Que María Galiana estaba ya cansada de Cuéntame cómo pasó después de 22 años interpretando el papel de Herminia no es ningún secreto. De hecho, hace ahora dos años confesó a Gonzo en Salvados que estaba "un poco harta, pero no tengo más remedio".
No obstante, allí contó que si tenía que llegar el momento en el que los guionistas 'matasen' a su personaje, le gustaría que Herminia muriese como una tía suya. “Ella veía que llegaba el final y fue llamando a todo el mundo, despidiéndose”, apuntaba.
Y así será. La 1 estrena este miércoles el primero de los últimos siete capítulos de la ficción de Ganga Producciones con un comienzo de lo más desgarrador, con la familia completamente desolada en el cementerio en el año 2001 despidiéndose de Herminia.
Un acertado comienzo para justamente eso, que la audiencia pueda ir despiéndose de la abuela más querida de la televisión durante los próximos capítulos hasta ese último episodio bautizado como Herminia.
"¿Sabéis eso que hacen los indios que salen en la película de que llega un momento en que ya los viejos ya no pueden seguir al resto de la tribu y lo preparan con mucha comida y un sombrajo y lo dejan allí? Pues eso es lo que yo quería", confiesa la actriz a BLUPER.
- Después de veinte años haciendo el mismo personaje. ¿Se cansa uno?
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Como todo. Es como si tú escribes todos los días un artículo en tu periódico y ya no sabes de dónde sacas las ideas. Es que depende también mucho de los guiones. También ha habido rachas de guiones más flojos, como en todo, y hemos tenido que sacarlo con calzador. A veces llegaba un momento en el que realmente era un poco rizar el rizo. Pero otras veces también venía la inspiración tanto de los guionistas como de nosotros y decíamos: ¡Caramba! Que bien nos ha salido esto. Eso es lo que nos ha hecho estar 22 años.
Me alegré de que fuera la última temporada de 'Cuéntame' porque me parecía muy feo que no nos despidiéramos.
- ¿Cómo fue la noticia de que esta era la última temporada de la serie?
- Yo me alegré de fuera la última pero no porque fuera la última, sino porque me parecía tan feo que no lo hubiéramos terminado. No era bonito marcharse a la francesa. No fue bueno que inventaran, como una cosa muy novedosa, que la familia tuviera dos etapas, la anterior y la posterior. La gente ya no sabía si Imanol (Arias) se había muerto o no, donde estaba la abuela... Cuando dijeron que iban a hacer una segunda parte yo estaba encantada porque me había muerto. Para trabajar menos, claro. Eso fue un error. Pero que nos despidiéramos en marzo de 2022 no era educado ni nada. Entonces está bien que se haya hecho una última temporada de siete años, de 1994 a 2001, con el protagonismo en cada capítulo de un miembro de la familia. Y que se sepa que es la última temporada.
- También se supone que es el fin de tu personaje...
- Hombre, yo creo que el final de Herminia es morirse, evidentemente. Esto ha llegado a su final. ¿Sabéis eso que hacen los indios que salen en la película de que llega un momento en que ya los viejos ya no pueden seguir al resto de la tribu y lo preparan con mucha comida y un sombrajo y lo dejan allí? Pues eso es lo que yo quería.
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Dadas las circunstancias, después de los 7000 ancianos que se murieron cuando la pandemia, mejor que no se fuera a una residencia.
- Pero, esto es casi como la muerte de Chanquete...
- Pero es que la muerte de Chanquete era lo suyo para Verano azul. ¿Qué íbamos a hacer? ¿Mandarlo a una residencia? Dadas la circunstancias, después de los 7000 ancianos que se murieron cuando la pandemia, mejor que no se fuera a una residencia.
- La cosa es que aquí la gente considera a Herminia como su abuela...
- Sí, tenemos muchísimo público de todos los pueblos de España que están absolutamente enganchados y que consideran a la serie como algo suyo. A mí me consideran de la familia, sí. Y me llaman Herminia.
- ¿Te agobia?
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No, a mí no me agobia nada.
- ¿Estás contenta con el final que se le ha dado a la serie?
- Sí, estoy contenta. Soy muy analista y muy crítica. Y está muy bien. No todas las temporadas han tenido calidad. Yo tengo un sentido crítico acentuado y aquí te dabas cuenta de que lo que estabas haciendo era bueno. Rodábamos en un silencio como nunca en la vida habíamos tenido. Tanto que daba la impresión de que estábamos empezando la serie.
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La serie ha conseguido una cosa muy difícil, que es el equilibrio de una familia en la cual los conservadores nos veían extraordinariamente progresistas y los progresistas nos veían muy conservadores.
- ¿Qué temática crees que se ha desarrollado mejor en la serie?
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Yo te lo diría no como una temática, sino como algo abstracto. La serie ha conseguido una cosa muy difícil, que es el equilibrio de una familia en la cual los conservadores nos veían extraordinariamente progresistas, por llamarlo de alguna manera, y los progresistas nos veían muy conservadores. Ha habido actores muy buenos que, siendo muy progresistas, los cuales no querían participar en la serie al principio porque les parecía que era tremendamente conservadora. Después vieron que no. Así que lo que lo que está claro es que realmente estábamos demostrando era una realidad palpable, que es el rebujón en el que vivimos, hablando en plata andaluz. Es esta especie de cosa que no sabemos muy bien en dónde estamos en cada uno de los diferentes períodos de la historia y a lo largo de las edades.
Mira, os soy sincera. Cuando se redactó la Constitución, mi opinión como historiadora era que si votaba que no, estaba con Blas Piñar, que era el que quería que votáramos que no. Si votaba que sí, no estaba conforme porque yo quería una Constitución donde no diga que España es un país católico confesional. Así que decidido abstenerme. Eso es muy difícil de aclarar para la gente que no lo ha vivido. Y desde entonces para acá calcúlate la cantidad de generaciones que ha venido. Nosotros hecho la historia de dos generaciones, una generación con 25 años y hemos contado la historia de 43 años, desde el 68 al 2001. 43 años es como dos generaciones. Luego, la primera generación ha visto lo que ha vivido y la siguiente generación ha visto lo que no ha vivido. Esa es la clave de nuestro éxito. Es una síntesis muy difícil porque a cualquier familia, desde el año 68 hasta el año 2001, ya se le hubiera visto el plumero, que era o de esta banda o de la otra banda. Han tenido ese especial equilibrio los guionistas, primero Eduardo Ladrón de Guevara y Patrick Barclay.
Mucha gente de muy diversa condición se ha visto identificada con nosotros. Mira, te voy a contar una anécdota. Me han puesto una calle en Sevilla y da la casualidad que está cerca de un instituto en el que yo estuve (Bellavista), pero no está en Bellavista. Y es una calle que está llena de chalets donde viven altos mandos militares. Me encontré al llegar a Madrid hace unos días en Atocha a un señor elegante, alto, distinguido, mayor, ex-militar... Y me dice: 'Nosotros vivimos en su calle'. Y yo dije: ¿En Santiponce? Porque también tengo otra calle. Y me contesta: 'No, la que tiene usted en Sevilla. Y a continuación dice: 'Nosotros somos de derechas y sabemos que usted no piensa como nosotros, pero que sepa usted que le han puesto ese nombre a esa calle los comunistas para darnos a nosotros la cabeza. Yo me quedé muerta. Eso sí, me dijo que había visto todos los capítulos de la serie.