Pamela, Tommy y el pene que habla
Si no fuese por la la filtración de aquel vídeo sexual, la historia de amor de Pamela Anderson y Tommy Lee no tendría mayor interés hoy. Y si no fuera por el pene que habla, tampoco la serie tendría demasiado.
10 febrero, 2022 03:05La serie “Pam & Tommy” es algo más que un pene que habla, pero no hay duda de que ese es el gran momentazo de la serie y que se ha convertido en uno de los protagonistas. Y es que es más impactante hoy en día, reconozcámoslo, el primer plano de un falo parlante manteniendo una conversación con el ser humano al que pertenece que todos los planos de pechos bamboleantes que salpican el resto de episodios de la serie. Más, incluso, que las escenas de sexo. Porque, claro, no había manera humana de contar esta historia sin sexo, pechos y penes. Lo inaudito es que los últimos hablen.
La miniserie cuenta la historia de la filtración del vídeo sexual casero protagonizado por Pamela Anderson, la rubia vigilante de la playa, y el músico Tommy Lee, su marido. No tengo muy claro si la pretensión era la de ser un biopic dramático pero a mí, como me pasó en su día con la miniserie “Felipe y Letizia” (emitida en Telecinco en 2010) me ha resultado involuntariamente cómica.
Todos los personajes, al menos los principales, parecen leve, cuando no abiertamente, lerdos. El doblaje además, en el caso de Pamela Anderson, no ayuda. Me he acordado irremediable y constantemente de aquel desastre que fue la voz de Verónica Forqué en El Resplandor. No sé quién ha doblado a la protagonista de “Pam & Tommy”, pero si pretendía que pareciese que coquetea con la deficiencia, lo ha conseguido.
La venganza del electricista
La serie arranca con la mansión de la pareja en obras, pues precisamente el maltrato recibido por los operarios durante las reformas es lo que llevará a uno de ellos a buscar venganza y, tras encontrar casualmente la famosa cinta en la caja fuerte que robará de la mansión, llevarla a cabo. Así es como arrancaba también el conocido artículo publicado en la revista Rolling Stone en 2014 en el que se basa la producción y que contaba la historia desde el punto de vista de Rand Gauthier, el electricista que pretendía hacerse rico con el sexo casero y privado de dos estrellas.
Más allá de que cuente la historia del que podría ser uno de los primeros vídeos sexuales privados convertidos en virales en internet sin autorización de los protagonistas, la serie es también un muy acertado retrato de los 90 y de los primeros pasos de internet. Y no deja de ser curioso ver ahora lo extraño, novedoso y sorprendente que parecía entonces algo que ahora nos resulta indispensable y cotidiano. Y también para ver las pintas que se llevaban, no nos vamos a engañar. Esos cortes de pelo, esos chándales de tactel, esas camisas floreadas, esas mariconeras. Vaya tela.
Es en el segundo capítulo cuando ocurre la conversación entre el pito de Tommy Lee y el propio Lee, cuando él (el cuerpo entero excepto el pene) quiere comprometerse con la actriz y él (el pene excepto el resto del cuerpo) prefiere seguir por ahí chapoteando en otros charcos. Pierde el pito, se casan en Cancún y se lía pardísima con las cintas robadas. Y ahora lo recrean y lo emiten, sin el consentimiento ni la participación de su protagonista, denunciando la intromisión en la vida privada de los protagonistas que supuso aquello volviendo a exponer, esta vez de manera ficcionada, también sin su autorización y en contra de su voluntad, su intimidad y las consecuencias de aquello. Paradojas de la vida moderna.