El episodio 13 de En el nombre de Rocío está dedicado a desgranar todos los detalles sobre el retraso de la apertura del museo dedicado a Rocío Jurado en Chipiona, cuyo primer proyecto se propuso en 2008 y no fue inaugurado hasta el 2 de julio de 2022.
Rocío Carrasco explica en la docuserie que durante el último ingreso de su madre en Houston ya había escuchado a su tío Amador hablar con cargos públicos de Chipiona. Rosa Benito, por su parte, anunció la creación del museo tan sólo tres semanas después de la muerte de la artista.
Sin embargo, no es hasta 2008 cuando se trata de firmar el primer convenio para materializar esa idea. En un primer momento, el proyecto recogía la construcción de un Teatro Municipal, un Centro Cultural y unos aparcamientos subterráneos.
Interés económico
El primer emplazamiento escogido era el antiguo cine de invierno de Chipiona, que sería derruido para erigir el museo. No obstante, durante los trabajos se observó que los techos eran de uralita y, por tanto, había riesgo por el amianto. Pese a esos inconvenientes, Amador insistió a su sobrina para que firmara el convenio.
"Yo no veía la cosa clara", explica Rocío, que desvela que posteriormente alguien le dijo "que ya se había hablado con Amador para que pudiera gestionar ese aparcamiento".
"Es un interés económico, da igual lo que pase, si se cae el techo o si no se cae", asevera la hija de 'la más grande', que afirma que su tío seguía teniendo conversaciones a sus espaldas con el equipo de gobierno municipal. "Sigue haciendo de las suyas y sigue trapicheando", espeta.
Cuentas opacas
Posteriormente, pasó a establecerse las naves Niño de Oro como sede del museo dedicado a Rocío Jurado. Le empresa encargada del proyecto, Área 3, contrató a Amador Mohedano sin especificar en calidad de qué, cuánto se le pagaría y por cuánto tiempo.
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Según explica en el documental la periodista Pilar Vidal, la documentación del proyecto establece dos direcciones ejecutivas que serían retribuidas con 16.200 y 15.000 euros, respectivamente. No se especifica quién ocupará esas direcciones, aunque Vidal destaca que las tareas que realizaba Amador Mohedano eran compatibles con las que se establecían para esos dos cargos.
Cabe recordar que el propio hermano de Rocío Jurado llegó a reconocer en Sálvame que recibía 3.000 euros al mes por las tareas que su sobrina le había encargado. "Amador es alguien muy válido para colocar las fotos, para escenografía. Tiene un sentido de la estética que a mí me gusta", explica la protagonista, que fue quien pidió al ayuntamiento que contase con su tío.
Cajas abiertas
Al finalizarse las obras de la nave que contendría el museo, Rocío Carrasco envía un tráiler con las pertenencias de su madre que serán expuestas. Pero pide ayuda a su primo Antonio y contrata a un notario para que recoja en un acta todos los objetos que se reciban.
Rocío pide esa intervención porque, según sus propias palabras, no se fía de Amador. "De hecho, creo que aun con el notario, alguna me ha colado", comenta.
Según el relato de la hija de Rocío Jurado, el día de la recepción de los objetos Amador llegó al museo antes que el propio notario. Tal y como se recogería posteriormente en el acta notarial, algunas de las cajas enviadas por Rocío Carrasco se encontraron abiertas, sin especificarse si faltaba algo.
"Hay algo que no encuentro, entonces tendré que hacer de Colombo e investigar", reconoce Rocío en la serie.
Fiestas ilegales
Pese a la vinculación de Amador con la creación del museo, en un momento dado se le aparta del proyecto. Según relata Rocío Carrasco, el entonces alcalde de Chipiona, Antonio Peña, la llama un día para decirle que le han llegado denuncias de la Policía Local porque Amador organizaba fiestas en la nave del museo a altas horas de la madrugada.
Kiko Hernández destapó esas fiestas en enero de 2015 en Sálvame, asegurando que ese era el motivo por el que se había apartado del proyecto al hermano de Rocío Jurado. En aquel momento, Rosa Benito confirmó la información: "Yo sé que el alcalde en más de una canción le mandó algún coche de policía".
Al conocer esos hechos, Rocío Carrasco le dice al alcalde que haga "lo que considere", teniendo en cuenta que si hay algún problema con el museo ella es la máxima responsable. Así, en julio de 2015 el ayuntamiento de Chipiona emite un comunicado explicando que en aquellas fechas se vio obligado a prescindir de los servicios de Amador por la limitación de contratación de nuevo personal.
El tío de Rocío Carrasco siguió trabajando en el museo sin percibir retribución, pero al cabo de unos meses se decidió apartarle definitivamente.