La participación de Alexia Rivas en Supervivientes ha vuelto a abrir la veda para hablar de ella en Telecinco. Atrás han quedado las intenciones de la joven de alejarse del foco mediático y las amenazas de demandas a la cadena y la productora que en su día le dieron trabajo. La reportera ha cambiado de parecer y Mediaset le ha vuelto a tender la mano, nada que objetar.
La periodista, que se mostró conciliadora con Marta López en Honduras, ha tardado poco en dar voltaje a sus apariciones televisivas con una exclusiva en Lecturas en la que, entre otras cosas, acusaba a María Patiño de no ser buena compañera.
A Sálvame pareció no bastarle esa entrevista y decidió contar con un testimonio anónimo que aseguraba que Alexia criticaba constantemente a Patiño, se burlaba de su forma de leer en cue y comentaba lo mucho que cambiaba la presentadora sin maquillaje. Todo ello, una vez más, sin pruebas.
Estas declaraciones fueron el cebo perfecto para el cara a cara de Alexia y Patiño en Viernes Deluxe. La joven, sin embargo, negó la mayor y dejó en evidencia los filtros del programa al contar con un testimonio consistente en "una voz distorsionada" que no desvela su identidad y vierte todo tipo de acusaciones sin demostrarlas.
El sinsentido continuaba este lunes en Sálvame con una nueva 'testigo protegida'. Una supuesta excompañera de Alexia Rivas en la revista Marca Plus visitaba el programa para contar cómo era la periodista en la redacción de ese medio, respondiendo a todas las preguntas de Carlota Corredera.
Antes de comenzar su relato, la chica advertía de que jamás había cruzado más de dos palabras con la reportera. Esto, para cualquier 'investigación' que presuma de tener la mínima seriedad, sería motivo suficiente para invalidar el testimonio, pero parece que el programa de Telecinco no está dispuesto a que la realidad le estropee el espectáculo.
Entre las lindezas que esta chica soltó sobre la exnovia de Alfonso Merlos, aseguró que "sabe muy bien con quién tiene que relacionarse y con quién no" y "a quién se tiene que juntar para subir más". Según ella, Alexia "entraba en la redacción como una diva, iba a la reunión de contenidos y no existía nadie más que los jefes y un par de amistades".
Oculta en la oscuridad del plano, esta supuesta excompañera de Alexia también presume de un sexto sentido para la clarividencia y afirma tajante que en cuanto la conoció supo que acabaría siendo un personaje televisivo. "Yo sabía que quería más, el día que vi el 'Merlos Place' dije 'ya lo consiguió'", explicaba en Sálvame.
Por si el despropósito se quedase corto, se unía a la fiesta Marta López para hacerle a la anónima una pregunta totalmente innecesaria e injustificada. "¿Algún compañero comentaba una relación que tenía ella con algún deportista?". Ante el machismo recalcitrante que rezumaba esta cuestión, Corredera se vio obligada a intervenir, aunque sin la vehemencia habitual con la que defiende a otras mujeres. "En cualquier caso, ella se puede liar con quien le dé la gana", aseveraba.
Sorprendentemente, el único que se rasgó las vestiduras por lo que acababa de preguntar su compañera fue Kiko Matamoros, que acusó a Marta de hacer una pregunta capciosa. "Dependiendo de quién hablemos, hablamos de una forma o de otra", espetó el colaborador, poniendo como ejemplo la buena imagen que todos tenían de Sara Carbonero cuando se conoció su relación con Iker Casillas.
El ejemplo de Matamoros no ha podido estar más acertado. Telecinco está contribuyendo a que el público perciba a Alexia Rivas como una chica dispuesta a todo por la fama, especialmente complaciente con los jefes y antipática con los compañeros. La misma productora que en su día participó del relato que mostraba a Rocío Carrasco como una malvada mujer promiscua que abandonó a sus hijos, sigue dando cabida a testimonios dañinos e infundados a la vez que se erige como adalid del buen hacer periodístico.
Fuera de Sálvame también se repite esta dinámica. Este mismo lunes Joaquín Prat reflexionaba en El programa de Ana Rosa sobre la supuesta relación de Alexia con un hombre casado. "Lo del casado es muy feo, es el segundo casado...", comentaba. Ana Rosa, por su parte, se sumaba a los juicios de moral asegurando que esta chica "es muy jovencita para tener este currículum".
Una vez más, como otras tantas, Mediaset demuestra que su compromiso con el feminismo es selectivo y que en las cosas del negocio hasta la dignidad depende de la oferta y la demanda. En un pasmoso ejercicio de moral camaleónica, la cadena reflexiona una tarde sobre los errores cometidos con Rocío Carrasco y al día siguiente los repite con Alexia Rivas, con Julia Janeiro o con quien mejor convenga; despide a Antonio David y mantiene a Matamoros y Lequio; se acuesta feminista y se levanta misógina.