La vida sentimental y la próxima paternidad de Bertín Osborne sigue dando mucho de qué hablar en los diferentes programas de televisión. Y esta tarde, en Así es la vida, el cordobés José Antonio Avilés quiso dar una información sobre Gabriela Guillén, quien espera un hijo del cantante y presentador. Según su relato, Gabriela llamaría a los paparazzis cuando acude a ciertos lugares, como la casa de Bertín, y que esto es conocido por muchas personas.
“Cuenta con la cooperación de paparazzis, y con la de periodistas o pseudoperiodistas que se sientan en los platós de televisión”, aseguró Avilés. Una frase que hizo que Sandra Barneda le frenase en seco. “Es importante que cuando aquí alguien haga mención a algún compañero de otro programa, lo haga desde el respeto”, le advirtió, insistiendo en que “aquí se habla desde el respeto”. “Si estáis aquí es porque todos tenéis que estar aquí, seáis periodistas, pseudoperiodistas, cooperantes o no, porque se te podría decir a ti que eres un cooperante de Bertín”, terminó diciéndole la presentadora del magacín vespertino.
La crítica de Avilés a los falsos periodistas no deja de ser una auténtica ironía, y más si tenemos en cuenta su historial. El que fuese concursante de La casa fuerte se hizo un hueco en Telecinco gracias al programa Viva la vida, y a menudo hablaba de que él había cursado periodismo por la Universidad de Gales, por ejemplo, cuando se fue a Honduras como participante de Supervivientes. Sin embargo, se descubrió durante su concurso que la mentira era una constante en su forma de ser y de trabajar, y que nunca cursó la carrera.
“No soy periodista. Como queréis sinceridad y yo vengo a abrirme en canal contigo te lo digo (...) le dije a mi madre que estudiaba Periodismo a distancia”, le reconoció en 2020 a Jorge Javier Vázquez, quien ironizó conque era algo que se podían imaginar. Incluso llegó a enviarle a María Patiño un máster falso.
En aquel entonces, Avilés aseguró que se retiraría de la televisión, pero esto no sucedió. Es más, Telecinco siguió abriéndole las puertas a sus diferentes programas, donde no dejó de mentir. Como la vez que vendió a Socialité unas fotos de Isabel Pantoja en la playa que no eran tales, y que provocó que María Patiño acabase llorando en directo. A esto se puede sumar la vez que anunció una “nueva amiga” de Iker Casillas, que no solo fue incierto, sino que era algo inventado y para lo que presuntamente falsificó las pruebas. O cuando aseguraba que Makoke le había enseñado una carta de Hacienda para Kiko Matamoros, cuando la destinataria real de la misma era ella.
Todo eso parece que ya es historia, pero hay gente que todavía lo recuerda muy bien. Como el abogado de Chabeli Navarro, también relacionada con Bertín Osborne, que el pasado julio entró en Así es la vida y afirmó que “cada vez que habla (Avilés) un catedrático de periodismo muere”. Y le acusó de haberse “saltado todos los principios básicos del código deontológico. Vamos, no sé si a él le atañe porque sea periodista o no lo sea, a lo mejor no se tiene que porque regir por el código y por eso hace lo que le da absolutamente la gana”. Y le pidió que no contrastase la veracidad de las informaciones que soltaba en el programa.
Por este historial reciente, resulta de lo más irónico que José Antonio Avilés ahora critique a los “pseudoperiodistas que se sientan en los platós de televisión”. Porque habría que pensar cómo lo calificamos a él, más allá de la etiqueta de colaborador. Como le dijo a José Antonio la presentadora Sandra Barneda el otro día, “a lo mejor, desde que has tenido el encuentro con el Rey se te ha subido un poco arriba”. A lo mejor.