El pasado mes de abril El programa de Ana Rosa fichaba como colaboradora a Rocío Flores. Podría ser una incorporación sin más al programa, pues muchos programas de Telecinco tiran de hijos de famosos o de concursantes de realities para su equipo de comentaristas, y Rocío cumplía ambas funciones. Sin embargo, su debut se producía, casualmente, cuando su madre Rocío Carrasco estaba contando su infierno personal en la serie Rocío, contar la verdad para seguir viva. Esa en la que cargaba duramente contra su exmarido Antonio David Flores, el padre del nuevo fichaje de Ana Rosa.
En teoría, y solo en teoría, Rocío llegó a Ana Rosa solo para hablar de realities: no interesaba su testimonio como hija de Carrasco. “La productora se puso en contacto con Rocío Flores para comentar Supervivientes antes, no de que saliera, antes de que tuviéramos noticias de que iba a salir el testimonio de Rocío Carrasco, para que quede claro”, aseguró Ana Rosa Quintana cuando se confirmó su fichaje. “Evidentemente, si tú contratas una persona para hablar del reality no tiene por qué hablar del tema de su madre, aunque esté sucediendo en este momento, no sé si ella hablará o no hablará”, añadía la comunicadora, que actualmente no está al frente del programa que lleva su nombre pues está superando un cáncer de mama.
Durante el transcurso de Supervivientes Rocío Flores fue la mayor aliada de Olga Moreno, la segunda mujer de su padre, a la que tiene un gran cariño. Una sevillana afincada en Málaga que terminó ganando la edición del reality para sorpresa de muchos, que esperaban a Gianmarco Onestini de vencedor.
Y cuando acabó el reality, Rocío continuó en El programa de Ana Rosa comentando otros asuntos variados, de lo divino y lo humano, y ya el mundo de los realities pasó a un segundo plano. Ahora habla de su familia, y si echamos un vistazo a su ficha como personaje en la web de Telecinco nos encontraremos todas las noticias que han destacado de sus intervenciones.
“Rocío Flores, sobre las declaraciones de amor de Olga en la isla con su relación rota: ‘No me sorprendió’”. “Rocío Flores, sobre su relación con Marta Riesco: ‘No quiero saber nada, no quiero tener una conversación con ella ahora mismo’”. “Rocío Flores cuenta el motivo por el que Olga Moreno se fue a Sevilla: ‘Cuando llegué, la maleta ya estaba hecha’”. “Rocío Flores: ‘Mi padre nunca me ha dejado sola, no voy a hablar mal de él públicamente’”. “Rocío Flores, sobre las esperadas declaraciones de Antonio David: ‘Yo lo juzgo como padre’”.
Sin pausa, pero sin prisa, Rocío Flores ha terminado sucumbiendo a los encantos de ser personaje del corazón. Su papel en la televisión ya se centra únicamente en hablar de su familia y sacar sus castañas del fuego, si es que esto es posible. No nos la podemos tomar en serio como una comentarista al uso de realities, porque tampoco es que sus aportaciones resultasen realmente brillantes. No tiene ese don comunicativo que tienen otros jóvenes de su mismo perfil, ni tampoco nos ha cautivado contando su etapa como concursante de Supervivientes con batallitas divertidas o emocionantes.
Desconocemos qué futuro le puede esperar a Rocío Flores dentro de la televisión, pero es posible que siga los pasos de Isa Pantoja: que continúe en El programa de Ana Rosa, y a lo sumo, se deje caer de vez en cuando por Ya son las ocho. Allí podrá dar pinceladas de su vida familiar para crear contenido, y al ser de la misma productora se sentirá protegida. E imaginamos que también la volveremos a ver por Supervivientes, cuando este reality regrese (y siempre que no coincida con Jorge Javier Vázquez, o al menos, en la temporada pasada, era así).