Hay series que uno se pone a ver y sabe, desde el primer minuto, que la muerte estará muy presente en el desarrollo de sus episodios. Ya hablemos de producciones de terror al más puro estilo de American Horror Story, o de dramas como It’s a sin. Como espectador, sin embargo, no me podía imaginar cuando comencé a ver Escándalo: Relato de una obsesión que sería una ficción marcada por la muerte. Que habría personajes importantes que acabarían falleciendo, y algunos con tanto peso que hace pensar que en los dos capítulos que todavía quedan por emitir morirá más gente. Que, como decía mi madre, allí no va a salir vivo ni el apuntador.
(¡Atención! Este artículo resume todo lo que ha sucedido en la serie hasta el episodio 6, por lo que hay spoilers para quienes no hayan visto 'Escándalo' hasta ahora).
Escándalo: Relato de una obsesión empezó su andadura con la historia de Inés (Alexandra Jiménez), una mujer que tiene un marido y una hija que la maltratan psicológicamente. Un día descubre que está embarazada, y ella ve ahí una razón para seguir hacia adelante, pero sufre un aborto y su mundo se desmorona. Un día, derrotada, intenta suicidarse tomándose un buen puñado de pastillas y metiéndose en el mar, para ahogarse. Hugo (Fernando Lindez), un joven de 15 años, gran nadador, ve la estampa y sale en su ayuda. Ambos empiezan una tóxica relación amorosa avocada al fracaso.
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Así pues, el punto de partida fue el evitar una muerte, pero Hugo no se imaginaba que al salvar a Inés estaba condenando a su propia familia. Inés, que no tiene precisamente los patitos en fila, decide seducir al padre de Hugo para estar cerca del muchacho. Hasta se casa con él, con el único objetivo de poder colarse alguna noche en el dormitorio del joven, cuando todos duermen.
Estaba cantado que, más pronto que tarde, el padre de Hugo los pillaría. Y lo hizo. De lleno. En pleno acto, en mitad del salón. Y juró que Inés no volvería a ver al estudiante. Entonces sufre un infarto, e Inés, pensando solo en sí misma y en el objeto de su amor le deja morir. Se había convertido en una asesina. Realmente estaba dispuesta a todo con tal de que no le separen del adolescente.
Aquella muerte impactó. Inés estaba loca, pero parecía solo una víctima de las circunstancias, una mujer a la que no había querido jamás ni su madre, ni su esposo, ni su hija. Pero manchó sus manos de sangre en su intento de seguir aferrada a la vida. Ahora es una villana, aunque fuese nuestra villana, a la que los espectadores no queremos soltar de la mano.
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En el episodio de la pasada semana hubo otra muerte. Y nada más empezar el episodio. Mauro, el político de derechas, hermano de Hugo. Había descubierto el pastel, que la viuda de su padre se beneficia a su hermano adolescente, y fue a ajustar cuentas con ella. Hugo salió en defensa de la mujer, y acabó despeñando al político por la terraza. Pero, para hacerlo todo más oscuro, contaron que se había suicidado, porque no podía soportar la muerte de su padre y que su mujer le hubiese engañado con su rival político.
A las muertes (o mejor dicho, homicidios) de Tomás y Mauro hay que sumar otras veces que la muerte ha bordeado Escándalo: Relato de una obsesión. Como la vez que Inés, derrotada, le tira a su marido una maceta desde lo alto con intención de abrirle la cabeza. O Hugo, empujando a sus amigos al borde de la piscina, hasta casi desnucarles. Sin olvidarnos de cómo nos han dejado en el aire que el padre de Inés murió asesinado, probablemente, a manos de su madre. Por eso, ahora solo puedo esperar el episodio de esta noche y frotarme las manos pensando que quién más va a morir.
En las redes sociales, los espectadores ya hacen chistes y se preguntan que quién es el próximo. Si la amiga de Inés que se tiraba a su marido, si el profesor entrometido, o quizá muera su hija o su ex. O su madre, a la que parece que deja vivir solo para que sufra, como ella ha sufrido. Hasta hay quien bromea sobre que la mujer acabará matando al joven, quizá porque no soporte que él sienta interés en su hija Ainara.
El que aquí escribe también hace sus quinielas. Está claro que la muerte sigue merodeando la ficción de Mediaset, que alguien más acabará en el patio de los callados. Yo apuesto por Hugo, que será él quien se termine quitándose la vida, precisamente, por haberse metido en un berenjenal al impedir el suicidio de Inés. Veremos cómo se resuelve este escándalo. Esta obsesión.