Este pasado viernes 14 de julio, antes de que Bertín Osborne estallase en redes sociales contra Sonsoles Ónega (así como contra Emma García, María Patiño y Sandra Barneda); la noticia aún seguía digiriéndose en el magacín vespertino de Antena 3. De hecho, en esa misma jornada, se vio “incoherente” la actitud de Gabriela Guillén, la madre del que será el sexto hijo del cantante. Una opinión que no fue compartida por todos los colaboradores del debate.
De ahí, que surgiese un ligero desencuentro entre la presentadora y Juan Sanguino. El periodista fue uno de los defensores de la actitud de la modelo paraguaya, la cual, según fuentes de su entorno, dice estar saturada por la recepción mediática. A pesar de ese presunto agobio, Guillén ha ido atendiendo a la prensa y ha ido controlando la gestión de la información ha ido dejando, como el revelar públicamente que ya ha decidido el nombre del bebé, algo que no ha pasado desapercibido para buena parte de la mesa de debate.
“¿Esta señora no dice que no quiere hablar? Lleva tres días respondiendo a las preguntas de los periodistas”, compartía Olga Viza, quien ha seguido la noticia del embarazo mediante las informaciones del magacín de Ónega. “Está dosificando la fama. Está jugando con nosotros”, ha entrado a valorar la veterana periodista. “Debería dejarnos a todos descolocados y decir delante de la cámara: ¡Sí, quiero ser famosa! ¿Qué pasa?”, añadía Valeria Vegas. Nacho Gay, por ejemplo, se mostró decepcionado con la modelo, dado que mintió a su medio de comunicación.
Sin embargo, a pesar de que buena parte de los colaboradores compartían opinión (aunque con perspectivas distintas), fue Sanguino el que mostró la nota más discordante. Para el autor de Cómo hemos cambiado: la transformación de España a través de la cultura pop, sí que era lógica la actitud ambivalente de Guillén con la prensa. “Yo la entiendo perfectamente. Ella tiene que salir de casa, tiene que hacer cosas. Pensará que, si atiende a los periodistas, quizás se cansen y se vayan”, respondió ufanamente.
“Le deberíamos agradecer este tipo de declaraciones”, ha expuesto también. “¡Qué buena fe tienes, Juan!”, aprovechaba para compartirle Viza. “Creo que, en este momento, Gaby sería la que persiguiera a los periodistas si éstos no la persiguieran a ella. La verdad es una contradicción permanente”, le respondió Nacho Gay, quien dijo un día antes que “había nacido una estrella”.
Ónega, entonces, le dio la razón al resto de compañeros. Eso sí, de manera diplomática y respetando que el exconcursante de Traitors tuviera una opinión diferente. “Pero hay formas y formas de gestionar una historia mediática. También tenemos que valorar la coherencia de sus actos con las palabras”, le explicó la periodista al autor.
"Estamos hablando de un bebé, es algo maravilloso"
Sanguino le respondió que eso sería “peligroso”, dado que sería “entrar a juzgar” el comportamiento de la modelo. Ahí, Ónega le recalcó que sólo se hablaba de la incoherencia de sus actos. “No, [no entramos a] valorar. No decimos si está bien o mal”, le clarificó.
Otra fricción vino cuando toda la mesa señalaba que para el entorno de Osborne, especialmente las hijas que tuvo con la desaparecida Sandra Domecq, se ha recibido la buena nueva como un jarrón de agua fría. “Es un problema”, señalaba Nacho Gay, haciendo referencia al hecho de que Osborne, con 68 años, haya concebido a un sexto descendiente. “Pero si estamos hablando de un bebé, es algo maravilloso”. “Tú es que eres un feliciano de la vida. Un hijo distorsiona las familias, quieras o no”, le respondió Ónega. “No es como si, de repente, se hubiera comprado un coche que contamina el salón. No, es un bebé. Es algo estupendo”, dijo, provocando la risa de nerviosa de buena parte de sus compañeros. “¡Cómo se nota que no tienes!”, se pudo escuchar.
“No es sencillo. Sobre todo, porque es un niño que no viene de una relación estable. Es un problemón”, expresó la conductora. “Bueno, problemón es una palabra fea”, defendió el periodista. “Ya, pero es lo que es”, volvió a señalar Ónega. De hecho, para remarcar que la llegada de un nuevo miembro a una familia la trastoca completamente, Nacho Gay expuso el ejemplo de la hija-nieta de Ana Obregón. “Esa niña la ha querido tener Ana, pero ha convertido de Alessandro Lecquio en abuelo”, remarcó.