Durante años, el programa MasterChef ha arrastrado una crítica feroz, y es la excesiva duración de sus galas. Para saber quién es el concursante que abandona las cocinas esa semana había que trasnochar, aguantando pegado a la pantalla del televisor hasta pasada la una de la madrugada. Para la actual temporada de anónimos, TVE decidió dividir el programa en dos, como se había pedido en muchas ocasiones, para que así los espectadores más fieles pudiesen tener un mejor descanso. Pero en su primera doble entrega la cosa se ha alargado tanto como en otros años, y lo peor, durante dos días consecutivos.
Así, la gala de este lunes empezó a las 22:06 horas y acabó a las 01:18 de la madrugada, con una duración de 3 horas y 11 minutos. Ahí se disfrutó de la última fase del casting y el primer cocinado de los aspirantes, que acabó con una eliminación. Cierto es que en este año hay el doble de concursantes que en 2022, y quizá por eso, la gala llegó a durar más que la del estreno del año anterior, que duró 3 horas y 4 minutos.
Este martes, es decir, anoche, MasterChef emitió entonces su segunda gala semanal, en la que se disfrutó de la prueba de exteriores y una nueva eliminación. Como primero había un partido de Escocia contra España para la clasificación de la Eurocopa, el programa empezó su segunda gala a las 22:43 horas de la noche, y se alargó hasta la 1:42 de la madrugada, con una duración total de 2 horas y 59 minutos. Es decir, en su primera semana, TVE ha emitido 6 horas y 10 minutos de MasterChef, que si bien ha duplicado su número de noches, su duración ha sido la misma de siempre y no ha permitido a los espectadores irse a la cama antes de la media noche si quieren saber el desenlace. Falta por comprobar si la semana que viene las galas se alargan tanto, o si al haber presentado ya a todos los concursantes se vuelven más ágiles y no acaban a la una de la madrugada.
La situación se agrava teniendo en cuenta los datos de audiencia. En su primera noche empezó su andadura con un 13,8% de share y 1.531.000 espectadores. Esto le permitió ser líder de su franja, pero representa el estreno menos visto de su historia, y la segunda peor cuota histórica de un primer programa después de la del primer año, que fue de un 11%, en 2013. En su segunda noche, el programa mejoró una décima, pero cedió hasta los 1.256.000 espectadores, lo que repesenta su mínimo histórico en miles.
Y, como era de esperar, el programa ha vuelto a cargar con numerosas críticas en las redes sociales. Muchos espectadores se han sentido engañados, al pensar que la división agilizaría el formato y tendría una menor duración. Y, por esa misma razón, habrá que permanecer muy atentos a la evolución que presenta sus audiencias y si la división en dos ha sido para bien o para mal.