Pese a la bajada de audiencia en su última temporada, La isla de las tentaciones regresará en otoño a Telecinco con su quinta y sexta edición que, como las anteriores, podrían emitirse prácticamente de forma seguida. Se trata, por tanto, de uno de los formatos más potentes de la cadena para la temporada alta y con el que se asegura, al menos, unas cifras decentes en su prime time. Los líos de parejas y los coqueteos de los concursantes, que duda cabe, son el principal atractivo de este formato que, sin embargo, no es el primero de este tipo en Telecinco. Salvando las distancias, antes que La isla de las tentaciones, hace 18 años se estrenaba en la 'cadena amiga' el reality show La casa de tu vida.
Se trata de dos formatos que, a priori, no tienen nada que ver. En La casa de tu vida, diferentes parejas de concursantes debían construir una casa y convivir juntas. Mientras que en La isla de las tentaciones, construyen infidelidades como el principal reclamo ante la audiencia. Pero, en el fondo, se trataba de lo mismo: líos de parejas, peleas, coqueteos… Y un formato, el de La casa de tu vida que, a tenor de las modas cíclicas en televisión, bien podría triunfar en la televisión actual si Telecinco decidiera actualizar el formato y darle ese plus de morbo que tanto ha aprendido con La isla de las tentaciones.
Con un otoño en el que no habrá Gran Hermano VIP y con otros formatos que no han supuesto los éxitos que se esperaba, como Secret Story, rescatar la recordaba marca de La casa de tu vida, actualizada a las exigencias de la televisión actual, podría ser un revulsivo para las audiencias de Telecinco. Necesitada de formatos que le aseguren no perder otra temporada televisiva como la que está a punto de perder, por primera vez en su historia, frente a Antena 3. Telecinco aún puede salvar el año, la cuestión es cómo. Y quizás mirar hacia el pasado puede ser la solución.
[‘La casa de tu vida’, el primer programa que puso a manitas a competir]
Audiencias de cuatro millones cada semana
La casa de tu vida fue un reality show que constó de tres ediciones, emitidas en la primavera de 2004, en la primavera de 2005 y en febrero de 2007, respectivamente. Dejar pasar más de año y medio entre la segunda y la tercera edición, marcó el devenir de la última que, tras solo tres galas, Telecinco decidió echar el cierre de forma precipitada con una media de 1,9M y un 15,2% de share.
Una audiencia nada desdeñable hoy en día, pero un completo fracaso hace ya la friolera de quince años. Además, teniendo en cuenta que, aunque no fue el éxito de Gran Hermano, La casa de tu vida había funcionado a las mil maravillas en sus dos primeras ediciones. La primera obtuvo cuatro millones de espectadores de media y un 26,4% de cuota de pantalla. De hecho, su final se disparó a los 5,3M y rozó el 40% de share. Mientras, la segunda emuló los buenos números de la primera con 3,9M de media e incluso obtuvo una cuota de pantalla mayor, del 27%. Su final emitida en junio de 2005, fue líder de la noche con 4,5M y el 32,5% de share.
Pero el éxito de La casa de tu vida fue más allá de ser un auténtico talismán para las audiencias de la cadena. Continúo la línea que había inaugurado Telecinco con los concursantes de Gran Hermano. Y es que sus protagonistas se convirtieron en personajes de revistas y platós, algo que dos décadas después continúa ocurriendo aunque con menor impacto.
Sus trifulcas -familiares incluidos, como el caso de Mónica La Virgen y Rufino - y peleas, formaban parte de la escaleta diaria de A tu lado. Allí un recién salido de la casa de Guadalix, Kiko Hernández, o Lidia Lozano comentaban, debatían y se peleaban con concursantes y familiares que acudían sin pudor cada tarde a ganar unos abultados cheques con tal de poner a caer de un burro al suegro, a la nuera o al reciente ex de turno (convertido en expareja tras participar en el reality show).
Dejando a un lado el pretexto de construir una casa -aunque tendría que ser el necesario leitmotiv o excusa del programa-, Telecinco tendría en sus manos “construir” nuevos personajes para el llamado universo Mediaset, últimamente tan carente de ellos. Explotar conflictos entre parejas, con familiares, secretos del pasado y el presente o polígrafos que, seguro, servirían para crear nuevos concursantes para próximas ediciones de Supervivientes. O quizá para otros realities con famosos o, ¿quién sabe?, nuevos concursantes identificados por la audiencia para nuevas ediciones de La isla de las tentaciones.
Un melón por explotar y un reality con cierta personalidad, más allá de formatos demasiado low cost como Campamento de verano o Secret Story con el que captar la atención de la audiencia. ¿Quién sabe si Telecinco tiene en su catálogo de viejos éxitos la solución ante su necesidad de formatos competitivos para su prime time?