El Hormiguero arrancó esta semana sus emisiones recibiendo la visita del actor argentino Ricardo Darín, quien ya ha estado en el formato en otras ocasiones y por ello se movía como Pedro por su casa. En esta ocasión acudió a presentar el largometraje 1985, dirigida Santiago Mitre y que recientemente ha recibido cinco premios Platino.
“La vi el sábado y me quedé loco. Mi mujer me dijo vemos algo más y dije no, yo ya me voy a al cama”, le confesaba Pablo Motos, el presentador del formato, al invitado. La cinta, disponible en plataformas de pago, está ambientada en la dictadura de Argentina, pero según Motos, “aunque no os interese en absoluto, no os perdáis esta película”.
En su charla, Darín explicó que en todo momento se intentó poner el enfoque sobre las personas. “Quisimos potenciar el aspecto humano por encima del histórico, y tiene recreaciones de escenas que son de ficción”, avanzaba el artista, que dio algunas pinceladas sobre cómo se vivió esta época en el país que le vio nacer. “Durante la dictadura era muy difícil todo, para los que se tuvieron que exiliar y para los que se quedaron”, reconocía.
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Con este largometraje llegó incluso a Hollywood, algo que ya vivió con El hijo de la novia, solo que entonces los atentados de las Torres Gemelas había pasado hacía poco y notaba cierta desconfianza en los estadounidenses. Así, contó como en los Óscars de este año pudo conocer a Steven Spielberg, quien felicitó al equipo de 1985 por su trabajo. “Nos sorprendió de él su humanidad, no solo había visto la película, sino que le dijo al director cuánto le había gustado, me felicitó por mi trabajo y habló con nosotros como diez minutos”, recordó. En ese sentido, definió al director de Tiburón como alguien “muy relajado, muy calmo y es algo que se agradece muchísimo”. Pablo Motos le preguntó, ya que ha rechazado papeles de Hollywood, que qué haría si le llamase Spielberg en cuestión. “Dependiendo de para qué, pero eso no va a ocurrir, así que relajemos”, bromeaba el invitado.
A continuación, Pablo Motos y Darín charlaron sobre el fútbol. Para el intérprete, el balompié “es una batalla, de alguna manera”. Y aunque reconocía que le gusta mucho ver un partido en el que “se juegue bien a la pelota”, siempre acaba “cayendo en la trampa de querer que los tuyos ganen, y crea la locura de la gente”. Y añadió que cuando la selección argentina pierde las siguientes horas “son horribles”, pero que no le dura el enfado, porque no es “como otros”. Otros temas que trataron fueron la edad y el amor de Darín por los perros, porque “creen que somos fantásticos y en realidad no lo somos”.
Cuando salieron las hormigas Trancas y Barrancas jugaron a ‘Historias engañosas’, en la que el presentador y el invitado narran algún episodio de su vida que pueda parecer fantástico, y el otro debe adivinar si es cierto o no. Pablo Motos contó cómo una vez se disparó, durante la mili, mientras limpiaba una pistola, y aunque solo se hizo un rasguño acabó en el hospital sin oír ni hablar. La historia resultó cierta.
Darín, por su parte, fue preguntado por las hormigas si había vivido alguna situación paranormal, y entonces contó cómo fue rumbo a San Francisco en coche. Y por el camino vio “un ovni, un objeto volador no identificado” que definió como “una especie de jarrón. No podría precisar el color, del azul viraba al rojo, el violáceo”. Él pensó que todos los que hacían el viaje lo vieron también, pero durante la cena sacó el tema y solo uno lo había visto también. “Los demás pensaban que estaba loco”, remató el actor sobre esta anécdota, que también resultó ser cierta.