A pesar de que una de las premisas de la renovación de Telecinco es ofrecer un entrenamiento más blanco; La última noche, el magacín nocturno que tiene la misión de suceder a Viernes Deluxe, comenzó hablando de política. El programa presentado por Sandra Barneda tuvo como primer invitado a Miguel Ángel Revilla. El expresidente de Cantabria acudió para hablar de diversos temas. Entre ellos, el de los resultados de las elecciones generales del 23-J.
Al compás de una jota montañesa, Barneda recibió al diputado del Parlamento de Cantabria. La entrevista fue directa a la política, ya que la periodista, directamente, le preguntó por su situación política actual. “Desde hace un mes y medio, que las urnas decidieron que no siguiese de presidente. Sigo de diputado, pero, como le dije a todo el mundo, paso a ser lo que siempre he intentado ser: ciudadano Revilla. Una persona normal y corriente”, le respondía.
“Si tú vieras lo que yo hago todos los días, te parecería increíble. Tengo manías, incluso alguna cabrea mucho”, señalaba, antes de confesar que su coche parece “un bazar”, ya que tiene “comida para pájaros, perros y gatos”. “Hay gente que me ha sacado foto cuando le doy de comer a gatos callejeros, que no se debe hacer, pero los animales son mi debilidad”, proseguía.
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A pesar de que Barneda tuvo la oportunidad de llevar la conversación por temas más triviales y amenos, dado que Revilla se ha prestado a ello en otros formatos como El Hormiguero, la periodista llevó la entrevista por un marco político, pues aprovechó para preguntarle si se ve como un animal político. “Sí, siempre he tenido una vena política, pero todo ocurre de repente. Somos una casualidad en la vida”, le respondía, para después explicar lo que le motivó a querer convertirse en político de su comunidad autónoma.
Revilla no pudo reprimir las lágrimas al reconocer que siente “tristeza” por despedirse de la presidencia de Cantabria, que llevaba rigiendo en segundo mandato desde 2015, anteriormente fue presidente entre junio de 2003 y junio de 2011 y fue vicepresidente entre julio de 1995 y junio de 2003. “La gente ya se ha cansado de mí, ya se han aburrido de tenerme ahí, pero yo me siento muy orgulloso de lo que he hecho por Cantabria, en los ochenta la gente no sabía ni dónde estábamos, no teníamos ni nombre”, confesaba emocionado.
Por supuesto, Barneda llevó la conversación a las elecciones generales y el diputado cántabro no dudó en hablar de la complicada situación que han dejado las urnas, así como compartió su miedo por Vox. “Predije que iba a haber mayoría entre PP y Vox hace 15 días. Luego hice otra porra en la víspera y lo clavé. Cambió todo en ese lapso de tiempo. ¿Por qué? En 15 días, la gente empezó a coger miedo, el primero yo, que hubiese en España un gobierno con Vox. El PP y Núñez Feijóo son razonables, pero Vox, hay que tener cuidado”, explicaba.
"Me he dedicado media vida a mejorar la vida de los cántabros"
Revilla recordó que el PRC optó por abstenerse en segunda votación, permitiendo así un gobierno en solitario de la popular María José Sáenz de Buruaga y así evitar que entrara el partido de extrema derecha en el gobierno autonómico cántabro. “Me he dedicado media vida en conseguir una autonomía que ha mejorado la vida de los cántabros. Imagínate lo que significa para mí que pudiera entrar una persona que está en contra de nuestro sistema autonómico, que está en contra de nombre a la violencia de género (que existe tal cual), que cuestiona la diversidad sexual, que no acoge al migrante. [Vox] es un partido antieuropeo. A mí me da miedo y ver los pactos de la Comunidad Valenciana y Extremadura hizo que la gente se movilizara y un número de votantes de centro-izquierda se levantasen y fuesen a las urnas”, razonó.
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“El panorama es terrible, con Sánchez no sé qué pensar. Racionalmente, sólo veo convocar nuevas elecciones como único camino. Pero yo no estoy en la piel de Sánchez, de un hombre que ha conseguido cosas inimaginables”, expresaba, aunque sí consideraba que es muy problema una repetición electoral, dado que “se van a pedir cosas inaceptables”.
Una entrevista de fuerte tono político que contrastaba con las intenciones de realizar un magacín nocturno de entretenimiento y de información de actualidad social. Aunque, tras la presencia de Revilla, Barneda sí que logró un tono distendido con la visita de Marta Flich. Posteriormente, volvió a ponerse seria, pero para tratar temas de actualidad social, al hablar de los últimos casos de agresiones sexuales y cómo la pornografía está influyendo en ello. Un debate alejado de la política y enfocado en lo social, siendo uno de los puntos fuertes de La última noche, al evocar el estilo de El gran debate.