Los actores Eva Santolaria y Carlos Cuevas cerraron El Hormiguero de esta semana, y acudieron al programa de Pablo Motos para promocionar Citas Barcelona, la serie de Amazon Prime Video que se estrena el 13 de junio. Al entrar en el plató, Pablo le preguntó a la actriz que si le recordaba a cuando grababa 7 vidas, y ella reconoció que sí. Y es que Eva interpretó a Vero en la conocida serie de Telecinco, que se grababa en directo con público, y para ella era una experiencia muy emocionante cuando decían su nombre.
La serie, en cada episodio, retrata dos parejas que se conocen por Tinder, salvo el sexto capítulo, que es el que protagoniza Eva Santolaria junto a Antonio Hortelano, del que fue pareja en Compañeros. Sus personajes ya no son Valle y Quimi, sino “Claudia e Imanol, quienes fueron su primer amor, se dieron el primer beso”.
Esto sirvió para que ambos invitados recordasen sus primeros amores, y Carlos Cuevas intentó echar balones fuera, calificándose como una persona muy torpe para ligar. Eva, por su lado, explicó que se enamoró de un chico cuando tenía “12 o 13 años, de una persona de mi pueblo, y fue algo cortito, breve, como todo lo adolescente”. Un chico al que conoció mientras jugaba al baloncesto, y del que llegó a tener su nombre escrito en las zapatillas durante varios años. “Estaba muy tontorrona y creí que lo iba a volver a ver. Volví a los dos años y me arreglaba para pasar por delante del apartamento a ver si me veía, pero no me veía”, contaba la actriz con diversión.
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Pablo Motos quiso sumarse a la anécdota contando cómo se enamoró de una chica americana, a la que daba clase de guitarra, y ella le daba piano. “Fue un flechazo”, reconocía el presentador. “Jamás hubo un contacto físico, pero en la despedida me dio un beso en la boca y se fue a América”, narró.
En Citas Barcelona Carlos Cuevas tiene un episodio en el que se cita con Clara Lago en un hotel. Se grabó en un lujoso hotel de Barcelona, y con diversión, el actor explicó que durmió en la misma cama en la que estaba Messi, Mick Jagger, Lady Gaga o Beyoncé. El actor reconoció que no usa Tinder para ligar porque es “muy celoso de su intimidad”, pero que si no fuese actor “probaría”. Y no descarta hacerlo algún día cuando se encuentre en el extranjero, como hacen algunos compañeros.
Los dos invitados tienen en común que comenzaron a ser populares gracias a una serie juvenil. Eva comenzó en Compañeros, cuando tenía 21 años, y reconoce que la fama le pilló muy joven, sobre todo, por el fenómeno fan, que era “la primera vez que sucedía con una serie de televisión”. Una cosa que no le gustaba era que la gente la confundiese con su personaje, porque “Valle era muy guay, pero yo soy Eva, no soy tan guay”. Incluso si se le acercaba un chico se ponía borde porque era consciente de que era solo por su popularidad. “Me dio un agobio que me encerré con mi gente, y con la gente de la serie que le pasaba lo mismo y nos entendimos. Fue una época de un poco de aislamiento para sobrevivir”, advertía.
Para Carlos, Merlí también fue “un viaje muy heavy”, y que no esperaban que una serie autonómica terminase en Netflix y viéndose por todo el mundo. “Si alguna vez produzco una serie adolescente dedicaré una partida a un equipo de psicólogos”, le explicaba a Pablo Motos, pues para alguien joven con éxito es “difícil mantener los pies en el suelo, que no te vayas por ahí, tentaciones en la vida, el mundo de la noche. Me he escapado de todo, pero he visto gente que ha sufrido la fama”, narraba.
Aunque Eva Santolaria fue muy popular, tras 7 vidas la misma bajó. “Hay un periodo donde tomo decisiones que por sí solas están bien, pero juntas igual no fueron tan inteligentes, y acabas saliendo del foco”, afirmaba la actriz, que es consciente de que haciendo teatro no estás en la mente de todos los directores, cosa que sí pasa con la televisión. “Volver a estar en la cabeza del que toma las decisiones cuesta, te crees que no, que lo sepa la gente joven, que es muy fácil que se olviden”, aconsejaba. Carlos, por su lado, se reconoce como “un privilegiado” por enlazar proyectos, y no tiene ningún plan B porque “toda mi vida quiero actuar”.
La charla terminó con Pablo Motos preguntando a Eva Santolaria por las mentiras que contaba de pequeña. Y ella le dijo cómo con unos cuatro años se inventó que su padre estaba en la cárcel y lo contó en el colegio; el embuste se destapó cuando el padre de un amigo, abogado de profesión, llamó a casa para ofrecerse a llevar el caso. Y en otra ocasión se inventó que su padre había inventado un cubo de Rubik que te hacía viajar al pasado o al futuro. “Se podía cambiar el mundo, o ir al futuro y ver lo que va a pasar. Y los americanos querían el cubo, que estaba protegido por un código”, contaba entre risas.