Tras la visita de Josema Yuste del lunes, El Hormiguero volvía esta noche a recibir a otro humorista, en este caso, por partida doble. Y es que Jorge y César Cadaval fueron los invitados del programa que presenta Pablo Motos. En esta ocasión, los hermanos sevillanos acudían a presentar Bis a bis, su nuevo montaje teatral. “Como en las redes no se puede hacer chistes de nada, nos vamos a ir a la cárcel”, decía César para introducir su espectáculo.
La obra teatral cuenta con la colaboración del propio Pablo Motos, así como de El Monaguillo, Martita de Graná o Susanna Griso, y los Morancos quisieron agradecer a Motos su intervención. “Hemos estado en Masterchef en la cadena pública, pero gracias a Pablo Motos y a todo el equipo porque aquí podemos publicitar nuestra gira. No sabéis la ilusión con la que uno viene aquí a hacer una entrevista, gracias Hormiguero”, decía, los ya invitados platino.
En Bis a bis se narra cómo la “ley mostaza” hace que todos los humoristas acaben en la cárcel. Allí interpretan varios personajes, como Carlos de Inglaterra y Camila Parker. “Carlos dicen una cosa: estoy peor que el pelo de mi hijo Guillermo. Tiene el pelito flojo, lo he querido llevar a Turquía y como solo ponen el pelo oscuro van a pensar que es el hijo de Rosario Flores”, comentaba con humor César Cadaval, eso sí, con cierto miedo a hacer spoilers.
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Como no podía ser de otra manera, la entrevista ha estado plagada de numerosas anécdotas, a cada cual más surrealista. Así, nada más empezar la charla narraron cómo esa tarde habían visto a un niño de unos ocho años jugar una simultánea de ajedrez contra unas nueve personas. “Habrá durado la partida media hora”, comentaban. “¿Ha ganado a todos?”, quería saber Motos. “A nadie”, respondían con humor.
El momento más especial de la charla fue cuando ambos presumieron de tener una fuerte conexión mental, y para ello taparon los ojos a César. Jorge, por su parte, tocaba un objeto y recitaba una larga lista de artículos, y César supo perfectamente cuál era el que había tocado. Lo demostró con Pablo Motos, con una mujer del público y también con los miembros del equipo. Para demostrar que, en teoría, no había ni trampa ni cartón, probaron a hacerlo de formas diferentes, recitando una lista larga o dejando silencios entre una palabra y otra. El caso más llamativo fue el último, en el que identificó un rollo de papel rojo.
Volviendo al espectáculo, explicaron que hacen una versión de Nochentera, el tema de Vicco que triunfó después de su paso por el Benidorm Fest. “Se llama Soy Ochentera, le hemos dado la vuelta, y es una crítica a los bancos. Que van las señoras mayores, las abuelas y no pueden sacar dinero porque no hay nadie ya, hay que trabajar con el cajero, me ha pasado eso en un cajero. Nos estamos deshumanizando”, comentaban los hermanos.
Jorge, en solitario, tuvo un momento de mucha sinceridad, al relatar cómo a su padre le gustaban mucho los mastines, y hace poco “miro los ojos a la mastina y eran los de mi padre. Le vi a los ojos de papá en la perra y dije: es mi padre”. “Tú estás en tratamiento”, bromeó su hermano. Jorge añadió cómo, al tener a sus padres fallecidos, estuvo un año yendo al cementerio, y pedía permiso para sentarse en la tumba de al lado, pues pasaba mucho tiempo hablando a sus difuntos. “Cualquiera que me coja aquí va a decir que no está bueno de la cabeza”, se sinceraba el mayor de los dos hermanos.