Dice el condenado Julián Muñoz en la promo de la primera de las dos entregas del programa que podrá verse este viernes 14 de enero en Telecinco a partir de las 22:00 horas, que "no es la hora de la venganza, es la hora de la verdad".
Pero, como muchos ya adivinamos y se puede comprar después de ver este programa, esta 'verdad' anunciada en el título se parece demasiado a una venganza contra Isabel Pantoja, no sólo del exalcade de Marbella, sino de la propia cadena.
Y es que, vestido de docuserie para intentar darle un empaque de seriedad y/o calidad, al estilo de docuseries como Rocío. Contar la verdad para seguir viva o Dolores. La verdad sobre el Caso Wanninkhof, No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad no es más que la clásica entrevista que en otro tiempo hubiésemos visto en Sábado Deluxe o en Salsa Rosa.
Pero, claro, de esa manera quizá hubiera habido mucha más polémica por el hecho de que una cadena esté pagando a un condenado por corrupción, y seguramente el entrevistado en cuestión no hubiera estado dispuesto a enfrentarse a las preguntas de varios colaboradores.
No es la hora de la venganza, es la hora de la verdad no es una docuserie ni un documental no sólo por el hecho de que no haya más entrevistados, sino porque simplemente es una sucesión de chascarrillos cuyo único objetivo es seguir tirando por tierra la imagen de la tonadillera.
Y como ejemplo, sólo un dato: en los 72 minutos que dura la primera de estas entregas, los responsables del programa no han encontrado un momento para mostrar imágenes de Muñoz declarando ante el juez por la Operación Malaya, pero sí de Isabel Pantoja. Imágenes que saben que siguen haciéndole daño a la artista.
De hecho, a lo que se dedica el exalcalde es a comentar todas estas imágenes y crear la duda en el espectador sobre las palabras de la artista en sede judicial. "Tuvo el descaro en el juicio de que me pagaba hasta el café. Se pagaba del 20% que nunca me pagaste", dice en uno de los momentos, mirando a cámara.
Así que, que no os engañen. Este programa no va del exalcalde de Marbella hablando en profundidad de los hechos relacionados con la Operación Malaya, va simplemente de trazar nuevamente un perfil de Pantoja de persona fría, calculadora, mentirosa o amante del dinero. Una persona que sí ha pagado su condena, tanto judicial como mediática y social.
Tras la emisión de Rocío, contar la verdad para seguir viva, Carlota Corredera presumió de que en la cadena habían aprendido una valiosa lección y que a partir de entonces se debía "empezar a exigir pruebas como no se habían exigido hasta ahora" en los programas del corazón.
Aquí esas pruebas no son más que el testimonio personal contra una expareja de un condenado a por delitos de cohecho, malversación de fondos públicos, prevaricación urbanística y fraude, muchas veces apoyado en un diario personal del que saca aspectos de lo más íntimos e innecesarios.
Ni rastro de las distintas sentencias contra el exalcalde por corrupción. Se ve que esa era una línea roja que no podían trazar desde la productora, la cual no ha dudado en tirar de talonario para pagar unos emolumentos que al final servirán para que el condenado Muñoz resuelva sus deudas con la justicia. Mediaset, donde pasa lo que pasa.