El programa Sálvame continúa dándonos grandes espectáculos a raíz de la noticia de su final. Y es que en esta ocasión han llevado a dos santeras, Montse y Nerea, para que limpien el plató de malas energías. Según contaban a los espectadores, hay personas que dicen que el mismo podría estar gafado por los múltiples accidentes que han sucedido en él, y querían buscar una solución esotérica a ese tipo de situaciones antes de traspasarlo.
“Estamos preparando nuestra marcha, pero antes de irnos vamos a quitar el gafe a este plató. Vamos a dejarlo limpio de malas energías”, anunciaba Jorge Javier Vázquez al inicio del programa. Según Montse, hay “bastante mala vibra” en la zona, y el de Badalona le daba la razón: “Son 14 años de malos rollos”.
El papel de ambas ha ido un paso más allá. Jorge Javier estaba hablando de cómo le habían tomado medidas para la nueva edición de la Sálvame Fashion Week, cuando Belén Esteban entraba en el plató muy emocionada. El presentador entonces le preguntó qué le sucedía. “Me ha dado un mensaje de mi padre”, explicaba con la voz entrecortada la que fuese ganadora de Gran Hermano VIP.
Tras esto, como era de esperar, Jorge Javier Vázquez quiso saber qué le había dicho la clarividente, pero Belén se negaba a soltar prenda. “A mí, esas cosas, cuidado”, apostillaba Vázquez. “No lo voy a decir. Yo te creo, Montse”, expresaba entonces la propietaria de la empresa Los sabores de la Esteban. “¿Me lo dirás a mí luego?”, insistía Jorge, pero su compañera le respondía que no, porque “es una cosa personal”. “¿Sólo lo podía saber tu padre?”, volvía a decir Vázquez, y Belén, con las lágrimas saltadas, asentía y admitía: “Pero es que es verdad”.
Para quitar un poco de hierro al asunto, Jorge Javier Vázquez le preguntó a Montse “una cosa que me preocupa muchísimo, pero muchísimo, y te lo digo en serio. Que a lo mejor que parecerán estupidez, pero para mí, no, y no todo el mundo me va a entender. Por favor, dime que no me va a tocar una mesa electoral 28 de mayo”, preguntaba ya sin ocultar la risa, aclarando que es una de sus grandes pesadillas. Algo a lo que la santera le respondía que no.
Montse, además, ha hecho un vaticinio sobre lo que representa el final de Sálvame. “Me voy a mojar mucho. Pero Sálvame puede cambiar de ser Sálvame a ser otra cosa. Esto es una cosa momentánea para volver con otro nombre”, auguraba, algo que llenó a todos de felicidad.