TVE sorprendía este verano al fichar a Jordi González para presentar Lazos de Sangre. Esto suponía una doble novedad: por un lado, el programa dejaba de estar conducido por Boris Izaguirre, que ha dado el salto a Atresmedia para conducir Más vale tarde en laSexta con Adela González. Por otro, el cambio de casa de González, quien ha estado vinculado a Mediaset durante 20 años, y que el pasado mes de mayo dejó de tener contrato con el grupo de Fuencarral.
En esta nueva etapa, Lazos de sangre está emitiendo reportajes que ya fueron grabados el año anterior, como los de Massiel, Mecano o Camarón de la Isla, que no se emitieron en el pasado 2022, pues el programa dejó la parrilla de forma precipitada en el mes de noviembre. Y a estos se suman otros nuevos como el ya emitido de Tamara Falcó o el de Pepa Flores, que será el que se disfrute el miércoles de la semana próxima.
En esta nueva aventura audiovisual, Jordi González estaría cobrando 15.000 euros por entrega. Así se ha desvelado después de que se realizase una petición al portal de Transparencia por parte del medio especializado Tvienes.
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Podría dar la sensación de ser un sueldo elevado, pero que es habitual en los programas que se emiten en el horario estelar de la televisión. El montante sería igual al que cobraba Luján Argüelles por el programa de destrezas digitales Brigada Tech, e inferior al de Julia Otero por Días de Tele (25.000 euros), Juan y Medio por Dúos Increíbles (20.000) o Ana Morgade por Vamos a llevarnos bien (20.000 euros).
Como es habitual, Lazos de sangre se divide en dos partes, la emisión de un documental y un debate posterior, que es el que modera Jordi González. Mientras que los documentales rondan el 8% de cuota, los debates suben hasta el 10%, si bien esa subida se corresponde a la hora de emisión e implican un menor número de espectadores.
Hay que destacar que TVE sí ha querido desvelar el caché de Jordi González, pero no comunicó en el pasado cuál era el caché de Boris Izaguirre. RTVE decidió acudir a los tribunales para no revelar cuánto cobraba el venezolano, que también estuvo al frente de Prodigios en la pública. Entonces alegaron que el derecho a la intimidad prevalecía sobre el interés público por conocer este dato.