Belén Esteban ha dado un paso más en su aventura como empresaria gastronómica. Tras el éxito del gazpacho y el salmorejo de Sabores de la Esteban, ahora la colaboradora de Sálvame suma a su catálogo las patatas fritas y las cremas de verduras, de calabacín y de calabaza.
Los nuevos productos se han presentado ante los medios este martes en el Museo Chicote de Madrid en un evento al que ha asistido BLUPER. La 'princesa del pueblo' ha atendido amablemente a los periodistas, pero se ha mostrado más escueta de lo habitual y ha marcado en todo momento los límites de la conversación, una faceta antitelevisiva muy poco habitual en la de Paracuellos.
Lejos de la naturalidad que la suele caracterizar en los platós, Belén ha interiorizado su faceta como empresaria hasta el punto de llevar respuestas premeditadas para dar única y exclusivamente el mensaje que quiere lanzar.
La colaboradora ha confesado estar encantada con sus nuevos productos y espera que tengan la misma acogida que el gazpacho y el salmorejo. "Tengo que agradecer al público la acogida que ha tenido, en especial a los jóvenes. Me encantan los TikToks que hacen", expresa.
Con las patatas fritas, la Esteban se aleja de la línea de productos sanos y naturales; sin embargo, ella explica el motivo: "Todo el mundo lo tiene en su casa. Ha sido un antojo mío porque en mi casa siempre hay patatas fritas cuando vienen visitas".
Curiosamente, otro compañero de Telecinco ha lanzado también sus propios aperitivos: las aceitunas de Kiko Hernández. Pese a la evidente competencia, Belén asegura que no le afecta. "Estoy encantada de que Kiko Hernández venda aceitunas y yo patatas, feliz de tomar el vermú con él", bromea.
Esta nueva faceta profesional es, para ella, una manera de desvincularse del personaje televisivo, aunque todos los productos llevan su nombre y su cara como evidente reclamo. "Quiero que se vean mis productos como empresaria, no como televisiva. Hay gente que me quiere y gente que me odia, pero mis productos son marca España, de calidad y de buen precio", defiende.
No obstante, la colaboradora advierte de que no se plantea abandonar los platós. "Sigo en Sálvame y voy a seguir, no me voy a ir de la tele". Y es que ella misma confiesa que ahora mismo está muy cómoda en el programa de Telecinco. Pero de las etapas más convulsas se niega a pronunciarse, por ejemplo, de la tensión que se ha vivido en la cadena a raíz de la docuserie de Rocío Carrasco. "Vengo a otra cosa, creo que ya se ha hablado bastante de eso", espeta.
Tampoco se explaya al comentar la posibilidad de visitar la casa de Secret Story, un rumor con el que ella misma ha jugado en su programa. "Eso es cachondeo, ahora mismo me importa mi empresa, mi trabajo, mi familia y mis amigos". Sobre entrar en algún otro reality, la de Paracuellos es aún más breve: "Como estoy, estoy fenomenal".
Belén tiene claro que su futuro laboral es seguir en la tele y compaginarla con su papel al frente de Sabores de la Esteban. "Sé que voy a llegar a tener una gran empresa de alimentación", afirma rotunda.
Y si los realities no le llaman la atención, mucho menos lo hace la política. A pesar de que es capaz de movilizar a las masas y tiene millones de seguidores -se llegó incluso a decir que podría ser la tercera fuerza más votada si se enfrentara a las urnas-, la colaboradora tiene claro que no es lo suyo. "No me metería en política, saldría escaldada. Soy una persona normal de la calle y no quiero que me involucren en eso", sentencia.