Manuel Arroyo no es un personaje más para Tamar Novas. Y no lo es porque se trata de uno de los protagonistas de Los pacientes del doctor García, la serie de televisión basada en el bestseller de Almudena Grandes, con la que ganó el Premio Nacional de Narrativa en 2018. Es la cuarta de las novelas que forman Episodios de una guerra interminable, un proyecto narrativo en el que la autora ahondó en la Guerra Civil y el franquismo.
"Fue una auténtica revelación descubrir a gente que estaba entre las sombras intentando encontrar luz. El franquismo fue una verdadera losa en nuestra historia", reconoce Tamar en conversación telefónica con Bluper. El actor gallego interpreta a un diplomático republicano que se infiltra en una organización clandestina, la red de evasión de criminales de guerra y prófugos del Tercer Reich que dirige Clara Stauffer, una mujer alemana y española, nazi y falangista.
Esta ambiciosa adaptación coproducida por RTVE, Diagonal (Banijay Iberia) y DeAPlaneta, con la participación de Netflix, se estrena este miércoles en La 1 (22.50). Sus diez episodios llegarán de manera simultánea a la plataforma de streaming, algo que agradece el propio Tamar: "Más allá del consumo lineal, va a tener una permanencia en la memoria colectiva estando en el catálogo de Netflix".
¿Cómo definirías a Manuel Arroyo?
Manuel Arroyo es uno de estos personajes que de primeras son un poco abrumadores porque tiene un bagaje y una historia impresionante. Desde el primer momento que leí la novela, me pareció muy misterioso. Representa unos valores casi absolutos. Te imaginas que es un personaje idealizado y ves que no, que tiene unos principios, un honor y una lealtad enorme a los suyos. Manuel es casi un personaje de teatro, que tiene un sentido del deber que no es común.
¿Qué fuentes has usado para trabajar el personaje?
He tirado mucho del material que hay en la novela. Teniendo presente todo lo que se cuenta sobre su vida, te haces una idea de quién era. Los personajes están muy bien definidos. También he leído sobre personas reales y he empatizado con los sucesos para intentar encarnarlo de la forma más honesta posible.
Los pacientes del doctor García es la primera novela de Almudena Grandes que se adapta en televisión en España. ¿Has sentido responsabilidad?
Más que responsabilidad, que también, por supuesto, he tenido muy presente siempre el espíritu de la novela, porque lo que más me apenaba es que ella no pudiera ver la serie. Uno de los sueños que yo tenía era poder agradecer a Almudena las horas que he disfrutado como lector suyo. Y no pudo ser. Falleció días antes de empezar la grabación. También siento excitación por ser la primera serie basada en sus novelas.
En el Festival de Málaga dijiste que era fascinante que Almudena Grandes recuperara a esos "fantasmas perdedores". ¿Crees que ha contado poco este período de nuestra historia reciente?
Sí, Episodios de una guerra interminable es una forma fantástica de conocer un período histórico que para mí es muy gris. Yo desconocía que en la resistencia antifranquista había personas como estas. Fue una auténtica revelación descubrir a gente que estaba entre las sombras intentando encontrar luz. Nuestro país tiene multitud de historias para contar en literatura, cine, etc. y yo lo que creo es que las historias se buscan a sí mismas. Almudena recoge unos acontecimientos que nos han contado de forma totalmente interesada, porque el franquismo fue una verdadera losa en nuestra historia.
Vuelves a trabajar con Javier Rey después de Fariña. ¿Os entendéis bien?
Yo he tenido la suerte de trabajar con él cuando capitaneó un proyecto como Fariña. Utilizando el símil deportivo, es un tipo que no solo juega muy bien, sino que reparte muy bien el juego. Nos hemos hecho muy amigos. No es casualidad que pensaran en nosotros, tanto Almudena como los directores de casting y la productora. Hay algo que tienes que creerte, porque estas dos personas tienen un amor el uno por el otro. En nuestro caso, teníamos el trabajo hecho porque tenemos algo muy fraternal. Yo soy feliz trabajando con él. Nos lo hemos pasado muy bien.
La serie también va a estar en el catálogo de Netflix. ¿Consideras que no se valora igual un éxito en la televisión tradicional que en una plataforma?
Pues mira, no soy un gran estudioso sobre el tema. Ahora hay fenómenos totalmente novedosos, pero sí que es verdad que ahora tenemos la sensación de hacer una serie durante cuatro o cinco meses y que luego la gente se la puede ventilar en dos o tres días. Esta sensación efímera no solo ocurre en el consumo de series. También sucede con las noticias. Hay titulares que se reproducen muchísimo durante 24 horas y luego desaparecen. Siempre es de agradecer poder estar en una serie que más allá del consumo lineal, crees que va a tener una permanencia en la memoria colectiva.
"Tengo la suerte de poder trabajar y, a veces, no tener que hacer lo primero que llegue"
En alguna ocasión has confesado que querías ser director. ¿Lo sigues teniendo en mente?
Yo quería ser director hace muchos años. Estudié Audiovisuales, me encanta el cine y me gustan otros aspectos de la creación de detrás de las cámaras. He hecho cortos, sí, pero cada vez veo más difícil la dirección. Espero que algún día haya una historia que se me ocurra contar o merezca la pena que yo la cuente, sería feliz. Me da mucho pudor decirlo, ¿eh?. Yo quiero ser actor, y me gusta implicarme mucho en todo el proceso. Ojalá ocurra.
¿Qué es lo que lleva a Tamar Novas a aceptar un proyecto?
Tengo la suerte de poder trabajar y, a veces, no tener que hacer lo primero que llegue, que eso es toda una fortuna. Me considero un trabajador, me gusta este oficio y tener la suerte de trabajar ya es un punto. Luego, es fundamental implicarme en un gran equipo, que tiene una buena dirección, una historia con la que siento que puedo aportar algo. Son tiempos que ser actor es difícil, como muchas profesiones.
Teniendo varias citas electorales por delante en los próximos meses, ¿qué pide un actor a los políticos para el sector?
Yo creo que la cultura ha sido siempre una gran desfavorecida de muchos discursos y de muchas políticas. Lo que espero es que la cultura en nuestro país se siga viendo como lo que es, un valor que genera mucho empleo, que devuelve más de lo que recibe. Creo que poco a poco nos vamos quitando ese lastre de los 'subvencionados' y esas especies de mantras que se cacarean desde ciertos discursos. A algunos partidos directamente les importa un carajo la cultura. Es más, lo que les importa es que sea una repetición de sus propagandas. En el caso de los partidos políticos serios, tienen que ver que es un valor a jugar. Esta serie de Almudena Grandes es una gran representación de nuestra cultura y es innegable. Negarlo sería de mediocres.
Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz son dos gallegos que aspiran a la presidencia del Gobierno. ¿Sientes orgullo patrio?
Yo soy un gran enamorado de mi tierra, pero no me gustaría que la nacionalidad fuese un valor porque me tenga que pronunciar según qué asuntos porque, si no, como gallego, tendría que pedir perdón por algunos personajes de nuestra historia. No sé, más que sean gallegos, que sean gente con sentidiño.