Kiko Hernández y el millonario regalo que le ha hecho a Sálvame con el esperpento de su boda
Este pasado martes, el colaborador reapareció y consiguió un 14,7 por ciento y 1.347.000 espectadores. ¡Cuándo se habrá visto en otra el programa!
15 junio, 2023 02:38El día 8 de junio Sálvame hizo pública "la bomba de todas las bombas", como la definieron las mentes pensantes del programa. Iban a desvelar un hecho histórico, inaudito. Yo cuando escuché el cebo ni me alteré, de tanta vacuna contra ese espacio; pensé que se trataba de la típica estrategia del programa para arañar audiencia, para sacar un poquito de músculo y poder decir que el programa se acaba, sí, el 23 de junio, pero que está lleno de vida y que el público continúa respaldándolo.
Ya lo han ido diciendo los que entienden y conocen cómo funciona la maquinaria de La fábrica de la tele: van a morir matando, y una forma de matar -de entre varias- es haciéndole ver a los jefes -y a los programas venideros- que nadie va a conseguir nuestra audiencia, que somos los mejores, pese a todo. Que la tele la inventamos nosotros y que los demás no tienen ni idea de cómo hacerla.
Ya lo vino a sentenciar Jorge Javier -antes de retirarse-: el entretenimiento sólo se sabe hacer en Sálvame, lo demás no es televisión. Pues ese día 8, como digo, denotaron la bomba: Kiko Hernández se iba a casar ese próximo fin de semana. Es decir, el sábado 10 o el domingo 11 se daba el 'sí, quiero' con Fran Antón. El que dio la presunta exclusiva -o colaborador necesario en la trama- fue Miguel Frigenti.
Éste sostuvo, además, que la despedida de soltero ya había tenido lugar en Melilla y que la boda iba a celebrarse el pasado finde. Todos los medios se hicieron eco, los colaboradores se emocionaron -en realidad, llevan llorando días. Un hecho sorprendente: alguien reconoce que es gay y todos -le- lloran, como si hubiera anunciado una debacle o una enfermedad-.
Total, que nadie puso en duda la noticia. Casi nadie; yo nunca me creí nada. Lo que terminó por confirmarme mis sospechas-certezas fue el silencio sepulcral de Kiko.
Desde el jueves se activó una maquinaria surrealista, esperpéntica: todos los programas, a todas horas, hablando de una boda que nunca existió. Los programas conectaron con el Bingo Las Vegas, sala en la que se iban a dar, supuestamente, Kiko y Fran su 'sí, quiero' e iban a sellar sus vidas. Invitados arreglados, muchísimos datos... ¡hasta se desveló el dress code de los novios y el menú que degustarían!
Y suma y sigue. Las informaciones no se han detenido desde el pasado jueves: y yo en casa me debatía entre el bochorno y el bostezo. Yo sabía que no había existido boda alguna, que todo era un plan orquestado por Kiko y por su amiguete Fran. Unas sospechas que el propio Kiko reconoció el pasado martes, en Sálvame: no se ha casado. El tío lo suelta tan campante y niega que desde su entorno se haya hablado de boda porque nunca fue tal.
Hay que tenerlos cuadrados, pero creo que a estas alturas nadie se puede esperar otra cosa de ese programa y de la gente que lo compone. Se han reído de nosotros, una vez más. Nos han usado -a los periodistas y al público general-, y nosotros nos hemos dejado usar. Una vez más, la maquinaria de esa productora se ha salido con la suya: humo y más humo, audiencia y más audiencia. No lo digo yo: el share es incuestionable.
Este pasado martes, con la reaparición del no-casado Kiko Hernández, el programa alcanzó un 14,7 por ciento y 1.347.000 espectadores. Una audiencia bien, dados los preocupantes números que venía cosechando. Y ahí, al ver en la mañana de este miércoles el dato, se me ha encendido la bombilla: toda esta burda mentira se ha tratado de un regalo, el último gran regalo de Kiko al programa antes de que termine.
Porque, suelto la pregunta al aire: ¿a nadie le parece extraño que Kiko haya sido durante 14 años el intocable del programa, que nada se haya sabido de su vida amorosa, que se le haya protegido hasta extremos enfermizos y que ahora se le relacione con el tal Fran y se le case? ¿Nadie se cuestiona que aquí hay gato encerrado? Y no me vengan con la monserga de los sentimientos y que las cosas vienen como vienen... no.
La vida no es un guión de televisión ni una escaleta de programa. Qué casualidad, digo yo, que escasos días antes de que se cancele Sálvame Kiko dé el paso de casarse. Ay, qué caprichosa es la vida, ¿verdad? Insisto: menudo regalazo el que le ha hecho Kiko a Sálvame. ¿Habrá sido voluntario y motivado por una reunión con la cúpula?
Total, que este pasado martes Kiko ha desvelado que sí, que se casará con Fran Antón. Lo hará, según sus propias palabras, en septiembre. -Habrá que ver cuando llegue septiembre en qué queda todo esto-. De momento, Kiko ha tirado de show, de televisión, y se ha subido en su pulpillo para anunciar la buena nueva.
"Durante mucho tiempo se ha hablado y se ha dicho si tengo una relación o no. Se ha especulado muchísimo sobre mi vida sentimental. Creo que ha llegado el momento de contar la verdad. Y esa verdad se define en que hace tiempo encontré a la persona que más feliz me ha hecho en toda mi vida. Hace tiempo encontré lo que es el amor de verdad. He encontrado al hombre de mi vida, he encontrado al mejor padre que me puede ayudar en este camino con mis hijas. He encontrado a la persona que más quiero en este mundo. Esa persona se llama Fran Antón", ha expresado.
"Gracias a estar feliz y a estar con él he podido sobrellevar muchísimo mejor que este programa termina. Gracias por regalarme una familia maravillosa, gracias por querer tanto a mi familia. Me gustaría que esto durara toda la vida. Y quiero decir algo: en septiembre nos casamos. ¡Me caso en Melilla!", ha concluido Kiko.
Todo ello, con la pompa, las luces y los taquígrafos propios del programa, ya en estertores. Resumen de toda esta pantomima: Kiko no se ha casado, tan sólo se casará. Qué sabe nadie dónde estaremos el próximo mes de septiembre. De momento, lo importante es la audiencia. Y qué buen dato hicimos el martes, ¿eh?