“Pepa y agua pa’ la seca, to’ el mundo en pastilla’ en la discoteca”. Ese estribillo sonó y mucho durante el verano de 2021, y no hace falta ser un gran poeta para descifrar de qué hablaba. Pepas, que así se llama la canción, era una oda a tomar sustancias ilícitas en las pistas de baile. Drogarse con método, que diría Lola Flores; las pepas, las pastillas, causan deshidratación, y de ahí que hable de que haya que tomar agua. No sea que a alguien le dé un chungo.
Esta noche, en Tu cara me suena, Agustín Jiménez pasará por el clonador y entonará este pegadizo hit, que llegó a lo más alto de Billboard en menos de una semana.En el concurso de que presenta Manel Fuentes se apostará por una versión en concreto de la canción, la que interpretó Farruko en el concurso Nuestra Belleza Latina, y en la que la parte que dice “pastillas” se omite. No es que TCMS haya censurado el tema, ojo: es que la actuación que emulan así lo hacía, dejando que el público gritase la palabra en cuestión.
En otras ocasiones, este mismo formato ha recreado canciones que hablan de experiencias psicotrópicas. Como La mandanga de El Fary que hizo Rocío Madrid, o aquel Chimo Bayo de Arturo Valls que decía eso de “exta sí, exta no, esta me gusta me la como yo”. Lo llamativo de la canción en sí es que, justo después de ser un pelotazo internacional, su intérprete llegó a pedir perdón por cantar a las drogas y encomendándose a Dios en mitad de un concierto, cuando sonaba la base de Pepas.
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No hay que pensar que Farruko es un artista urbano de lo más ingenuo, al que le hacen cantar una canción sin saber a qué hace referencia. De hecho, días después del lanzamiento del hit, tuiteó el emoji de varias pastillas. Cantaba a las pepas y con mucho orgullo. “La canción es un hit porque la gente necesitaba un ritmo contagioso, una alegría que le cambiara la vibra”, expresaba el artista al inicio de la promoción.
Algunas voces ya le criticaban por hacer un cántico a la droga, pero él se defendía en las entrevistas. “Yo canto lo que se vive allí afuera. No te puedo hablar de Disney World, porque lo que estamos viviendo no es Mickey Mouse tomándose un helado de cereza. Lo que estamos viviendo son este tipo de cosas”, aseguraba en octubre de 2021, durante una entrevista.
No pasó mucho tiempo, tan solo cuatro meses, para que el de Puerto Rico diese un paso atrás, y lo hiciese durante uno de sus recitales. Cuando comenzó a sonar la música de Pepas no se puso a cantar, sino a pedir perdón, a todo el público en general, y también a Dios.
“Yo me creía mi propia mentira. Porque mi canción estaba número uno, yo no sabía el mensaje que yo estaba dando, que le decía a la gente 'tómate una pastilla para que seas feliz'. ¿Y sabes qué? Yo no me siento orgulloso de eso. ¡Sabe Dios a cuantos de sus hijos les hice daño!... Y yo hoy me paro, como un varón, a decirles que me perdonen como ser humano”, exclamó en un concierto que celebraba en Miami, en febrero de 2022.
“El amor empieza por el perdón y quiero que esta noche se sienta esa presencia y que cuando usted salga de aquí, no se vaya a una discoteca. Vaya a su casa, abrace a sus hijos, abrace a su pareja, abrace a papás. ¿Sabe por qué? ¡Porque nada en este mundo es eterno! Solo nosotros y eso lo hizo Dios... Y si usted quiere salvarse, hermano, si quiere vivir una vida plena, hay que aceptar a Dios”, insistía el artista, que se sentía como “un pecador”, y que recordaba a todos los que querían corear eso de “pastilla en la discoteca” las bondades de Dios, y se comprometió en llevar a éste por bandera.
Eso no signfica que Farruko, cuyo nombre real es Carlos Efrén Reyes Rosado, no haya vuelto a cantar el tema. Ese mismo febrero la volvió a hacer en directo, y más tarde volvió a decir que no la haría nunca más. En mayo de 2022 dio un giro a su carrera y comenzó a cantar música religiosa, con temas como Nazareno o Misericordia.