Este lunes, El programa de Ana Rosa ha arrancado con mucha sobriedad en el vestuario de sus presentadores y reporteros. Así, Joaquín Prat y Patricia Pardo han aparecido en pantalla vestidos de luto; ella de negro por completo, mientras que Prat llevaba negra la corbata, acompañada de una chaqueta azul de tonos oscuros, menos protocolario.

La razón de este vestuario es el contenido sobre el que girará buena parte del programa. Y es que, tal como están explicando, en Londres se ultiman los preparativos para el entierro de la reina Isabel II, fallecida hace ya once días, y por ello, el espacio matinal de Mediaset está dando una gran cobertura al evento. Una mesa de expertos están comentando todo lo que sucede en la capital británica, mientras que reporteros trasladados hasta allí narran en directo todo tipo de sensaciones y datos de interés. En concreto, las conexiones se realizaban desde Gibraltar, Benidorm, la abadía de Westmister, el hotel Claridge, el castillo de Windsor y Hyde Park.

Uno de los puntos de interés del funeral de Isabel II es la presencia del rey emérito Juan Carlos I y el actual rey Felipe IV y la reina Letizia, tal como han estado explicando a lo largo del programa.

Aunque El programa de Ana Rosa ha arrancado con una gran cobertura sobre el último adiós a Isabel II, lo cierto es que también tratará otros temas en esta jornada del 19 de septiembre. Tal como han avanzado, el magacín matinal hablará de la isla de La Palma y cómo es allí la vida un año después de que el volcán Cumbre Vieja entrase en erupción. Además, es de esperar que tenga su conocido club social, que presenta Joaquín Prat, donde se tratan asuntos propios del corazón o de los realities de la cadena.

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En Antena 3 también ha sido el negro el color predominante. Susanna Griso se ha trasladado hasta Londres para cubrir el evento para Espejo Público, que ha sido conducido hoy por Lorena García. La presentadora visitió de negro, pero también lucía detalles en blanco en sus mangas. 

En La 1, por su parte, Silvia Intxaurrondo y Marc Sala en La hora de La 1 no han sido tan protocolarios, rompiendo así la imagen de sobriedad de las otras dos emisiones.