Lazos de Sangre ha adelantado el arranque de su sexta temporada con motivo de la muerte de la reina Isabel II de Inglaterra. El programa emite este miércoles un especial sobre la figura de la monarca británica, cuyo reinado ha sido el más longevo de la historia.
Boris Izaguirre volverá a estar al frente del debate en directo junto a un grupo de expertos en la Casa Real Británica, celebrando por todo lo alto su regreso a un formato que ha sido, como él mismo afirma, el tercer tren al que subió a tiempo en su trayectoria, tras Crónicas Marcianas y MasterChef Celebrity.
Con motivo del regreso del formato, que fue presentado en el marco del FesTVal de Vitoria-Gasteiz, BLUPER y otros medios pudieron charlar con el presentador y showman venezolano, que hizo gala de su elocuencia habitual y no dudó en opinar de temas tan candentes como la participación de España en Eurovisión, cuyo gran error considera que fue la elección de Rodolfo Chikilicuatre en 2008. "Nos causó un problema que no hemos podido arreglar hasta que llegó Chanel", aseveró sin tapujos.
¿Cómo afrontas esta sexta temporada de 'Lazos de Sangre'?
Estoy muy contento, la temporada va a ser muy emocionante y en este punto somos como superalumnos, 'Lazos de Sangre' está en un nivel muy reconocido y muy abrazado por la cadena en esta sexta temporada.
¿Os sentís obligados a evolucionar y ofrecer algo nuevo en cada temporada?
Totalmente. Este año queremos que el espectador sienta que está viendo un programa en directo. Yo creo que en tres temporadas no nos hemos esforzado lo suficiente en transmitir eso, que es esencial. Creo que es importantísimo que sucedan cosas, que haya discusiones, que haya un cierto antagonismo no violento. El programa es francamente positivo, es darte cuenta de que compartes un país que tiene una gran capacidad de generar talentos, historias y ejemplos siempre fascinantes. Pero todas las vidas momentos difíciles y hay que abrir también esa válvula, es importante también incorporar la opinión del propio espectador, que está allí con nosotros y que sentimos que nos está siguiendo segundo a segundo, minuto a minuto y que también quiere opinar sobre lo que pensamos.
Lazos de Sangre ha cosechado buenos datos en los veranos de TVE. ¿Pasar a ser una de las bazas del otoño os da más seguridad o resulta una presión añadida?
Yo creo que está en lo segundo, pero es una presión agradable. A esta altura de mi vida es verdad que la presión del dato la vivo como una exigencia que es correcta, que me obliga a prepararme más.
¿Cómo te enfrentas a cada programa? ¿Te lo preparas antes?
Yo veo el programa con Óscar, el guionista del debate, y con Ana, la directora. Al principio llevaba una libreta y ahora ya voy sin nada. Entones yo empiezo a llorar y todo el mundo dice que "está buenísima, me encanta, es increíble". Yo lloro muchísimo, después hago una serie de preguntas y luego organizamos el guion para las líneas de debate que muchas veces surgen en ese visionado.
¿Tus lágrimas son el test de cada episodio?
Sí, y yo creo que ahora están abusando y van buscando que todas tengan algo que te haga llorar. A mí me ha hecho llorar muchísimo ver a la mamá de Gonzalo [Pilar Miró] dedicarle su Goya (rompe a llorar). Creo que va a ser muy emocionante para todos, porque Gonzalo ha dado una entrevista muy profunda y muy larga que me parece increíble.
'Lazos de Sangre' te llegó después de una larga carrera en televisión...
Es verdad. Hoy se cumplen 25 años del inicio de Crónicas Marcianas. En mi caso 24, porque yo llegué al año siguiente de su estreno, igual que pasó con Lazos de Sangre. Yo no pienso en eso todos los días, pero ahora con vosotros sí que me doy cuenta de que realmente ese ha sido mi secreto con 'Lazos de Sangre': ha sido un milagro que me llegara en un momento determinado de mi vida, pero mi veteranía también se incorporó al programa.
¿Cómo valoras 'Lazos de Sangre' dentro de esa trayectoria?
La gente siempre dice que hay un tren que solo pasa una vez en tu vida. A mí me ha pasado tres. Uno es 'Crónicas Marcianas', 'MasterChef' es el segundo, que apareció cuando pensaba que no vendría ninguno más. El tercer tren es 'Lazos', fue increíble que me llamaran. De repente te llama por teléfono Televisión Española, fue muy impactante porque TVE tiene ese peso. Yo me miré en el espejo y comprobé que estaba más o menos bien vestido para ir a esa reunión y fui. Cuando me presenté, estaban allí Toñi Prieto e Isabel Cacho. Me dijeron "hemos pensado que nos gustaría que tú presentaras el debate". Fue muy emocionante e inmediatamente dije "estoy encantado, claro que lo voy a hacer", sin plantear ningún tipo de cosa económica ni nada.
En la presentación dijiste que el Chikilicuatre había sido un gran error de España en Eurovisión.
Siempre pienso esto y creo que hay que decirlo. Sé que me puede crear cierta enemistad, sobre todo con Buenafuente y con El Terrat, para quienes también ahora colaboro en 'La Resistencia', pero si pudiera decirlo en 'La Resistencia' también lo diría. Creo que Chikilicuatre fue la típica antipatía intelectual hacia un producto televisivo tan importante como es Eurovisión. Eurovisión es un trabajo muy importante y muy serio, que unifica a todo un continente, incluso mejor que el Mercado Común y que la moneda, porque culturalmente nos unifica y es totalmente respetable. Chikilicuatre era un poco como "me siento superior a todo esto y voy a hacer una pequeña burla de vosotros". Esa burla la pagamos carísima, porque durante mucho tiempo el festival dijo "bueno, si ustedes consideran que nosotros no somos importantes, pues tampoco vamos a hacer nada para consideraros a vosotros importantes".