En los pasillos de Telecinco la tensión se puede cortar con un chuchillo. Para nadie es ya un secreto que la cadena de Fuencarral atraviesa una de las mayores crisis de su historia, un grave problema para Mediaset que lucha con uñas y dientes por mantenerse en la competencia por el share. La bajada de audiencia es un hecho irrefutable ya que actualmente ninguno de sus espacios consigue albergar los tan ansiados dos millones de espectadores. Una marca que viene a dejar constancia de que sus productos ya no despiertan el interés de antaño y que necesita, y de manera muy urgente, un revulsivo para atraer a todo ese público perdido. Un reto al que la cadena se enfrenta con uno de sus productos más potentes: Supervivientes.
Telecinco ya está preparando la que será la nueva edición del reality show, formato que necesita un casting de excepción y grandes dosis de suerte para conseguir alcanzar el éxito que necesitan. Como ya es tradición, meses previos a que arranque el programa se van tejiendo diversas hipótesis acerca de cómo será el casting de la edición, así como sus conductores y colaboradores. Aspectos cruciales que determinarán el tirón del mismo y que año serán de vital importancia para rentabilizar la inversión por parte de la cadena en tiempos difíciles.
Por el momento, se desconoce si los presentadores habituales, a excepción de Jordi González que se encuentra de año sabático, serán los encargados de conducir esta nueva edición. Misterio que toca de lleno a la figura del maestro de ceremonia por excelencia: Jorge Javier Vázquez. El de Badalona siempre es un ingrediente polémico en cualquier salseo de la cadena, pero en esta ocasión más. Cabe recordar que el pasado año su nombre sonó como posible concursante de la edición. Una apuesta que siempre resultó un tanto rocambolesca, pero que semanas antes del estreno del programa fue cogiendo fuerza. Se llegó a afirmar entonces que el catalán pasaría una semana con los concursantes en Honduras, aunque finalmente nada de esto sucedió.
Supervivientes 2021 no contó con ninguna novedad en lo que refiere a sus presentadores y, con Lara Álvarez en Honduras y Jorge Javier y Sobera en plató, el programa siguió su curso habitual. Una edición a la que no le fue del todo mal en audiencias, pero que fue la menos vista en los últimos 11 años. Un dato muy a tener en cuenta ahora, dada la mala racha que Telecinco arrastra desde hace meses y que no parece ser capaz de remontar.
Si bien es cierto que por el momento no existe ninguna información al respecto confirmada por la productora Bulldog y la cadena, son varias las posibilidades que se le presentan a Jorge Javier respecto a su presencia en Supervivientes 2022. ¿Ha llegado el momento en el que cambie su estatus de presentador para pasar a ser concursante durante un periodo de tiempo? ¿Y si presenta desde Honduras? Una oportunidad de dar un golpe de efecto a la audiencia y que además podría complacer a uno de los baluartes del formato: Lara Álvarez.
Hace unas semanas, una revista del corazón publicó que la asturiana se había negado a seguir trabajando en Supervivientes a consecuencia del hartazgo que sentía al tener que volver a la isla de Honduras un año más. Una aparente y tensa situación que la cadena corrió a desmentir, pero que siembra la duda en torno al papel de Lara este año. La marcha de Jorge Javier a los Cayos Cochinos como concursante temporal, oficial o simplemente ocupando el papel de Álvarez, es una posibilidad a tener en cuenta. Y es que nadie como él para reavivar el formato.
Adorado y odiado a partes iguales, es incuestionable su habilidad para hacer de la televisión el mejor de los circos mediáticos. Un don que estando en la isla podría utilizar a favor de obra, generando así conflictos y sacando tramas a los concursantes que allí se encuentren. Todo un motor que puede impulsar, y mucho, que esta edición 'salve los muebles' de la penosa temporada de Telecinco.
Lejos de esnobismos absurdos, Jorge Javier lo ha hecho todo, o casi todo, en televisión y su valía en los medios no se vería mermada por participar en un programa de convivencia. Un favor que haría a la cadena y con el que, de materializarse, sería un favorable guiño a esa casa que tanta gloria le ha hecho saborear y que ahora le necesita más que nunca.