Pongamos las cartas sobre la mesa antes de empezar. Chanel no estaba entre mis favoritas del Benidorm Fest. Es más: ni siquiera estaba en mi top 3, pero sí lo estuvo para el televoto, el público demoscópico y el jurado. Chanel Terrero es, por tanto, la justa ganadora del Benidorm Fest y su propuesta es una de las más solventes, completas y espectaculares de la última década de España en Eurovisión.
Dicho esto como aclaración para justicieros y activistas varios, hay que analizar todo lo que ha sucedido -que no es poco- durante la semana que ha durado el que esperamos que sea el primer Benidorm Fest de muchos.
Son muchas las personas que estos días están pidiendo que RTVE, como corporación pública que es, haga un ejercicio de transparencia y publique el desglose de votaciones del certamen, tanto de los votos individuales del jurado profesional como del número de votos que recibió cada candidatura de la muestra demoscópica y del televoto. Esto es lo mínimo que se puede exigir a una empresa que pagamos entre todos y que, recordemos, está obligada a rendir cuentas ante la ciudadanía.
¿El problema es que haya ganado Chanel? Evidentemente, no. Basta con recordar cuando los periodistas pisamos por primera vez el Palacio de los Deportes de Benidorm, el lunes 24 de enero, y la casualidad quiso que sonara la base de SloMo que Chanel iba a utilizar en su puesta en escena. Sólo con oír la parte del baile, todos los allí presentes coincidimos en que se venía un 'chanelazo' que dejaría las pelucas en Albacete. Y así fue.
A pesar de ello, no deja de resultar curioso que entre bambalinas lleváramos semanas escuchando que la joven cubana era la favorita de RTVE para viajar a Turín y, finalmente y contra la voluntad popular, se haya producido así. ¿Es justo y estaba recogido en las bases? Sí. ¿La cadena tiene que publicar cuanto antes todos los datos para liberarse de la sombra de la sospecha? También.
Imaginad, por ejemplo, que Tanxugueiras hubiesen pasado de ser quintas para el jurado en su semifinal a ser primeras, convirtiéndose así en las ganadoras del festival. Todo el mundo querría saber entonces qué votó cada uno de los cinco miembros y quién o quiénes cambiaron de parecer como para dar un vuelco tan notable al resultado.
Hay que recordar que en Eurovisión, el festival cuya mecánica ha inspirado a este certamen patrio, RTVE sí desglosa los votos del jurado profesional español, incluso sin avisarles de que se conocerán sus preferencias, según explicó a BLUPER Ricky Merino, quien formó parte del jurado de Eurovisión 2019: "Pregunté si iba a salir lo que votáramos individualmente y me dijeron que sólo se sabría la media del jurado español, así que me sentí libre para ser honesto. Luego se publicaron mis votaciones y me tuve que desinstalar Twitter una semana", relataba.
En definitiva, exigir transparencia a RTVE es hacer un ejercicio de democracia que en ningún caso puede ser reprochable. Las críticas a la cadena pública, en cualquier caso, deben separarse de los ataques injustificados y absolutamente despreciables que está recibiendo nuestra representante estos días, pero generalizar y tomarse lo que está sucediendo como una rabieta de cuatro 'reventados' es simplificar hasta el absurdo una situación que afecta a todos los que amamos Eurovisión y estamos entusiasmados con esta nueva era que ha abierto el Benidorm Fest.
Está claro que aquello de lo que no se habla no existe, y si algo ha conseguido este año nuestra preselección es estar en el debate eurovisivo, social y hasta político. En general, todos hemos remado a favor para que este certamen se hiciera realidad sin obstáculos, ahora toca remar para fortalecerlo y convertirlo en un festival de prestigio que nadie pueda cuestionar. Criticar también es construir, y ahora es el momento de hacer balance y ver qué se puede mejorar.
Pase lo que pase, lo único que debemos tener claro es que Chanel es la justa ganadora del Benidorm Fest y, como tal, sólo podemos tenderle la mano, acompañarla en su camino hasta Turín y romper la pista bailando su SloMo de aquí a mayo. ¡Llegó la mami!