Las televisiones autonómicas, en ocasiones tan poco valoradas, han sido el caldo de cultivo de algunos de los formatos más interesantes nacidos en nuestro país. Programas como Tómbola o Madrileños por el mundo, que fueron clara inspiración de otros como Salsa Rosa o Españoles por el mundo, fueron el germen de lo que después serían éxitos a nivel nacional. Productos televisivos que en muchas ocasiones lograron brillar más allá de sus fronteras.
Si algo tiene que tener en cuenta una televisión autonómica es que su espectador es mayoritariamente habitante de una región determinada, por lo que sus gustos, carácter e idiosincrasia deben tomarse muy en cuenta si lo que se pretende es tener éxito. Buen ejemplo de ello es el programa Se llama copla, un talent show que nació en el año 2007 en Canal Sur (televisión autonómica de Andalucía) al más puro estilo Operación Triunfo y donde la premisa era buscar nuevas voces jóvenes de la canción española y la copla.
Eva González, que ejercía de maestra de ceremonias y se entrenaba, sin ella saberlo, para lo que después sería su desempeño como presentadora de La Voz, daba paso a chicos y chicas de Andalucía cuyo sueño era cantar aquellas canciones de toda la vida. Un concurso que dejaba constancia de que más allá de lo que la moda imperante de aquel momento reflejada en los medios y emisoras de radio, las raíces de nuestro folclore continuaban estando muy vivas.
Aquellas abuelas para las que el fenómeno 'OT' había pasado prácticamente desapercibido, tenían una cita semanal con Canal Sur para reencontrarse con la tradición. Una música con décadas de historia que volvía a sonar en las gargantas de nuevos talentos. Pero el público de Se llama copla no solo aglutinó a gente mayor, y es que el furor que supuso este concurso provocó que personas muy jóvenes conociesen nuestras raíces musicales sin complejos y libre de ideología. Una tarea nada sencilla dada la marcada connotación política que la copla y la canción española adquirieron a consecuencia de la vinculación de algunas de sus figuras más ilustres con el régimen franquista.
Las niñas andaluzas ya no solo querían ser iconos del pop, sino que también se les brindaba la oportunidad de interpretar aquellas hermosas letras que ya habían sido cantadas por artistas tan importantes como Concha Piquer, Estrellita Castro o Miguel de Molina. Un viaje al pasado repleto de volantes y peinetas, donde el espectador podía aprender de donde proceden algunas de las letras que de manera casi automática se han ido cantando generación tras generación en los territorios del sur peninsular.
Los televidentes redescubrían canciones tan míticas como 'Ojos verdes', que un hombre dedicó a otro hombre, 'La loba' o 'La bien pagá', que relatan las historias de mujeres dedicadas a la prostitución, entre otras. Letras que tratan temas que durante décadas pasaron desapercibidos para generaciones marcadas por la censura imperante de la época. Un redescubrimiento de nuestros orígenes que enganchó no solo a los habitantes de tierras andaluzas, sino también a los de comunidades próximas o limítrofes a los que también les llegaba la señal de Canal Sur.
Edición tras edición, eran más los adeptos al programa musical. Tanto es así que, visto el interés del público, Castilla la Mancha Televisión decidió adaptar el formato y realizar su propia versión bajo el nombre de A tu vera. Un espacio que compartía mecánica con la versión andaluza y que ha tenido como maestras de ceremonia a nombres tan populares como Vicky Martín Berrocal, Belinda Washington, Melody o Alicia Senovilla, siendo esta última la actual presentadora de la edición número 13 de talent show.
El éxito de Se llama copla fue tal que inclusive lograba ganar la batalla en Andalucía a la programación nacional con la que competía en emisión. Noches que se convertían en casi 'sagradas' para los fanáticos del concurso, tal y cómo de forma curiosa constata la última testigo que vio con vida a Marta del Carillo. En el documental que Netflix dedica al caso, la mujer confiesa que recuerda con exactitud la hora de ese encuentro dado que estaba pendiente de entrar a casa a tiempo de ver su programa favorito. Un detalle que puede resultar un tanto jocoso, dentro del respeto que merece el tratamiento de este crimen, pero que refleja muy bien la fidelidad del público andaluz a este formato.
El fenómeno fan que generó este programa posibilitó que los concursantes de este formato salieran de gira para reencontrarse con su público en directo. Unos jóvenes que llevan por bandera nuestro folclore y la revitalización del género de la copla, un valor cultural incalculable que gracias a proyectos como este no ha quedado diluido en el olvido. Actualmente Se llama copla no se emite en Canal Sur desde el 2016, pese a que se han realizado en los últimos años diferentes formatos de similar temática. Un espacio que de momento permanece vacío para un concurso que, de volver, podría repetir el éxito que hizo que la cadena autonómica andaluza fuera "profeta en su tierra".