocho álbumes de estudio, tres recopilatorios y 20 discos de platino habéis tomado una decisión y me gustaría que la compartieseis”, introducía el presentador valenciano, que el día antes había entrevistado a Josep Pedrerol.
Lucas tomaba la palabra, y reconocía tener un pellizco en el estómago, y comenzaba dando las gracias a Andy “por este tiempo y haber compartido conmigo. Hace 5 años tomé las riendas empresariales de Andy y Lucas, y de un año para atrás me daban unos mareos y me dijeron que tenía la tensión bastante alta. Me derivaron al cardiólogo, tengo una pequeña válvula, y lo mejor es bajar un poco el ritmo”, exponía el cantante, que soltaba entonces la bomba: “Es el momento de hacer una gira de despedida para nuestro público”.
“No es separarnos, es tomarnos un descanso, no sabemos si vamos a volver”, añadía su compañero Andy. Así, detallaron que tocarán en Cádiz, Sevilla, Barcelona y Madrid, y si en esas fechas consiguen llenar, quizá se planteen alguna fecha más. En ese sentido, Lucas pidió que el público llegase el WiZink Center, donde tocarán un lunes, algo que les han dicho que es de locos.
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“Llevamos 20 años sin parar y tengo que hacer mi vida normal, con cabeza”, continuaba diciendo Lucas, al que el cardiólogo le había dado un toque por su ritmo de trabajo llevando una válvula, “pero con la pastilla estoy bastante estable”. En ese momento, reconoció que tenía que parar pensando en su familia y en sus hijos.
Después de mencionar Pablo Motos que en el público había personas llorando, quiso saber cómo se tomó Andy el tener que parar su carrera. “Lucas se guarda sus problemas, y mil historias que le pueden pasar, no es una persona de contarlo. Al principio de contármelo, casi llorando, le dije que no era nada. E intenté apoyarlo como siempre, y no darle importancia. Pero con más visitas al cardiólogo me fue contando y yo lo vi. Él no para en los conciertos, baila en una balada, como si fuese el último tema. Y como ha dicho, este año ha sido monstruoso, no hemos parado. Y ya me decía: yo esto no lo aguanto. Yo me he enfadado con él porque no para con el teléfono, de reñirle, pero dice que no lo puede evitar. Que si a él le pasa algo es como si me pasase a mí”, reflexionaba el artista.
En ese sentido, Lucas reconoce que le cuesta desconectar, y criticó a algunas personas del gremio musical que tienen horarios diferentes a los del resto, levantándose a las cuatro de la tarde, y pidiendo que respondan cosas de trabajo a las nueve de la noche. “A Andy lo quiero un huevo, y estoy superagradecido. Quien quiera vernos en este 2024 ya saben que es la última”, insistía, rconociendo que no hay mejor plataforma para anunciar esta gira de despedida que el programa de Pablo Motos.
El presentador preguntó entonces si habían pensado en cómo sería el día siguiente de dar el último concierto. “No me he parado a pensarlo, porque no se me ocurre”, afirmaba Andy. “No voy a dejar de cantar, en mi casa cantaré todo lo que pueda, como hice en pandemia. Pero no subirme con él a un escenario, no sé si tendré que visitar algún psicólogo”, se sinceraba. “Andy es mi hermano, es mi familia, he vivido cosas que no he vivido con gente de mi sangre. Y lo que hemos conseguido nada más él y yo lo sabemos”, añadía Lucas por su parte.