Manuel Díaz 'El Cordobés' inicia una nueva faceta profesional. El torero ha aterrizado en Telemadrid con Hasta la cocina, un nuevo formato en el que toma la alternativa como presentador y, además, muestra sus dotes en los fogones.
En este programa, el diestro elaborará recetas junto a vecinos anónimos de la Comunidad de Madrid que, además de acompañarle en el cocinado, charlarán con él e intercambiarán vivencias. Así, el objetivo del espacio es reivindicar la gastronomía madrileña de la mano de los habitantes de la región y del propio Cordobés, que se muestra ilusionado con esta nueva experiencia.
El matador confiesa a BLUPER que, ahora que su operación de cadera le ha hecho bajar el ritmo en los ruedos, necesitaba algo que le "espoleara" y que le sacase de su zona de confort, y ese 'algo' ha sido la televisión, un medio por el que dice sentir un profundo respeto.
¿Cómo te has sentido en este estreno como presentador?
Más que presentador, me considero un conductor de un programa muy divertido y muy entrañable. Es un programa en el que cocinamos, pero también descubrimos a invitados, personas de Madrid que nos traen sus historias, sus vivencias y sus recuerdos a través de sus platos.
¿Por qué decidiste aceptar el reto de presentar un programa de cocina?
La verdad es que era una inquietud. Cuando me lo propusieron me extrañó, dije "¿de verdad estáis seguros de que me necesitáis a mí?". Yo no soy cocinero, soy más bien cocinillas, pero me dijeron que querían que fuese yo, no buscaban un cocinero ni un presentador profesional. Después de ver que era un programa en el que me podía desenvolver bien, lo acepté. Estoy encantado y muy feliz de las personas que estoy conociendo y de las experiencias. Está siendo un regalo diario.
¿Te está valiendo esta experiencia para aprender tanto en el mundo de la cocina como en el de la televisión?
Para mí está siendo un máster. Considero que todo es un aprendizaje. Soy bastante cocinillas en casa, los fines de semana cuando nos reunimos todos, me gusta participar en la cocina. El tema de la televisión nunca me ha asustado, siempre he respetado mucho ese mundo, porque hay mucha gente muy preparada y es bastante difícil, pero comunicando me veo bien. Además, en este programa tengo que ser yo mismo, que es algo que no me cuesta ningún trabajo.
"Estamos acostumbrados a tenerle miedo a las cosas, pero hay que salir de eso, liberar la mente y aceptar retos"
Entonces, ¿ser presentador y/o cocinero es algo que se aprende?
Todo en la vida se puede aprender. Depende de la intensidad y de la atención que uno le ponga. Para mí es un mundo nuevo, yo me he llevado muchos años toreando, con una vida muy ajetreada, y en esta última etapa de mi vida que estoy más tranquilo me apetecía tener algo que me sacara de mi zona de confort, por eso acepté esta aventura. No pretendo ser un gran cocinero ni un gran presentador, pero sí quiero divertirme con lo que haga y si puedo divertir, entretener y acompañar a las personas que están en su casa, me sentiré muy satisfecho.
¿Y el toreo también se aprende? ¿Cualquiera puede ser torero?
Sí, hay mucha gente que es aficionada y torea en el campo. Yo creo que todo depende de lo que uno esté dispuesto a involucrarse. Las personas somos capaces de hacer muchas cosas. Estamos acostumbrados a tenerle miedo a las cosas, pero hay que salir de eso, liberar la mente y aceptar retos. Es igual que en el tema de la cocina, hasta hace unos años los cocineros eran personas a las que no se les veía ni en los restaurantes, hoy en día hay muy grandes chefs internacionales y la gastronomía está a la orden del día, ha cambiado todo y ha evolucionado.
¿Crees que el toreo también ha evolucionado?
El toreo está tan vivo, es tan real y está tan arraigado a nuestra cultura que tiene un debate muy abierto. Yo creo que el toreo está bien como está. Esta mañana estuve con dos niños que me dijeron que quieren ser toreros, y mientras exista eso habrá ilusión y esperanza. Está claro que hoy en día no es el espectáculo de masas que era, pero creo está bien y donde tiene que estar.
¿Se va a ver una parte desconocida de Manuel Díaz en 'Hasta la cocina'?
Lo que intento es adaptarme a los invitados que tengo, soy un poco camaleónico y utilizo la picaresca y la simpatía. Todo el mundo que viene, a los minutos de estar conmigo, se relaja y me dice "es que parece que te conozco de toda la vida". La cocina sirve para que se olviden de las cámaras y salgan cosas muy bonitas. No pretendemos que sea algo perfecto, es como si yo estuviera cocinando con un amigo en casa.
¿Hay alguna cualidad que tengas como torero que te haya valido para esta aventura televisiva?
Creo que la perseverancia y la confianza en mí mismo. Quizás también la responsabilidad y la humildad. Siempre le digo al equipo que me diga lo que puedo mejorar o cambiar, porque eso me ayuda a hacer las cosas mejor. Yo siempre estoy dispuesto a aprender de cualquier persona.
¿Incluso de un antitaurino?
Yo respeto a la gente y pido respeto hacia mí. Nunca intentaría convencer a nadie de algo que no quiere o que no es capaz de entender. Es un debate muy ilógico, yo conozco el toreo desde su base, no solamente lo superficial o lo que se ve una tarde en la plaza. He tenido muchos debates, incluso tengo amigos a los que no les gustan los toros y nos llevamos divinamente y nos respetamos, esa es la base de la educación de las personas. Yo nunca he pretendido convencer a nadie, pero sí he pedido una oportunidad, que se abra un poco la mente y se mire desde otra perspectiva.
"Nuestros antepasados eran más listos que nosotros, hay que volver a lo natural"
En el programa hacéis recetas tradicionales y de aprovechamiento. Ahora que se habla tanto de ecología, ¿crees que basta con mirar al pasado para encontrar alternativas sostenibles?
Claro, aquí no se inventa nada. Hoy en día vivimos en una velocidad que buscamos tiempo a toda costa, pero hay que parar un poco. Un tomate necesita un tiempo para crecer y un melón no te lo puedes comer en enero. Al final, nuestros antepasados eran mucho más listos y hay que volver un poco a todo eso, a lo natural de la vida y que cada cosa tenga su tiempo y su proceso.
Como persona cercana a la ganadería y ahora que presentas un programa de cocina, ¿qué opinas del debate que se ha abierto sobre las macrogranjas?
Es que ni te puedo decir. Los seres humanos necesitamos sobrevivir y comer, al que le guste la carne tendrá que comerla y no podemos cambiar la dirección de la vida. A veces queremos rizar el rizo demasiado y llegar a extremos incomprensibles. Es muy fácil crear debates e historias, yo lo que siento es que hay muchas corrientes abiertas, divagamos mucho y no tenemos claro hacia dónde queremos ir. Eso quizá sea una estrategia para que no estemos unidos, porque la unión hace la fuerza.
Pero lo que ha dicho Alberto Garzón sobre la ganadería extensiva parece lo mismo que comentas sobre volver a lo natural.
Sí, a veces hay que darle marcha atrás a las cosas y que tengamos una riqueza ecológica, no querer hacer las cosas demasiado rápido. Yo no puedo comerme algo procesado y compararlo con un animal que está pastando. Como consumidor, tengo que pensar en lo que me voy a comer, es lógico.
"Estoy contento de que hayamos evolucionado y no nos sintamos mal por fregar unos platos o hacer una colada"
Has dicho que siempre cocinas en casa y eso choca con la imagen machista que se tiene de los toreros. ¿Crees que esa imagen es injusta?
Hoy en día las familias nos dividimos el trabajo y compartimos todo. A mí me gusta colaborar, recoger las cosas... Forma parte de una convivencia y de una educación. Yo sé poner una lavadora, la secadora, el lavavajillas... Aunque te voy a decir un secreto: solamente sé un programa de cada cosa (risas). He ido aprendiendo, pero antes hasta mezclaba la ropa de colores, un día puse rosa toda la ropa blanca.
Tú has hecho ese aprendizaje, ¿pero entre tus compañeros ves lo mismo?
Mi casa, por ejemplo, es un matriarcado, todo pasa por Virginia y siempre recurrimos a ella. Yo considero que es bonito colaborar en todo y no creo que hoy en día exista eso de la mujer por un lado y el hombre por otro. Estoy contento de que hayamos evolucionado y no nos sintamos mal por fregar unos platos o hacer una colada.
Volviendo a la televisión, ¿cómo recuerdas tu paso por MasterChef Celebrity?
Fue un programa bastante intenso, porque va muy forzado. Es un formato triunfador, mi edición era la primera, el experimento, y no sabíamos muy bien dónde íbamos. Para mí fue una experiencia bonita porque la compartí con mi esposa, con mi gran amigo Miguel Ángel Muñoz y con todos los compañeros que estaban allí. Recuerdo con mucho cariño esa lucha contra los relojes, los fogones, las quemaduras... Tenía su punto de lucha y superación, fue un reto muy bonito.
En aquella edición fue muy sonado el abandono de María del Monte. ¿Era tanta la presión para los concursantes?
Lo que pasa es que no sabíamos a lo que íbamos. Pero cuando te ves ahí tienes que espolearte y darle caña, y no es tan fácil. Es estresante y nos pilló a todos desprevenidos, no fue un paseo de rosas y hubo momentos de mucha tensión, pero yo tengo recuerdos muy bonitos.