Este domingo tendrá lugar la final de la Eurocopa 2020. Italia e Inglaterra competirán para hacerse con el trofeo que llevaba dos años esperando a tener dueño debido a la pandemia del coronavirus. Para España, las opciones al título se esfumaron en la semifinal del martes, cuando fue derrotada por Italia en la tanda de penaltis.

Pero si alguien ha salido ganando con esta Eurocopa ha sido Mediaset España. El grupo de comunicación ha arrasado con la retransmisión de los partidos de una competición que, sin embargo, ha evidenciado el decreciente interés que sufren los acontecimientos deportivos en televisión.

El mejor ejemplo de este descenso se encuentra en la emisión de los partidos de la selección española, que ha firmado su Eurocopa menos seguida desde 2004 con una media de 8.346.000 espectadores y un 58,6% de cuota. Pese a que sigue tratándose de datos estratosféricos, lo cierto es que están muy lejos de las cifras de las tres últimas competiciones europeas.

El tibio inicio de España en la fase de grupos se hizo notar en el interés de la audiencia. La selección sufrió más de lo esperado para llegar a octavos y sus primeros partidos fueron vistos por7.082.000 espectadores y un 51,1% de cuota. Se trata de la fase inicial menos vista desde la Eurocopa 2000, y la que ha tenido menos share desde 2008.

Con el pase a octavos, los datos mejoraron a medida que la ilusión de los seguidores de La Roja de Luis Enrique se incrementaba. Así, El partido de octavos frente a Croacia tuvo un 57,7% de cuota y 7.000.000 espectadores, mientras que en la prórroga se elevó al 63,2% con 8.304.000 espectadores.

El encuentro de cuartos frente a Suiza congregó a 7.730.000 espectadores, el 61,8% de cuota, en los primeros 90 minutos, mientras que en la prórroga creció hasta el 66% con 8.570.000 espectadores. Finalmente, la primera tanda de penaltis de España en la Eurocopa 2020 se alzó como lo más visto con un 69,1% de cuota y 9.240.000 espectadores.

Los mejores datos para España llegarían con la emocionante semifinal frente a Italia, que a diferencia de los partidos anteriores se emitió en prime time y anotó un 69,4% de share y 13.148.000 espectadores de media. Estos datos incluyen el partido (66.3% y 11.767.000), la prórroga (69.2% y 13.508.000) y los penaltis (72.9% y 14.170.000).

En total, los partidos de España han perdido 1.118.000 espectadores y 1,4 puntos con respecto a la Eurocopa 2016. Todo ello teniendo en cuenta, además, que hasta 2018 las mediciones de audiencia no tenían en cuenta a los invitados ni segundas residencias, lo cual evidencia todavía más el decreciente interés por la selección.

Pero el descenso de audiencias no ha afectado únicamente a los encuentros de España, sino a la Eurocopa en general. A falta de los dos partidos que quedan por disputarse, este año la competición ha perdido aproximadamente un millón de espectadores con respecto a 2016.

La caída fue especialmente acusada en el partido inaugural que enfrentó a Turquía e Italia, que con un 14% de cuota y 1.772.000 espectadores perdió casi 20 puntos en comparación con el Francia-Rumanía que abrió la Eurocopa 2016, que tuvo un 33,8% de share y 4,5 millones de espectadores.

A pesar de ello, al igual que ha ocurrido con los encuentros de España, el interés de la audiencia por la Eurocopa 2020 ha ido creciendo a medida que las fases avanzan. Así lo demuestran, por ejemplo, las cifras del Inglaterra-Dinamarca en semifinales, que ya con La Roja eliminada captó la atención de 3.897.000 espectadores y un 29,8% en el partido y 4.877.000 y un 33,8% en la prórroga.