En Sálvame, prácticamente todos los colaboradores acaban convirtiéndose en el centro de algunas de las tramas que dan contenido al espacio. Y ahora, el programa tiene puesto los ojos, en concreto, sobre dos de ellos, Carmen Alcayde y José Antonio Canales Rivera, quienes serían en la actualidad algo más que amigos. O eso dieron a entender el pasado miércoles.
Jorge Javier Vázquez, conductor del programa, le preguntó por su situación sentimental, y le soltaba: “Tú tienes un rollo por ahí’’. El torero lo negó en un primer momento. “Estoy dentro de hacer lo que me apetezca, pero igual que puntualizo eso, te digo que yo a día de hoy, ni he quedado con nadie ni he cenado con nadie’’, aseguraba el que fuese concursante de Secret Story: La casa de los secretos. Fue entonces cuando los compañeros señalaron a Carmen Alcayde, y eso provocó que Canales se pusiese rojo. “Si a vosotros os apetece. Yo no hablo con ella ni nada, no tengo su teléfono y si lo tengo no lo sé’’. “No, no estoy liada para nada con Canales Rivera’’, decía ella por su parte, y añadía que tampoco tiene el número del andaluz.
El tema era demasiado jugoso como para dejarlo ahí aparcado. Por eso, este jueves Sálvame volvió a poner el foco sobre ambos. Y destaparon que algunas de las informaciones dichas la tarde anterior no eran ciertas, como que no tuviesen el teléfono el uno del otro. “¿Ves como ya te vas acordando de las cositas?’’, bromeaba Adela González, quien presentó el programa en esta ocasión. Para esta comunicadora, Canales y Alcayde “están muy tontitos, están como adolescentes’’.
Más tarde, en la parte final de Sálvame Naranja, alguien del equipo del programa, que aparecía a oscuras para mantener su identidad protegida, aseguraba que entre los compañeros de trabajo hay “tensión sexual no resuelta” y que la actitud que mantiene es “la comidilla”, pues se les ve “ronear, jugar, divertirse... y vemos que les gusta estar juntos”.
Ahí Canales Rivera quiso parar, porque no quería que pareciese que había estado acercándose a Carmen Alcayde mientras era pareja de Isabel, con la que rompió recientemente. “Me parece una falta de respeto que no he cometido. Las cosas en su sitio”, pedía el torero. Carmen también se ponía seria entonces. “Un juego nos hace gracia, estamos solteros, pero es verdad que no se puede ya tirar para atrás. No se puede decir ni que él ha sido infiel ni que nada”.
Para seguir estirando el chicle de lo que sienten ambos, el programa les propuso participar en una terapia sensorial, y que se tocasen los brazos o el cuello con un antifaz que les impidiese ver. Ahí había risas entre ambos, y una experta certificó que entre ellos “hay atracción”. Sálvame, incluso, les reservó la suite del hotel en el que habitualmente se alojan los colaboradores que no son de Madrid.