Cuando hace una semana Terelu Campos entraba en directo en Y ahora Sonsoles para agradecer las muestras de cariño del programa y de la propia Sonsoles Ónega tras la muerte de su madre María Teresa Campos, la presentadora reveló que su progenitora dijo que Ónega era su digna sucesora como reina de las mañanas.
Algo que demuestra con la promo de la segunda temporada de su programa en Antena 3, donde la periodista y escritora sale bailando al son de una canción de Conchita. Un espectáculo que bien podría haber protagonizado Campos en su época ya que le encantaba recrear actuaciones musicales.
Esa será su mejor arma contra una Ana Rosa Quintana que en los últimos años ha perdido esa alegría que tenía en Sabor a ti o en los primeros años de El Programa de Ana Rosa -¡cómo olvidar los Saborvisión!- para cada vez ir tensándose más debido a su excesiva implicación política.
Y aunque la madrileña afirme que su enfrentamiento con Quintana a partir de la semana que viene -TardeAR se estrena el próximo lunes 18- no se lo tome como "un combate", serán inevitables los titulares que hablen de vencidos y derrotados en esta guerra crucial para sus cadenas, ya que hace poco más de un año las dos eran compañeras y amigas en Telecinco y se llegó a hablar de Ónega como heredera de Quintana.
- Terelu Campos decía el otro día que su madre comentaba que tú eras la digna sucesora de las mañanas. ¿Qué has aprendido de María Teresa Campos y qué quisieras tener de ella?
- Lo que le dije a Terelu, que es verdad: yo no conocía a María Teresa Campos, no coincidí nunca con ella. Nos admirábamos y mi padre ha trabajado con ella, pero no nos conocíamos. Un día me la pasó Terelu por teléfono en Ya es mediodía y se lo dije, que me faltó tiempo con ella para escucharla, para conocerla, para pedirle consejos... Es una deuda que ya no podré saldar nunca. Siempre quise ser María Teresa Campos por su capacidad de bajar los temas a la calle, para hablar como lo hace la gente. No hay otro tono, tiene que ese. Para mí la cámara es mi abuela, quiero que me entienda. Eso lo tenía ella, hablaba como hablamos todos. El otro día aprendí de ella, porque alguien lo dijo en plató, que ella tenía dos máximas en su vida, la justicia y el buen gusto. Y me lo he tatuado. Si eres justo con el espectador, con el personaje que te acompaña y tienes buen gusto, todo tiene un límite, seguro que nos encontramos con el sentido común de la calle.
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Siempre quise ser María Teresa Campos por su capacidad de bajar los temas a la calle. Para mí la cámara es mi abuela, quiero que me entienda.
- Ahora va a ser rival de Ana Rosa Quintana...
- Ana Rosa no va a ser mi rival, va a ser mi compañera. Creedme, que no voy a competir contra nadie. Yo tengo que salvar mis muebles, pero para mí es tan compañera como cualquier otro en cualquier otra cadena. Yo no me he puesto unos guantes.
- ¿Qué has aprendido de ella?
- De Ana Rosa he aprendido muchísimo, la veía manejarse en el plató y era una maravilla, con una gran sensibilidad para los temas sociales o la crónica social. Es una grande de la televisión. Les enviaré un mensaje deseándoles buena temporada a todos, a Joaquín, a Ana Rosa, a Susanna…
- ¿Y qué has aprendido en este año de programa de tarde?
- A parte de bailar, a hacer equipos... Aprendí lo complicado de poner una maquinaria en marcha desde cero. Partimos desde cero, construimos desde la nada, en cuanto a estructura de magacín había un solar. He aprendido mucho de técnica de plató, de escenografía, de iluminación… yo no sabía lo que era sentir un plató, construir un plató… hemos incorporado a un ambientador musical, Edu del Val y ahora estará pinchando para nosotros.
- ¿En qué se va a diferenciar Y ahora Sonsoles de TardeAR?
- Pero si no ha empezado aún. No sé. No soy adivina. No tengo ni idea. Nosotros vamos a hacer nuestro programa. No vamos a hacer grandes cambios, no vamos a despistar al espectador cuando cuesta ganar cada uno que te abre la puerta de casa. Lo que nos va a diferenciar de la competencia lo tendrá que mostrar la competencia. Nosotros ya hemos enseñado nuestras cartas. No vamos a poner patas arriba el programa porque no hay motivo para hacerlo, funciona como es. No sé qué me va a diferenciar de la competencia porque tendré que verlo. Todo el mundo tiene su marca. Todos tenemos marca. Cada uno es quien es.
- Si vemos los fichajes si que vemos que estáis reforzando la parte de sucesos y la parte de corazón...
- Sí, con la convicción de ofrecer lo que no se puede ver en otro lado. Habrá cinco magacines a la vez. El día que haya una noticia, estaremos todos con lo mismo. Ha ocurrido justamente la semana pasada con los fallecimientos de María Teresa Campos y María Jiménez. Ya hemos enseñado lo que vamos a ser: tener contenido que no se pueda ver en otro lado. Habéis fichado a dos nombres históricos de Ana Rosa.. Hemos fichado a tres grandes profesionales que han querido venirse. Yo defiendo el programa cada día, quien quiera sumarse es bienvenido, porque un programa no lo hace solo la presentadora, en el plató quiero que me acompañen los mejores.
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Habrá días en los que ganemos y dias en los que perdamos. Cuando ganemos será para satisfaccion de mi equipo y el que perdamos será ante los grandes de la television.
- También es una declaración de intenciones la promo porque yo no veo a Jordi González o Ana Rosa bailando...
- No me lo planteo como un combate. Yo no vengo a competir contra nadie. Yo vengo a hacer lo mío porque no tengo otra cosa, más que lo que yo valga, lo que valga mi equipo y mis colaboradores. Es una apuesta sólida de la cadena, incluso sacrificando la cuenta de resultados. Y a partir de ahí vamos a surfear la ola. Aquí la única que viene desnuda soy yo. A partir del 18 veremos qué hace Ana, qué hace Jordi... Pero es que hay mucha oferta en la tarde. Habrá días en los que ganemos y días en los que perdamos. Cuando ganemos será para satisfaccion de mi equipo y el que perdamos será ante los grandes de la television.
- ¿Ha habido una suerte de intercambio de colaboradores?
- No veo intercambio, de Y ahora Sonsoles no se ha ido nadie a otro lado. Fabiola Martínez nos comunicó hace unas semanas que no iba a continuar por una cuestión estrictamente personal, por proyectos nuevos que quería emprender, pero no se ha roto de ninguna manera la relación.
- Uno de sus fichajes es Juan Dávila, un humorista sin tapujos y continúa Miguel Lago y Txabi Franquesa...
- Sí, pero no van a convivir. Miguel ha dado mucho al programa, me ha ayudado a darle tono y se suma Juan Dávila, que no me puede gustar más, así como Xavi Franquesa, que va a ser una pieza clave. Siempre hay uno que es el cómico, porque yo no tengo ninguna gracia, soy más de reír. Yo no les tengo que controlar, al revés, tienen que ayudarnos a subir.
- ¿Te gusta el humor negro? ¿Hay límite en plató?
- No se ha dado la circunstancia de tenerles que decir nada porque ese plató es muy libre. Es verdad que a lo mejor hay que bajarle, pero aún no me ha ocurrido. De Juan Dávila me encanta su espontaneidad y cómo interpela al público (Juan Dávila). Palabrotas en el plató no va a haber. El límite en la tele a lo mejor requiere más prudencia, pero iremos encontrándolo.
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Sigo echando de menos la política como conversación diaria, porque me encanta, pero no en el plató, porque no creo que el público lo demande.
- ¿Alguna vez te has sentido más cómoda en el algún formato que otro? ¿Te ha acomplejado ser hija de Fernando Ónega?
- No, durante toda mi carrera he ido trabajando y aprovechando las oportunidades. Siempre pienso "mi padre lo haría mejor", pero con eso tengo que convivir. Lo demás se puede hacer todo, en Telecinco hice realities con mucho gusto, aunque en la actualidad es donde más cómoda me siento. Sigo echando de menos la política como conversación diaria, porque me encanta, pero no en el plató, porque no creo que el público lo demande.
- ¿Qué temas sociales te indignan y querrías denunciar para cambiarlos como has hecho con Alberto Chicote en Hablando en Plata?
- Me preocupa la situación de los niños que no están comiendo bien, la situación de pobreza no denunciada en la que viven muchas familias en este país, que se cuestione la existencia de la violencia machista, la falta de comunicación entre los políticos, que no haya planes educativos, que los jóvenes tengan que irse del país, que no aprendan a programar desde pequeños… a la televisión algún día se le reconocerá la labor de Estado que hace.