Carlos Quílez lleva más de 20 años vinculado a los medios de comunicación, concretamente a la información de sucesos, judicial y policial. Por ello, desde la productora Buendía Estudios no dudaron en contar con su talento para el nuevo gran proyecto de Sonsoles Ónega en Antena 3, Y ahora Sonsoles, para ser el responsable de sucesos del magacín.
Con tal solo 16 años ya le picaba el gusanillo del periodismo y no dudó en crear un periódico en su localidad natal, Moncada y Reixach. "Esto fue en los años 80", recuerda a BLUPER. Pero su periplo profesional comienza con su llegada a la Cadena Ser, medio en el que estaría informando durante casi 20 años, sobre "asesinos en serie, corruptos y ataques terroristas".
Dio el salto a Atresmedia para formar parte de laSexta, pero el equipo de Y ahora Sonsoles le recibió con los brazos abiertos el pasado mes de septiembre, cuando recibió una llamada "muy ilusionante" con un proyecto "maravilloso". BLUPER charla con el periodista sobre su carrera profesional y los entresijos que existen a la hora de cubrir sucesos.
[‘Y ahora, Sonsoles’ y ‘Plan de tarde’ demuestran que hay vida más allá de Los Jurado y Pantoja]
Informe Quílez, cada día a las 19:00h la mejor crónica de sucesos en @YAhoraSonsoles pic.twitter.com/dgJjsEQ77g
— Carlos Quílez (@carlosquilezl) November 4, 2022
¿Cómo estás viviendo tu etapa profesional en Atresmedia?
Estoy viviéndolo como un verdadero reto, como un reto profesional. Además, un reto profesional que me sobreviene a partir de los 50 años. Es decir, se supone que los retos son algo propio de la juventud, pero a mí me está viniendo mi segunda juventud. Con lo cual, a ver, es un reto muy apasionante. Mi carrera se ha movido siempre en el ámbito de la crónica de sucesos, de la información judicial, policial, investigación... Y la he desarrollado en un 90% desde Cataluña y ahora me encuentro en Madrid. Es decir, que ha habido un cambio, no solo un cambio profesional. Bueno que estoy viviendo esto con mucha ilusión y muy contento.
¿Cómo recuerdas esa llamada donde te propusieron estar en el programa de Sonsoles?
Un sorpresón. A principios de septiembre recibí una llamada de la dirección de la productora y me hicieron esta oferta directamente, me quedé muy sorprendido. Sabía los movimientos que se estaban produciendo en las televisiones, pero cuando me contactaron me quedé muy alagado. Vi que era un proyeto muy ilusionante, con gente joven y con ganas de seguir. Con ganas de que se note que estamos aquí.
¿Qué destacarías del programa?
Destaco mucho la sensibilidad de toda la gente de Sonsoles, que es el buque insignia, pero de todo el equipo, desde la dirección hasta el último reportero, la extrema sensibilidad que se tiene para con la víctima. Yo creo que llevo muchos años haciendo información judicial y policial y vivimos muy constreñidos, muy comprimidos. Los periodistas que nos dedicamos a esto de la crónica negra, ponderamos mucho la figura de la policía o del fiscal. Hablamos menos de los delincuentes, pero muy poco, muy poco de las víctimas. Se le da más sensibilidad e importancia con un doble objetivo, denunciar situaciones de injusticia y colaborar con el millón y medio de espectadores que tenemos para que no vuelva a suceder. Yo he escrito diez novelas negras, todas basadas en casos de no ficción. De ahí he visto mucho y puedo hablar más de las víctimas, algo que tampoco podía hacer en la radio porque son pocos segundos.
¿Te parece una sección imprescindible en los magacines de televisión?
Sí, pero sobre todo con el tono que se le quiera dar. Cuando comentaba que era muy importante para mí conocer el proyecto, también era el tono con el que se tratan las informaciones. La partitura de la orquesta periodística que dirige Sonsoles, hay que ver qué notas coges y cuál utilizas para cada parte, para que suene la música. Y aquí se usa una nota muy respetuosa, muy alejada del morbo, de la sangre fácil, de lo que para otros medios, programas o formatos es muy importante. Sí creo en el tono educado y respetuoso a la hora de dar una información sobre 'la mala vida' (su particular calificación). Es importante que se mantenga ese tono respetuoso en un magacín. Todos, en cualquier momento, podemos ser víctimas de un delito. Todos podemos empatizar en un momento dado con el delito que se ha cometido y del que ha sido víctima nuestro vecino, panadero... En este sentido, me siento orgulloso de trabajar en este programa.
¿Crees que ese tono ha mejorado a la hora de cubrir estas noticias desde que comenzaste en el periodismo?
Bueno, yo te diría que se ha pervertido. Con el paso del tiempo se ha pervertido mucho la información de sucesos porque se ha visto que es un tipo de información que hace uso de los instintos básicos, de la mente de la audiencia. Y esto algunos medios lo han llevado al extremo de lo grotesto, incluso lo repudiable. No hemos ido a mejor, es verdad que hay excepciones, pero no. Creo que se ha llegado a hacer espectáculo del suceso, estirar el chicle e incluso adornar con medias verdades, titularlo de tal forma para que haya más audiencia. Hay cierta perversión en algunos programas por parte de algunos profesionales. Por otro lado, el poder político se ha dado cuenta de lo extraordinariamente sensible que es la información judicial y policial. Una mala gestión de una información judicial o policial resta o suma decenas de miles de votos en muy poco tiempo. Los poderes públicos han blindado mucho la información y los gabinetes de comunicación han adoptado comportamientos que no de censura, pero desde luego, no son transparentes ni útiles para el periodista. Antes eras tú y la fuente de información, ahora tiene muchísimo más mérito cuando mis compañeros o yo damos alguna información exclusiva. Tiene mucho más mérito ahora que hace 30 años, por el blindaje político y censurador de los poderes públicos sobre información judicial es espeluznante.
¿Cómo afrontas las críticas en redes sociales?
No tengo mucha actividad en redes. Soy un tanto analógico para eso. Al final te das cuenta cuando te ensalzan o cuando te critican por el motivo que fuera, de que son borbotones efervescentes que suben como la espuma en un minuto y bajan inmediatamente. Ni me excito mucho ni se me sube el pavo cuando me endulzan la oreja con felicitaciones, ni tampoco cuando recibo las críticas que cualquier persona expuesta y más como yo, recibe en un clima de tanta audiencia.
¿Algún proyecto futuro? ¿En televisión?
Desde hace mucho tiempo, estamos trabajando mi representante y yo en construir algún espacio quizá televisivo, que me permita contar buena parte de todo el bagaje, conocimientos, vicisitudes, experiencias, personajes, algunos tremendamente cruentos, otros tremendamente simpáticos, pero todos dentro del ámbito de la 'mala vida' que yo he conocido, y poder vincularlos en un espacio televisivo o cinematográfico. Hace ya meses que sin crisis, sin pausa, estamos trabajando en este tipo de cuestiones, pero no tengo ninguna prisa. No es algo que me acuse, pero sí que me ilusiona. Por otro lado, estoy a punto de finalizar mi decimoprimer libro que se va a llamar Condenados relatos, son historias criminales reales, de no ficción que he escrito de la mano de 15 presos; algunos asesinos en serie, otros corruptos políticos, otros estafadores, otros atracadores. Y es una experiencia literaria apasionante.