Durante semanas, Kiko Matamoros parecía uno de los concursantes más fuertes de Supervivientes. O que, al menos, tenía un gran apoyo de parte de la audiencia, a pesar de que en la isla se negase a pescar, o no participase en las pruebas por su propia decisión. Y es que, a pesar de salir siempre nominado, luego el público le salvaba en la gala de los martes, hasta ahora.
El pasado jueves, Kiko se convertía en el nuevo concursante expulsado, y por ello se iba a vivir como concursante parásito junto a Marta Peñate, para la audiencia volviese a votar cuál de los dos se quedaba y cuál escribía punto final a su estancia en Honduras. Tal como venía sucediendo en las últimas entregas, Marta fue quien contó con la mayoría del apoyo, y Matamoros se convertía este domingo 3 de julio en el nuevo eliminado definitivo.
“Muchísimas gracias de corazón a todos, a la organización, a los compañeros, a los presentadores... Ha sido una experiencia estupenda y espero no haber defraudado demasiado y haber compensado el apoyo que la gente me ha dado en su momento”, expresaba el colaborador de Sálvame.
Durante los días que ha estado con Peñate, Kiko ha reflexionado sobre su trayectoria como robinsón, y ha reconocido cosas como que “muchas veces me he inhibido a la hora de participar en los juegos”, e incluso ha cargado contra Anabel Pantoja: “Esto no es un programa de 'famosísima' o 'sobrinísima'”.
En su discurso de despedida ha hecho referencia a sus hijos y nietos, así como a su pareja, la influencer Marta López-Álamo. “Estoy deseando verles, abrazarles, besarles. Os quiero muchísimo a todos, especialmente a ti Marta, que he tenido menos tiempo en la vida para quererte”, añadía.
Sin embargo, Matamoros desconoce que desde España no ha tenido el gran apoyo de sus hijos ni de su novia como cabría esperar. Laura Matamoros, por ejemplo, reconoció un día durante una intervención en El programa de Ana Rosa que no estaba viendo Supervivientes, y ni siquiera sabía que Kiko había perdido uno de sus dientes. Aunque tiene un gran tirón mediático y en redes, no ha hecho uso del mismo para salvar a su padre. Lo mismo se puede decir de Diego Matamoros.
Por su parte, Marta López Álamo no ha cuajado bien en el universo de Sálvame, donde se habla día sí, día también del reality y de cómo lo estaba pasando Kiko Matamoros. Tanto es así, que comenzó a declinar las invitaciones del programa, al igual que los hijos de Matamoros y otros muchos de los componentes de su círculo más cercano. Eso ha provocado que, en algunas entregas, Kiko haya sido defendido por Yola Berrocal o Christian Suescun, lo que dejaba en evidencia su falta de apoyo mediático.
Según explicaron la pasada semana en Sálvame, esa falta de apoyo podría estar relacionada con el trabajo de influencer y los contratos que tienen entre manos. Y es que, al parecer, varias empresas no querrían que personas relacionadas con Sálvame anuncien sus productos, por lo que para no perder las colaboraciones, Marta o Laura habrían elegido no defender a Kiko con uñas y dientes.