El verano es una época de bajo consumo televisivo, al menos, en lineal. Sin embargo, en las plataformas de vídeo sí que se consume y mucho las series y películas, ya sea en la playa, la terraza de turno o el lugar en el que cada cual haya podido descansar (si ha podido, claro).
En una era en la que Netflix, Prime Video o Disney+ están a la orden del día, resulta muy interesante bucear también en otras plataformas para encontrar pequeñas joyas de la televisión, y mejor si tienen cierto placer culpable. Como placer culpable entendemos una serie que nos puede resultar atractiva, que nos haga disfrutar, a pesar de que tenga todos los ingredientes para provocar justo lo contrario. Unas, por cómo les ha sentado el paso del tiempo, y otras, porque nunca fueron perfectas según los cánones establecidos. O por ambas cosas a la vez.
Felipe y Letizia (disponible en Mitele)
Hubo una época en la que Telecinco ofrecía biopics de forma recurrente. No hubo personaje de interés que no se librase del suyo: la baronesa Thyssen, la duquesa de Alba, Carmina Ordóñez, Paquirri, Isabel Pantoja, y así, un largo etcétera.
Tampoco se libraron en la Casa Real, y se ofreció miniseries sobre el rey Juan Carlos, Alfonso de Borbón o los actuales reyes Felipe y Letizia. Así, en 2010 vio la luz Felipe y Letizia: Deber y querer, dirigida por Joaquín Oristrell y compuesta por dos episodios.
En su momento, la serie generó mucho ruido en las emergentes redes sociales, donde fue tomada casi como una parodia. No es para menos. Sin ser su intención, la serie arranca una sonrisa por determinadas situaciones, diálogos e interpretaciones. Lo que hizo Juanjo Puigcorbé como Juan Carlos de Borbón (vestido de chándal en algunos momentos) roza la parodia de fin de año, pero no podemos obviar a Marisa Paredes con un presunto acento griego como doña Sofía.
Hay momentos hilarantes, como aquel en el que una doncella de palacio le acerca el postre a Puigcorbé diciéndole “majestad, su helado”. Y frases que no sabes si escondían algún subtexto, como esa necesidad de doña Sofía de estar siempre pendiente de su hija Elena, o si Juan Carlos y Sofía se casaron por amor o porque debían hacerlo.
Canguros (disponible en atresplayer)
En esta ficción de mediado de los 90, creada por José Ganga y producida por José Frade, contaba las andanzas de Alicia (Maribel Verdú), una actriz que se gana el pan como canguro de niños, así como de sus ligues y sus compañeras de piso. En una era en la que la palabra poliamor ya no suena extraña, cabe destacar que Alicia era poliamorosa, y que mantenía hasta tres relaciones a la vez. Eso sí, sin que los hombres fuesen conscientes entre sí de que estaban compartiendo chica.
Hay que destacar que la serie no está al completo: en la plataforma de vídeos de Atresmedia solo hay subidos 13 episodios de los 65 que duró. Sin embargo, uno de los que están disponibles resulta muy llamativo, e imposible de emitir en la actualidad. Hablamos de Mamá sale todas las noches, el número 11.
En él, Alicia cuida a dos adolescentes cuya madre trabaja de noche. Lo controvertido es que la buena mujer ejerce la prostitución, y sus pequeñas se definen a sí mismas como unas “hijas de puta”. Incluso le dan consejos a su canguro sobre cómo podría ganarse un sobresueldo y qué tarifas debería cobrar según los servicios que ofrezca.
Una de las escenas más controvertidas fue aquella en la que las jóvenes intentan seducir a un adulto, un actor con el que confunden con un cliente, con frases como “si no fuera porque te meterían en la cárcel, te haría un favor”, mientras se pasaban la lengua por los labios.
Este episodio hizo que PRODENI (Asociación para los derechos del niño y de la niña) pidiese la Fiscalía General del Estado que actuara contra la serie por atentar contra la dignidad y los derechos de la infancia. En la denuncia además señalaban que en otro episodio uno de los niños bebía alcohol.
Hoy quiero confesar (Flixolé)
¿Recuerdan la serie Mi gitana, de Telecinco, que narraba, con cierta mala leche, la vida de Isabel Pantoja? No la busquen en Mitele, porque la tonadillera consiguió que la retirasen. El biopic de la sevillana que sí está al alcance del espectador es Hoy quiero confesar, emitida en Antena 3, y que en la actualidad está solo disponible en la plataforma Flixolé.
En ella, Belén López da vida a una sosias de Isabel (se cuidaron mucho en cambiar nombres y datos para evitar litigios), y cuentan cómo se enamoró del torero Paco (Paquirri) o el alcalde de Marbella Julián.
Tiene mucho encanto ver cómo fue la relación entre la protagonista y la locutora Elena, de la COPE (Encarna Sánchez), los problemas legales que tuvo que aguantar de su hermano Gerardo (una réplica de Bernardo Pantoja, padre de Anabel, al que retratan como un jugador empedernido) y así, un largo etcétera.
Resulta delicioso ver cómo los datos se edulcoran por temas de derechos. Así, la protagonista, de la que no se suele mencionar el nombre, pero que sería Julia, graba discos como ‘Marinero’, guiño evidente a ‘Marinero de luces’, por ejemplo. O aquella revista en la que aparece junto a una réplica de María del Monte con el titular sutil “las dos amigas disfrutan de la fiesta”.
Quien sale mejor parado de toda esta aventura es Julián Muñoz, y es que el personaje en el que inspiraron en Hoy quiero confesar lo interpretó Luis Fernando Alvés, quien tiene una percha que no recuerda en absoluto a la del exmarido de Mayte Zaldívar.
Taller mecánico (RTVE Play)
Cerramos esta propuesta de series para revisitar con una comedia de situación de TVE, que es café para muy cafeteros. Hablamos de una ficción de 20 capítulos, de media hora cada uno, creada y dirigida por Mariano Ozores, y protagonizada por su hermano Antonio Ozores, cuya hija encarna Leticia Sabater. También estaba por allí María Silva, fallecida este año, o Juan Carlos Martín.
Es una oda a la propia creación de Mariano Ozores, una película de esas con etiqueta de españolada hecha serie. No faltan mujeres ligeras de ropa, Antonio Ozores termina en un episodio con unas bragas en la cabeza, y hasta el tópico de la chacha interpretada por Florinda Chico está presente.
La serie, que ha sido rescatada recientemente por RTVE para su plataforma gratuita, está bastante olvidada del imaginario colectivo, pero Antonio Ozores llegó a ganar en su momento el TP de Oro como mejor actor. Por cierto, un detalle delicioso es que no se grabó con sonido directo, y fue doblada posteriormente por los propios actores.