¿Recuerdan a Saray, la concursante de MasterChef de la edición de 2020? Tuvo una actitud bastante discutible dentro de la competición, y se fue envuelta de polémica después de entregar, literalmente, un “pájaro muerto encima de un plato” en una prueba de eliminación, cuando decidió no cocinar, y entregó el ave sin desemplumar, cruda, sobre una bandeja con algunas verduras decorando. “Nos hemos equivocado terriblemente contigo, es la vez que más nos hemos equivocado a la hora de dejar entrar a alguien por esa puerta en ocho años”, le dijeron entonces con crudeza los jueces.
El plato, por decirlo algo, de Saray, fue recordado por muchos espectadores este jueves por la noche, cuando arrancó la octava edición de MasterChef Celebrity. Y es que uno de sus participantes, el actor Jorge Sanz, se marcó “un Saray” al entregar dos huevos sin siquiera cascar sobre un plato. Aunque lo suyo no fue un acto de rebeldía, sino de prudencia.
Sucedió en la primera prueba. Los 15 aspirantes debían replicar dos platos de Miguel Ángel Muñoz y Raquel Meroño, anteriores ganadores del formato. De todos ellos, solo Jorge Cadaval y Álvaro Escassi entregaron un buen trabajo, y de hecho, el del dúo Los Morancos fue el ganador de la prueba. Por otro lado, los jueces proclamaron a la empresaria Genoveva Casanova y al actor Jorge Sanz como los peores. Y con razón.
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Al protagonista de películas como Amantes se le quemó la carrillada, y para no entregarlo, se acercó hasta la mesa de Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez con dos huevos de codorniz. “Me muero de la vergüenza, no quiero”, decía antes de presentar su plato, al que llamó ‘Dos no se pelean si uno aspira helio’. Un gesto que los jueces se tomaron con humor, pero que de sobra es sabido que de haber sucedido con los anónimos habría recibido el delantal negro. “Has hecho bueno a Juan El Chunguito”, llegaron a decirle.
En la segunda prueba, la de exteriores, resultó llamativo que todos los participantes estaban reunidos y formando equipos, pero no había ni rastro de Jorge Sanz. Y se hizo bromas conque si ya había tirado la toalla. Una vez el azar decidió quiénes serían del equipo rojo y quiénes del azul y comenzó el cocinado llegó Sanz.
“Estaba currando. Estoy con Antonio Resines haciendo una serie fantástica. Qué buen tipo. Jesulín de Ubrique lo sabe, la vida de los artistas y los toreros... te pasas la vida en la carretera”, dijo a su llegada. Entonces los jueces le asignaron el papel de pinche y ayudó a ambos equipos, y se libró de la prueba de eliminación. Genoveva Casanova, con la que compartió el dudoso honor de ser la peor en el primer cocinado, no tuvo esa suerte, acabó siendo la primera expulsada de esta octava edición.