Este lunes Belén Esteban se robó, involuntariamente, todo el foco de Sálvame. La colaboradora estaba realizando una prueba física en la línea de las que se llevan a cabo en Supervivientes cuando cayó al suelo desde una barra en la que estaba colgada.
Por su forma de llorar quedaba claro que le había sucedido algo muy doloroso; finalmente, el programa reveló que se había partido la tibia y el peroné, y que tendrá que estar de baja de seis a ocho semanas.
Un accidente laboral retransmitido en directo, y que se viene a sumar a otros tantos que han tenido lugar en este plató de Mediaset, en el que ha sucedido prácticamente de todo. Porque antes que Belén ya han tenido que salir en camilla del programa Lydia Lozano en dos ocasiones, por ejemplo, sin olvidar las numerosas caídas que hay de las sillas.
En Sálvame es muy habitual recrear pruebas similares a los concursos o realities que tenga la cadena en emisión en ese momento. En 2019, por ejemplo, por Gran Hermano VIP, los colaboradores tuvieron que imitar a una oruga por los pasillos de la cadena. Lydia Lozano sufrió entonces una lesión, después de que el ganador de aquel reto, Alonso Caparrós, junto a Gustavo González, se tirasen sobre ella para celebrar la victoria. Por el peso de sus compañeros ella comenzó a gritar y quejarse de dolor. Tuvo que ser evacuada, y el parte médico indicó que había sufrido “distensión en el cuello y fuerte contusión en la parrilla costal”.
La periodista palmera ha sufrido varias tardes complicadas en Sálvame. En marzo de 2014 sufrió una lesión en una costilla, que se hizo pública después de que su silla de colaboradora estaba vacía. Según Paz Padilla, presentadora del formato, fue “un accidente causado por un arrebato, dice el que se lo causó que de cariño, pero hay cariños que matan”. “Un integrante de este manicomio que es Sálvame le ha roto a Lydia Lozano una costilla”, dijo también la andaluza. El culpable de ese cariño que provocó una lesión fue David Valldeperas, que le dio un abrazo que le hizo ir al hospital. La propia Lydia dijo entonces estar disgustada tanto por no poder ir a trabajar y por no poder dormir por los dolores que sufre. Su lesión se tomó a pitorreo, y en su lugar pusieron una foto de Lydia a tamaño natural. Estuvo de baja cinco días, y finalmente no fue fractura, sino una fuerte contusión. En junio de ese año, los colaboradores jugaban a tirarse agua, y Lydia, mientras perseguía a Matamoros, se resbaló, cayó al suelo y se hizo daño en la espalda.
En julio de 2017 estaba sucediendo una discusión que hizo que se pusiese de pie; al ir a sentarse no calculó bien las distancias y acabó en el suelo, se apoyó en su brazo izquierdo y acabó llorando por el dolor. Entonces fue trasladada a la enfermería, aunque en aquella ocasión regresó al programa para seguir interviniendo.
Lo de caerse de la silla es algo bastante frecuente en el plató; es algo de lo que no se ha librado María Patiño, Kiko Hernández o antiguos colaboradores como Karmele Marchante. Esta última también sufrió un accidente en 2012, cuando se dio en el pie con parte del mobiliario del programa.
En los platós de televisión hay que tener los ojos muy abiertos y ver bien por dónde se pisa. Esta lección la aprendió Chelo García-Cortés en 2018, cuando entró hablando por teléfono durante la prueba de sonido, y se tropezó con el marco de la puerta. Se hizo una gran herida, por la que tuvo que recibir hasta 28 puntos de sutura. Durante 10 días tuvo que hacerse curas y tomar antibióticos, aunque el mismo día del accidente regresó al programa con la pierna vendada. “Genéticamente soy bastante fuerte y cicatrizo bastante bien, pero ahora tengo que ir con muletas”, se lamentó. En su caso, decidió no darse de baja, y el programa hizo el paripé de tenerla colaborando desde una cama durante alguna tarde.
Del mismo modo, en Sálvame hay que tener cuidado con las puertas traicioneras; Mila Ximénez vivió una bronca muy sonora con Javier Tudela en el año 2018, y luego no volvimos a verla en el plató. Tras una pausa publicitaria, Paz Padilla tuvo que anunciar que la colaboradora se había pillado los dedos con una puerta de hierro y que había tenido que ser atendida por los servicios médicos, aunque estaba bien. Al rato, Mila acudió a Sálvame con el dedo envuelto en vendajes.
No podemos olvidar en este repaso de accidentes, por supuesto, el tartazo que Payasín le dio a Carmen Borrego en Sálvame Okupa, el Gran Hermano de colaboradores del magacín que Mediaset organizó en 2018. El famoso payaso le tiró un pastel en la cara a la hija de María Teresa Campos, y ella estuvo semanas quejándose del daño que le había provocado el impacto. “¿Me han metido para esto? ¿Esto se está haciendo a conciencia? ¿Me han querido hacer daño hasta físicamente?”, llegó a preguntarse en Viva la vida.Carmen terminó de baja y faltó a trabajar a Sálvame el siguiente lunes. “Sufre traumatismo en región cervical. El diagnóstico es cervicalgia traumática con contusión en mandíbula derecha”, explicó entonces Carlota Corredera.
Hemos contado en varias ocasiones cómo los colaboradores han vuelto al plató con piernas escayoladas, dedos vendados y demás. Y es que es algo que en Sálvame vende mucho, o así se desprende de todas las veces que un colaborador ha sufrido un accidente doméstico y ha tenido que enseñar las consecuencias ante la cámara. Así, vimos a Kiko Hernández con la cara quemada por freír rosquillas, Mila Ximénez fue con gafas de sol por un problema en un ojo mientras practicaba deporte, Raquel Bollo dio una entrevista con vendas en la cara por unas quemaduras con la chimenea, y Lydia Lozano apareció en el plató con las manos vendadas por un accidente con queroseno durante el fin de semana en su casa.
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