Pablo Díaz pasará este jueves a la historia de Pasapalabra tras 260 programas. El concursante tinerfeño logrará por fin responder correctamente a las 25 definiciones del rosco final, que se podrá ver en una entrega especial emitida en el prime time de Antena 3.
El violinista tinerfeño ha ganado un premio que asciende a 1.828.000 euros, una hazaña que le coloca en el número tres de botes más altos de la historia de Pasapalabra. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, pues a los casi dos millones de euros del bote hay que restar la parte que se llevará Hacienda en concepto de IRPF.
Es muy común que los concursantes de programas televisivos que ganan generosas cantidades hagan referencia a la cuantiosa suma que acaba parando en las arcas públicas. Algunos se quejan de que es un porcentaje excesivo, mientras que otros entienden que es su deber como ciudadanos tributar impuestos en función de sus ingresos.
Sea cual fuere la postura de Pablo Díaz, lo cierto es que no podrá evitar que la Agencia Tributaria se quede con buena parte del bote de Pasapalabra. En primer lugar, la productora del formato aplicará una retención incial del 19% al premio, por lo que del monto total sólo llegará a la cuenta corriente del tinerfeño 1.480.680 euros.
El resto de retenciones se aplicarán en el IRPF de la declaración de la renta el año que viene. Así, Pablo tendrá que aportar a Hacienda la cuantía restante para cumplir con el porcentaje total que se aplica en estos casos.
En total, las arcas públicas recibirán un 43,5% del premio entregado por Pasapalabra, sumando la parte estatal (22,5%) y la autonómica. En la comunidad autónoma donde reside el concursante, Madrid, la retención aplicable a este bote del 21%, la más baja de España.
De esta manera, Pablo Díaz tendrá que aportar unos 450.000 euros más a Hacienda en su declaración, por lo que de los 1.828.000 euros del bote acabará disfrutando aproximadamente de 1.032.820 euros.