La intervención de Alberto Chicote en el restaurante gaditano El Callejón ha destapado un duro e inesperado testimonio sobre la violencia de género este jueves en Pesadilla en la cocina. Mientras intentaba guiar al negocio, en la ruina y repleto de suciedad, el chef tuvo duros enfrentamientos con Tere, cocinera y madre del dueño, motivo por el que ella acabó abriéndose en canal ante el presentador para confesarle el motivo de su fuerte carácter.
La mujer, que había mostrado muy poca paciencia con Chicote y hasta llegó a insultarle, quiso sincerarse con él a modo de disculpa. Al tercer día de grabación, Tere le pidió al chef hablar a solas para contarle algo y pedirle perdón por su comportamiento. "Mi vida no ha sido un jardín de rosas, Chicote", lamentaba.
"Me tocó una persona que me ha hecho sufrir, me ha maltratado, que me ha pegado, que me ha hecho olvidar a mi familia, apartarme de mi gente, de mis hijos, que me los quitó", proseguía la cocinera. Por ese motivo, su mecanismo de defensa se activaba ante las broncas del presentador: "No es que yo lo pagara contigo, ni que me caigas bien, ni mal. Es que, mientras tú me chillas, yo pienso en el padre de mis hijos", le confesó.
Según le relató a Chicote, el maltrato sufrido durante años ha hecho que no se fíe de nadie. "Me he tenido que volver fuerte para no hundirme, porque si me hago blanda, yo a estas horas estaría comiendo tierra", aseveró. Además, Tere reveló que su hijo no conocía la realidad de lo que había ocurrido en su familia.
"A mi hijo lo quiero con locura, pero su padre le comía el coco. Le decía que era una puta, que yo los había abandonado", narró la protagonista de Pesadilla en la cocina, que acabó pidiéndole a todas las mujeres maltratadas "que no se queden calladas".
Alberto Chicote no pudo ocultar su emoción ante este duro relato: "Me parecen de las experiencias más atroces que se pueden vivir. Qué importante que haya un teléfono como el 016", comentó. "Pero yo no lo he tenido", respondió Tere, entre lágrimas. "La vida me ha hecho tanto daño que he tenido que ser valiente, vivo constantemente con un muro de hormigón". Finalmente, ambos se fundieron en un abrazo y el cocinero también le pidió disculpas: "Te aprecio un montón, perdóname", zanjó.