Yola Berrocal se cuela cada fin de semana en nuestras casas a través del programa Socialité, donde habitualmente ejerce como reportera. La pasada semana, por ejemplo, la vimos participar en un curso para ser actriz de pasajes de terror, y la vimos interpretando a un zombi o a una poseída. En este domingo, sin embargo, la ganadora de Hotel Glam y La casa fuerte aprovechó su participación en el magacín de Telecinco para relatar alguno de los episodios más duros de su infancia.
“Yo en el colegio he sufrido bullying, porque había unos cuantos que cada vez que aparecía yo me decían cosas. Nunca lo entendí, me intentaban ridiculizar”, explicó la que fuese miembro del grupo Sexbomb. Una situación que pudo soportar gracias al apoyo de sus padres y de sus hermanos, “porque la familia unida jamás será vencida”.
Yola tenía una altura superior a la media de sus compañeros, y de la que ella sacó buen partido gracias al atletismo, deporte en el que estuvo federada en la escuela. Pero esa misma razón es la que servía a sus acosadores para hacerle la vida imposible. “Cuando eres alta y llamas la atención, los chicos me decían cosas para hacerme sentir mal. Serían unos diez o así que me decían barbaridades, me intentaban pegar”, recordaba. Fue su madre la que supo frenar la situación de acoso, yendo a hablar con los jóvenes: “Les dijo dos cositas y no me volvieron a molestar”, narró.
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En su juventud, Yola Berrocal pidió una moto a su padre, y él le dijo que se la regalaría si conseguía una media de notables. “Como los otros me estaban humillando pensé ‘ahora os vais a fastidiar...’”. Y sacó buenas notas y le regalaron una moto, pero se la robaron. Le compraron una segunda, pero también se la robaron, aunque aclaró que no fueron sus compañeros.
El paso del tiempo no curó esas heridas de Yola. “Al cabo de 20 años o más de repente me encuentro con el cabecilla y sentí un poco de angustia, porque recordé todo eso que me intentaban hacer”, explicó. Ella habló con el cabecilla de su grupo de acosadores y le dijo que lo pasó muy mal, y él le pidió perdón y le dijo que, realmente, en aquella época ella le gustaba, por lo que Yola entendió que todo fue fruto de la envidia.