Norma Duval está viviendo un auténtico resurgimiento televisivo. Tras unos años de retiro, la vedette volvió con fuerza a la televisión sorprendiendo a propios y extraños como una de las misteriosas concursantes de Mask Singer: adivina quién canta.
Poco después, a la par que colaboraba en la sección de corazón de La hora de La 1, la barcelonesa también probaba suerte en la segunda temporada de El Desafío. Allí demostró seguir en plena forma consiguiendo un pleno de dieces de los jueces tras su espectacular prueba de apena, donde aguantó tres minutos y tres segundos.
Ahora, a pesar de haber pisado poco la cocina, según ha confesado ella misma, la que un día fuera musa del PP ha dado el paso de participar en la séptima edición de MasterChef Celebrity, animada por su representante Susana Uribarri.
Allí se enfrentará a Patricia Conde, Pepe Barroso, Isabelle Junot, María Zurita, Fernando Andina, Manu Baqueiro, Nico Abad, Daniela Santiago, Xavier Deltell, María Escoté, Emmanuel Esparza, Lorena Castell, Eduardo Rosa y Ruth Lorenzo, con el objetivo de ser la mejor chef de España.
¿Qué te convenció para aceptar el reto de MasterChef Celebrity?
Pues yo nunca me he visto en MasterChef Celebrity hasta que me he visto. Hice el año pasado ‘El desafío’ y me lo pase tan bien que Susana Uribarri dije que ahora toca participar aquí. Le contesté que yo no sabía cocinar. Que era un suicidio absoluto y ella me respondió que me iba a desenvolver muy bien. Cuando me dijo que tenía 15 días para prepararme, no podía creérmelo. Es que no tengo vergüenza.
¿Qué te supuso un mayor reto? ¿El Desafío o MasterChef Celebrity?
¡MasterChef Celebrity! Me hago 20 temporadas de El Desafío. Uno detrás del otro. Mi profesión siempre ha sido bailarina y acróbata. Físicamente, he estado muy en forma. Entonces, para El Desafío, entraba dentro del perfil, pero yo no soy cocinera. No he cocinado nunca. Lo tenía todo en mi contra, pero bueno, me lo he pasado bien. Me he divertido mucho y he aprendido. Ahora le saco gustillo a la cocina y, os digo de corazón, que entró en la cocina con ilusión. Ahora me apetece, cosa que antes no, ya que me hubiera ido de este mundo sin hacerlo.
¿Te has preparado de alguna forma especial para el programa?
Yo no venía preparada. Desde que me llamó mi representante hasta que realmente entré en el programa, fue dicho y hecho. Me pilló en paños menores.
Nos han contado que la que ha estado más al borde de necesitar prótesis has sido tú por cortarte y hacerte daño…
Soy un auténtico desastre con los cuchillos y esos están muy afilados. En mi casa ya dijo Bertín Osborne que mis cuchillos no cortan y tenía razón. Y claro llegas a MasterChef y enseguida tienes que salir corriendo. Pero nos han atendido divinamente y luego podíamos volver a cocinar.
¿Has sentido mucha presión en las pruebas a la hora de cocinar, de entregar los platos y dar el 100%?
Hay que tener un valor para presentarte delante de ellos… que luego cuando estás te preguntas: “¿Y yo qué hago aquí? ¡Si ellos son entendidísimos!”. Jordi Cruz tiene ocho estrellas Michelin, dime tú a mí qué vas a decir delante de él.
¿Habéis llorado?
¡Cubos y bayetas! Aquí el que no ha llorado es porque no lo ha sentido, y ya está.
¿Has descubierto otra cara de ti misma?
En un programa así a veces eres tú y otras no, porque también sacas una parte de ti que no conoces. Efectivamente, existe la presión y dentro de esa presión hay diferentes formas de desenvolverte. Puedes explotar, llorar, reír, aportar… pueden ocurrir muchas cosas que no están preparadas.
¿Y qué has aprendido de la experiencia?
Me lo he pasado muy bien, me he reído mucho y he aprendido. Ahora le he cogido el gustillo a la cocina, os digo de corazón que ahora me meto en la cocina; no lo hago todos los días, pero me meto, y lo hago con ilusión. Ahora me apetece. Si no es por MasterChef me hubiera ido de este mundo sin cocinar.
¿Habéis tenido algún descubrimiento especial en MasterChef?
Ha habido sorpresas, y todas positivas. Creo que es un grupo muy logrado que tiene todos los ingredientes. Efectivamente, venimos de sitios muy dispares y tenemos personalidades también muy dispares, pero todo junto ha funcionado muy bien. Y mi sorpresa ha sido Xavier Deltell, creo que le ha dado un punto al programa muy emotivo en todo momento. Su sonrisa continuada y su buen humor nos transportaba a todos muy bien.
También estuviste en Mask Singer. ¿Cómo estás viviendo esta nueva etapa televisiva?
Después de haber hecho tantas cosas en mi vida, todo ahora me parece nuevo y diferentes. Me pilla con otra edad y lo disfruto de otra manera. Esto me hubiera pillado con 30 años y no lo haría, como tampoco quise hacer el Telecupón en su momento, porque no era el momento.
¿Cómo es eso de que rechazaste el Telecupón?
Sí claro. Porque Valerio Lazarov (ex director general de Telecinco) me lo ofreció a mí. Yo había hecho Desde Palma con amor con un éxito enorme y muchas cosas más. Y cuando se presentaba la nueva temporada en el Palacio de Congresos de Santander, encontré que en la puerta de mi camerino ponía: “Norma Duval. Telecupón”. Y yo dije: “¿Cómo que Telecupón? ¡Si yo no voy a hacerlo!”. Yo no me veía con edad en ese momento para estar todos los días en un programa diario con tanta publicidad. Lo pagaban de cine, pero yo estaba en otro rollo. Lazarov se enfadé muchísimo conmigo, pero mi decisión fue un acierto porque lo hizo Carmen Sevilla y tuvo un éxito brutal. Y, después de muchos años, Valerio me mandó unas rosas de plata con una carta, y me dijo: “Nunca es tarde para pedir perdón, sé que me equivoqué enfadándome”. Yo a él le tenía mucho aprecio porque él me descubrió, pero es que yo no era para el Telecupón.
También estarás presente en la nueva temporada de Lazos de sangre. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Es que no lo puedo contar pero habrá dos sorpresas muy importantes. Está ya grabado. Me gusta mucho colaborar con Lazos de sangre porque he estado en el de otros compañeros. Estuve en el de Raffaella Carrá, de Concha Velasco, en el de Los del Río… Es un programa muy bonito. Está hecho con mucho cariño y respeto. Creo que es un programa necesario en la televisión porque creo que hay muchos personajes que hay que enseñarlos, y Lazos de sangre lo hace de categoría. Además, Boris Izaguirre es uno de los mejores presentadores que puede haber.