Cocinar se ha convertido en un hobby que cada vez seduce a más personas que encuentran en los fogones una vía de expresión y creatividad. De hecho, es usual encontrar en las redes sociales canales especializados en la elaboración de platos. Pero, pese a su gran expansión, el sector gastronómico sigue siendo un mundo por explotar... también en televisión.
Los programas de cocina vienen cosechando innumerables éxitos durante los últimos años. Además del imparable MasterChef de TVE, han existido otros casos de éxito en la televisión de nuestro país como Top Chef, de Antena 3, y Pesadilla en la cocina, en laSexta.
Junto a la producción nacional, son muchos los programas culinarios, principalmente estadounidenses, que se producen y que acaban irrumpiendo en la televisión española a través de canales de la TDT o de pago. Es el caso de Maestros de la parrilla, que comenzó en Mega en el año 2019 y que se emite cada día a última hora de la tarde.
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Maestros de la parrilla es un nuevo concepto televisivo que busca atraer a los foodies más tradicionales. Este público, además de interesarse por las últimas novedades culinarias y mostrar pasión por lo bio/ecológico, también busca nuevas posibilidades en conceptos tradicionales como una barbacoa, y todo ello con un estilo cercano y desenfadado.
Fire Masters, que es su nombre original, es un talent de cocina canadiense que comenzó a emitirse en julio de 2019 de forma simultánea en Food Network Canadá, y en Cooking Channel (EE. UU.). Presentado por el chef Dylan Benoit, muestra cada semana a tres grandes chefs que demuestran sus habilidades en la parrilla compitiendo en tres rondas exigentes.
Los 75 concursantes que se enfrentan por temporada cocinan con fuego de verdad, de tal modo que la presión es muy elevada para cocinar platos atractivos con mariscos, frutas, pizzas, carnes y pescados. La primera prueba es el ‘Fuego Incontrolado’, donde los participantes cocinan contra reloj con los ingredientes asignados. Luego llega un cara a cara en ‘Fuego Cruzado’, en la que el ganador recibe una parrilla de barbacoa portátil.
El finalista deberá luchar contra uno de los tres jueces en la ronda final en el ‘Festín del Fuego’. Tras la cata a ciegas, si el aspirante logra superar al chef, obtendrá un premio de 10.000 dólares y el título de ‘Maestro de la Parrilla’.
El presentador
Cocinero y emprendedor, Dylan Benoit se inspiró en la cocina casera de su madre y la ética de trabajo de su padre para formarse en la Escuela Culinaria George Brown y formar parte del quipo de ONE Restaurant, dede Mark McEwan. Viajó por todo el mundo, enriqueciéndose de la cultura gastronómica, hasta finalmente asentarse en las Islas Caimán, donde actualmente reside.
De igual modo, gestiona varias empresas de hostelería como Prime Kitchen o Carnivore Premium Meats, la única carnicería a medida de las Islas Caimán. Su estilo rompedor y salvaje es llamativo porque rompe con los cánones del chef ataviado con la clásica chaquetilla blanca.
¿Por qué se debe adaptar en España?
España ha sido tradicionalmente un país interesado por las recetas de cocina. Elena Santoja, con su programa Con las manos en la masa, en 1984, fue la encargada de abrir un camino que luego siguieron otros chefs como Karlos Arguiñano, su hermana Eva, Bruno Oteiza o Darío Barrio.
No obstante, fue el chef José Andrés el que revolucionó la cocina en la pequeña pantalla con Vamos a cocinar con José Andrés, quien invitaba a personalidades a cocinar. Cadenas como Telecinco intentaron en 2006 convertir estos programas en realities, como Esta cocina es un infierno, con Sergi Arola y Mario Sandoval, pero no triunfó.
El nuevo concepto de Maestros de la parrilla triunfa en Mega con audiencias superiores al 2% de share. Y esto es debido a que rompe con los cánones convencionales. ¿Debería adaptarse en España?
Programa ágil de ver. Con una duración de unos 45 minutos de media, se presenta como un programa de dinámica sencilla y divertida, donde no hacen falta historias secundarias, solo cocinar, para atraer al espectador. Acabaría con uno de los hándicaps de MasterChef, su extensa duración y sus horas de emisión intempestivas.
Formato ágil para los participantes. Cada programa está compuesto de tres pruebas esquemáticas y sencillas, de tal modo que el concursante se adaptará al estilo fácilmente. Además, la duración de cada prueba será de menos de veinte minutos, lo que hará captar la atención plenamente.
Plena emoción. El fuego es un factor condicionante y atractivo para el espectador, ya que a las técnicas culinarias se le suma la emoción de un elemento que, en caso de descontrolarse, puede generar serios problemas. En sus temporadas se han visto chefs atrevidos, como Mathew, que ha elaborado un tataki de ternera directamente sobre los troncos ardiendo.
Desarrollo de nuevas habilidades. No solo entre los participantes, sino también entre los espectadores, se generan nuevas habilidades. Este formato pone en valor el ingenio, la organización y la puntualidad. Los platos se juzgan por su ejecución, presentación y sabor, aunque al gestionar las llamas en muchas ocasiones se cometen despistes como no sazonar y probar la comida.
Innovación gastronómica. Maestros de la parrilla permite dominar las diferentes zonas de temperatura de la parrilla y desarrollar la habilidad para mantenerla cocinando a una temperatura óptima. No solo supone un reto para los concursantes, sino también para los espectadores, que aprenderán nuevas técnicas que aplicar en casa.
El fenómeno Maestros de la parrilla podría acabar siendo similar a la repercusión de MasterChef, pues en países como México incluso se hacen giras con Master Classes que son seguidas por miles de usuarios.
Son muchas las razones por las que este formato de talent culinario podría triunfar en la televisión española si se adaptase, captando a un nuevo público que busca más la emoción y la sorpresa, y en este caso la adrenalina de las llamas, en lugar de la alta cocina.