Miguel Lago ha narrado uno de los episodios más angustiosos de su vida con motivo de la noticia de las complicaciones en el parto del cuarto hijo de Alice Campello y Jorge Morata. La modelo acabó ingresada en la UCI, pero afortunadamente el susto ha pasado y el cómico ha aprovechado para contar en Y ahora, Sonsoles que él vivió una situación muy similar con la madre de sus hijos.
El programa presentado por Sonsoles Ónega contó con el testimonio de la ginecóloga Alexandra Henríquez, que detalló las complicaciones que pueden producirse con relativa asiduidad en un parto, tal y como le ha ocurrido a Campello. Era entonces cuando Lago procedía a confesar su historia.
"Lo conozco de primera mano y te lo puedo contar en un minuto y medio, porque lo conté al año de ocurrir", expresó. "En el nacimiento de Ana, nuestra tercera hija y cuarto embarazo, el parto iba bien. De hecho, llamamos a su madre y nos hicimos fotos", comenzaba relatando.
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"Pero, de repente, aquello fue como cuando se desprende una manguera de un grifo. Mi esposa, Laura, comenzó a emanar sangre, se la llevaron con absoluta urgencia a quirófano, donde le pusieron el balón de Bakri, que era el primero que ponían en el hospital de Arganda del Rey", añadía el colaborador.
"Nunca me cansaré de darles el agradecimiento", proseguía. El cómico aseguraba que "fueron unas horas angustiosas" y confesaba que ha tenido que pasar el tiempo para poder contarlo "con tranquilidad". "Dios no quiso que a mi esposa le tocase en ese momento. No se murió porque no tocaba", aseveró.
Lago narró cómo su mujer pasó la noche en la UCI tras la intervención de urgencia. Además, su hija nació de forma prematura. "Mi mujer pasó allí [en la UCI] 48 horas y luego, a los dos o tres días, estaba en su habitación, y a los ocho o nueve días ya estábamos todos en casa".
"Es el susto más grande que sentí, el momento en el que sentí auténtico miedo. A mí vino un médico y me dijo que estaba en claro riesgo vital, y esa frase es demoledora", sentenció. Finalmente, el colaborador quiso concienciar sobre la seriedad de este asunto, cargando implícitamente contra la tendencia actual de dar a luz en casa: "Un parto no es una frivolidad, no es una fiesta en casa para hacer el cumbayá, porque pueden pasar estas cosas", zanjó.