Lydia Bosch: "Antes hacía un papel para que me vieran o buscando un premio; ahora trabajo para disfrutar"
La actriz protagoniza 'Mía es la venganza', la serie de Mediaset que saltó de Telecinco a Divinity tras sus flojos datos de audiencia.
1 septiembre, 2023 13:58Lydia Bosch confiaba mucho en Mía es la venganza. Tanto que pensaba que la ficción sería renovada. Sin embargo, ya desde su estreno la serie no consiguió convencer a la audiencia y, apenas dos semanas después, Mediaset España cancelaba la grabación de nuevos episodios y mandaba el resto de capítulos que quedaban por emitir a Divinity.
Y aunque esta cancelación ha sido un jarro de agua fría, para Bosch ha sido una gran oportunidad ya que hacer un papel así en una serie diaria le ha dado más tablas en la profesión y le ha aportado "rapidez en cuanto a la memoria".
"A mí siempre me ha apasionado mi trabajo y he tenido la suerte desde los 19 años de encontrar mi camino, pero cada trabajo que realizaba pensaba en que me vieran, para ver si me daban un premio... Ahora estoy trabajando desde otro punto. No pretendo que me vean para que me den otro trabajo o un premio. Trabajo para disfrutar", comenta la catalana.
- ¿Te pensaste mucho aceptar un papel protagonista en una serie diaria?
- Tenía muchísimas ganas de trabajar porque hacía tiempo que no estaba trabajando, pero tenía miedo por lo duro que es una serie diaria. Y luego está el tema de la memoria. Me daba vértigo. Pero, llega un momento en la vida en la que los años te dan coraje y valentía. Y luego que hay personas que requieren estar emocionalmente al límite como este personaje. Llegué a tener hasta taquicardias o eso que te tiembla el ojo. Pero estoy aprendiendo a hacer cosas para relajarme.
- ¿O sea que es duro un rodaje así?
- Sí, es duro. Pero, cuando trabajas con pasión, te gusta y disfrutas de tu trabajo... Los actores tenemos esta gran suerte de que este trabajo es un juego porque tenemos la oportunidad de vivir historias y vidas que otros no pueden hacerlo. Es una suerte poder estar trabajando. Así que no me quejo.
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Los actores tenemos esta gran suerte de que este trabajo es un juego porque tenemos la oportunidad de vivir historias y vidas que otros no pueden hacerlo.
- ¿Tenías también ese prejuicio sobre las series diarias?
- Sí, lo tenía. Yo quería estar en una serie para Netflix, en un prime time... Pero, las series diarias tienen una categoría y un nivelazo. Y mira, las series en prime time desgraciadamente las ponen a altas horas y llegas cansado.
- ¿Cómo se lleva la conciliación con un trabajo así?
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Cuando haces una serie diaria, no tienes vida. Tienes que hacer otro tipo de conciliación familiar. En casa ya lo saben. Te olvidas de ir al cine, al teatro, de ver la televisión, de hacer deporte... Yo soy una persona que me he cuidado muchísimo y una de las cosas que peor llevo es que no puedo hacer deporte. No puedo ni salir a andar porque cuando llego a casa no tengo ni ánimos.
Pero, además, yo soy una persona muy perfeccionista y bien es cierto que al principio sufría la serie en el aspecto de que quería tenerlo todo controlado. Y en una serie diaria no puedes tenerlo todo controlado. Si no te sabes el texto de diez, te lo sabes de seis. Es otra forma de trabajar que, cuando te habitúas, tiene un poco de teatro, que no sabes qué va a pasar. Y te lanzas. Pero me ha hecho muy feliz.
- ¿Qué posibilidades como actriz da actuar en una serie diaria y no en otro tipo de ficciones?
- Como actriz da igual el formato porque el trabajo lo tienes que hacer igual. Pero en la diaria sí que tiene que haber más inmediatez, algo más visceral ya que no te da tiempo a trabajarlo tanto. Así que te aporta rapidez en cuanto a la memoria.
Ojalá se hiciera la historia de la tercera temporada de 'Motivos personales' porque era la bomba.
- Tu vuelta a la televisión siempre hacer recordar a los espectadores aquella gran serie llamada Motivos personales y más ahora que Netflix la ha rescatado...
- A mí me encanta. Con Motivos personales me sucedió algo muy parecido a Mía es la venganza, que creía tanto en ella. Y estoy muy orgullosa de Motivos personales. Ojalá que se pudiese retomar. Desgraciadamente hay personas que no podrían estar en la serie, pero estaría bien una tercera parte porque los guiones eran muy buenos y la historia de la tercera parte era la bomba.
- Ibas a perder la vista, ¿verdad?
- Sí, me estaba ya preparando en la ONCE. No te digo lo que pasaba por si lo retoman. Era una serie muy innovadora.
- Para otras actrices, un personaje como el tuyo en Mía es la venganza supuso un salto en su carrera y la industria le miró de otra manera. ¿Crees que puede pasar algo así en tu caso?
- A mí siempre me ha apasionado mi trabajo y he tenido la suerte desde los 19 años de encontrar mi camino, pero cada trabajo que realizaba pensaba en que me vieran, para ver si me daban un premio... Ahora estoy trabajando desde otro punto. No pretendo que me vean para que me den otro trabajo o un premio. Trabajo para disfrutar. Cuando te entran esas preguntas trascedentes de que no haces nada por la sociedad, ahora me he dado cuenta a través del cariño de la gente que indirectamente he ayudado a muchas personas en su momento de soledad. Lo personalizo, pero me refiero a los actores en general. Mi único fin con esta serie era disfrutar, seguir creciendo como actriz, seguir superando metas a las que no pensaba que podía llegar y tener la posibilidad de acompañar a personas diariamente en sus casas y hacerlas sentir que no están solas. Solo quiero disfrutar y ser consciente de que soy muy afortunada.
- Un programa que ofreció otra faceta tuya fue Tu cara me suena. ¿Cómo lo recuerdas? ¿Qué te aportó?
- En un principio, cuando se me ofreció participar, yo pensaba que cómo una actriz iba a hacer algo así, que yo tenía que estar actuando. Pero cuando vi a Pepa Aniorte, que es una actriz que miro mucho, me aventuré. No quiero que suene a pedante. Creo que ha abierto la puerta para según qué personas de mi forma de ser consideradas algo más tímidas o serias, se animen a participar. Yo no soy una lumbrera en cuanto a humor. Y ojalá volviera a hacerlo para aprovecharlo desde el principio.