En la última gala de las audiciones a ciegas de esta décima edición de La Voz se ha vivido un momento mágico gracias a la llamada ‘suerte del principiante’. Al escenario se subía Pablo Verdeguer, un chico valenciano de 19 años, estudiante de Ingeniería Industrial. A la hora de presentarse, confesaba que la música le había ayudado a “gestionar” cómo se sentía, dado que le costaba “canalizar sus emociones”. Con una carrera como posible plan B, puesto que su pasión es la música.
El propio chaval confesaba que iba a ser en La Voz donde iba a subirse por primera vez sobre un escenario. Animado por su madre a probar suerte, el chico optó por cantar una versión ligera de Slipping Through My Fingers, un tema de los míticos ABBA. Tal atmósfera de intimidad creó que con su voz, que provocó que tres de los cuatro coaches pulsasen el botón rojo para que se uniese a su equipo: Malú, Luis Fonsi y Pablo López. Con una tremenda alegría, el joven de 19 años se convertía en uno de los últimos aspirantes en entrar.
Con los tres coaches bromeando que serían capaces de acabar “a arañazos” para que el valenciano los eligiese, Pablo López fue el primero en valorar su actuación y también en iniciar su estrategia para que Verdeguer le eligiese. “La primera vez que vine a La Voz, con Malú concretamente, hablábamos mucho de la pulsación del latido del corazón. En ese escenario es difícil hacer lo que tú has hecho”, le confesaba el malagueño, quien se mostraba sorprendido por la “entereza” del chaval en el escenario.
La sorpresa fue a más cuando descubrió tanto su corta edad como que era la primera vez que pisaba un escenario para cantar. “Ese cerrar los ojos, respirar... Nosotros nos subimos ahí y, con todas las veces que hemos estado, a veces corremos un poquito. Queremos comernos este sitio tan hermoso, pero tú lo has hecho muy bonito. Perdón, ¿qué edad tenías?”, le preguntaba el malagueño. “19 [años]. Y es mi primera vez cantando en un escenario”, le confesaba el valenciano.
“¡No, no! No te puedo creer, ¿en serio?”, expresaba con clara de perplejidad Pablo López. “Hace un año, nadie me había escuchado. Esta es mi primera vez”, compartía el chaval, recordando que lleva poco tiempo queriéndose dedicar a su pasión. Precisamente, los cuatros coaches valoraron ese poder de intimidad que había logrado sobre el escenario, algo no fácil de crear. A la hora de elegir con qué equipo se iba, el valenciano pareció haber quedado cautivado por el malagueño, dado que se fue con el grupo de Pablo López.
Con la inclusión del estudiante de Ingeniería Industrial, Pablo López se convertía en el primer coach de la noche en lograr completar su equipo para la siguiente fase, la de las batallas.