Algo debe tener El musical de tu vida para que en su primera temporada en Telecinco haya conseguido que Miguel Bosé vuelva a sentarse en un plató de Mediaset España. También Paulina Rubio, Ana García Obregón, Lolita Flores o Tamara Falcó. Justo el contenido que necesita la nueva Telecinco.
"Ha sido complicado, pero le hemos transmitido mucha confianza a los invitados. Que el programa haya estado producido en otro país también ha ayudado porque han visto que se conoce la figura del invitado y que se sienten como en casa", explica a BLUPER el productor ejecutivo de Globomedia (The Mediapro Studio), Manuel Rodríguez, durante una visita al plató del programa para asistir en vivo al musical de Pepe Rodríguez.
"Se ha podido crear un clima que ha permitido unas conversaciones muy relajadas, muy tranquilas, muy de barrio, muy de barra de bar, donde la gente se ha podido abrir. Me gusta el hecho de que hayan sido siempre entrevistaws muy blancas, con mucha educación, con transparencia, sin meter el dedo en el ojo a nadie. Me ha gustado mucho la reacción de la gente famosa que ha disfrutado como niños con los musicales que se han preparado. Han salido encantados y relajados".
Pero ¿cómo se crea ese clima de confianza? Una de las preocupaciones del equipo era conseguir un gran nivel de detallismo a la hora de recrear los momentos de la vida del invitado para conseguir que éste sintiera que realmente se lo estaban tomando en serio.
Así, por ejemplo, en el caso del juez de MasterChef, el programa llevará al plató a los empleados de su restaurante El Bohío para darle una sorpresa en uno de los números musicales, pero también contará con sus mesas, sillas y hasta su carta. De ahí también el conseguir un círculo de complicidad comprometido.
"Mi mujer tiene bastante culpa de la información que ha conseguido el programa. Pero la televisión tiene esa magia de tener tantos contactos. ¡Cuándo he visto la cocina de mi casa he flipado! ¡Y luego lo del restaurante! Qué cosa más bonita. No faltaba detalle", dice el jurado de MasterChef.
En este sentido, Manuel Rodríguez recuerda que lo primero que hacen es investigar a fondo para ver cuáles van a ser los momentos de la vida del invitado. "Tenemos una reunión el director y el productor con el famoso para que también nos cuente y también con gente de su entorno. No obstante, a veces los hemos cambiado cuando ya nos sentábamos con el famoso porque descubríamos cosas".
Y pone como ejemplo el caso de Tamara Falcó. "No teníamos ni idea de que era súper mega aficionada al circo y uno de los regalos más importantes que marcó su infancia fue un maillot rosa. Ella quería ser artista circense desde pequeña. Así que pensamos en hacer un número con eso".
Todo tenía que hacer viajar al invitado hacia esos momentos: la escenografía, el vestuario, la peluquería, el maquillaje y, por supuesto, la música. "Si uno de los números musicales es el circo de Tamara Falcó, pues buscamos lo que sonaba en la España de esa época. Y a partir de ahí hemos ido seleccionando en función de estilos, en función de facilidad a la hora de ir encajando la anécdota de la historia que estamos contando en la canción".
Por último, y, no por ello menos importante, también era vital el ritmo. "Ese clima de relax del programa en el que los invitados se relajan, que cuentan anécdotas y cosas de su vida, solo lo puedes crear si realmente el ritmo va así. Si tuviéramos que parar y repetir, pierdes esa magia".
Por ello el programa se ha grabado en falso directo. "Tenemos una coreografía perfecta en la trastienda que mientras esté corriendo la entrevista todo se tiene que poder montar y desmontar en 15 minutos", cuenta Rodríguez.
Una producción compleja
Una coreografía que ha sido también necesaria para conseguir grabar el programa en tiempo récord. "La principal dificultad que ha tenido este programa es que hasta que no estuviera cerrado el invitado no podías empezar a diseñar cuáles iban a ser los momentos que íbamos a recrear. Y hasta que eso no estuviera decidido no podías empezar a escribir las letras. Y hasta que no se escribía la letra, no podías empezar a plantear la coreografía, ni la escenografía, ni todo lo demás", aclara Rodríguez.
"Es un programa que exige que el departamento anterior haya terminado su trabajo poder seguir avanzando. Hemos tenido que ir trabajando casi en paralelo con invitados cerrados, con invitados que no estaban cerrados e ir avanzando con ellos", añade el productor.
De esta manera, el elenco se ha aprendido 48 canciones y 48 coreografías en mes y medio. "Normalmente estamos acostumbrados a ver en televisión un cantante solista o con coros, pero que cante casi todo el elenco, conseguir que todos aprendan las canciones y esa coreografía perfecta, ha sido muy complicado. Y no tienen cue. Han ido casi a coreografía por día".
Pero, además, cuando el reloj daba las seis de la tarde, pasase lo que pasase, el elenco tenía que volverse a los musicales que protagonizan en Madrid. "El esfuerzo artístico ha sido inconmensurable en todo. Desde el talento de quienes han preparado la escenografía, la iluminación, las bandas sonoras, hasta los ejecutantes que vienen del musical de Madrid y que son brillantes en cada ejecución", comenta Sobera.