"No es inmuta el tío. Es el Steve McQueen de aquí. Ya lo veréis", contaba a la prensa hace ya ocho años Luis Tosar durante una visita al rodaje de El niño, la posteriormente taquillera cinta de Daniel Monzón. Se refería a Jesús Castro, un joven gaditano sin experiencia previa en el terreno de la interpretación que había sido seleccionado durante un casting al que había ido a acompañar a un amigo mientras hacía pellas.
Su incuestionable belleza y atractivo físico, pero sobre todo sus impresionantes ojos, se convirtieron rápidamente en objeto de debate entre los allí presentes. Días después los titulares hablaron de él como el nuevo 'duque' de Telecinco.
El resto de la historia ya la saben. Aquel papel, con nominación al Goya a mejor actor revelación incluida, le catapultó a la fama. Desde entonces ha ido encadenando proyectos de forma tan rápida que ni siquiera ha sido consciente de todo el camino recorrido.
"Hay cosas que han pasado tan rápidas que ni siquiera yo he sido consciente. Al verte he tenido ese flashback, de ese primer día lo nervioso que estaba, que me dijeron que iba a venir la prensa y, de repente, encontrarte ocho años después es algo brutal", comenta el joven recordando aquel primer rodaje.
¿Qué queda de aquel Jesús?
Queda bastante. He aprendido muchísimo, he vivido muchísimo. En cierta forma es otro, pero la base es la misma que es ese chaval de Vejer que se considera nuevo en la industria y que tiene mucho que aprender.
He leído que sigues yendo a los mismos bares de siempre...
Además, lo necesito. Bajar a mi pueblo, estar con mis colegas de siempre, tomar el café donde siempre, ver el fútbol donde siempre. Eso me da mucha energía para subirme a Madrid.
¿Es duro vivir en Madrid?
Es duro, sí. Sobre todo vivir solo, con todo lo que ello conlleva. Pero tienes que estar porque es el núcleo de mi trabajo.
¿Has tenido algún momento de bajón, de querer dejarlo?
No, la profesion puede más. Mi tierra siempre va a estar ahí. Ahora es el momento de intentar formarte, hacer casting... Me pego cinco días en Vejer y ya tengo las pilas cargadas. No me gustaría irme de Madrid, me gusta la vida que llevo.
¿Se te ha subido alguna vez la fama a la cabeza y has tenido que bajar a Vejer para que la bajaran?
No. Lo que hago para tener los pies en la tierra es no subirlos nunca. Mi suela del pie tiene mierda y eso es que toca suelo.
Pero tu salto a la fama fue de la noche a la mañana: te presentas con un amigo a un casting y, de repente, nominado al Goya a mejor actor revelación
Sí y llegar a Madrid que todas las marquesinas estén con tu cara. Llegué y casi era conocido. Me acuerdo que Daniel Monzón (el director de El Niño) me dijo de coger el metro porque igual me pasaba un tiempo sin poder cogerlo. Y yo no me lo creía.
Y luego has ido encadenando trabajo tras trabajo. ¿Te consideras un hombre con suerte?
Sí, por supuesto. Me siento un hombre con suerte, pero también que ha trabajado mucho. Me siento afortunado, pero no he parado de trabajar, intentar formarme, me gusta hacer las cosas bien. Tuve la suerte que me cogieron en el primer casting un día que no fui a clase, pero a ti te puede fichar el Real Madrid por suerte, y la temporada siguiente te vas a la calle si no vales. Yo llevo ya ocho temporadas en el Madrid.
¿Puedes decidir qué papeles eliges y cuáles no?
Ahora es más difícil y más en los tiempos que corren. Pero en este tiempo sí que he dicho que no porque me gusta cuidar lo que hago.
¿Por qué diste el paso a participar en Masterchef?
Me llamó que me gusta mucho la cocina. Pero pensaba que era otra cosa, que era más talent y es más reality. No me sentí comodo. Al final lo que menos haces es cocinar. No fue una experiencia grata. Pero que yo no me lleve un buen sabor, no quiere decir que haya compañeros que sí. No digo que sea una mierda, solo que mi sensacion no fue buena.
¿Cómo te tomas las redes sociales?
Con mucha tranquilidad. Es verdad que me gusta el salseo y provocar. Pero, sinceramente no me quita el sueño nada que se diga en redes sociales porque ya he leído de todo. Consdiero que son un poco para pasarlo bien. Hay que quitar peso al asunto. Parece que está cada colectivo agazapado esperando a que digas algo. Las redes están para expresarse o hacer una broma. El mundo hate me da bastante igual.
¿Sientes que se te prejuzga demasiado?
Es posible, pero me da bastante igual. A veces se pasan un poco. Hay libros en los que la portada es increíble y el libro es una mierda. O al revés. Portadas que no te dicen nada y el libro es maravilloso. Las personas son eso. Si juzgas sólo la portada, dice más de ti que del propio libro.
¿Dónde te ves en los proximos cinco años?
Espero aprovechar cada momento. Voy a seguir trabajando para tener oportunidad y que me las den. Espero que en cinco años nos volvamos a encontrar.
Tienes un proyecto fuera de España, ¿verdad?
No puedo decir nada. Estoy muy contento y con muchas ganas. Probar otro país, otra metodología de trabajo. Tendré que hacer algo en otro idioma. Será salir de la zona de confort.